Ya se trató sobre lugares misteriosos y embrujados de Venezuela, también sobre leyendas venezolanas en su oportunidad. Ahora, abordaré nuevamente sobre el tema de las leyendas, algunas que no traté en la primera parte. Venezuela tiene muchas leyendas sobre espantos y aparecidos, y en cada pueblo hay personas que tienen cosas que contar, sobre todo en la zona de los llanos donde muchas de las historias tiene una base sustentable, si se cree en fantasmas claro.
En el estado Apure:
Juan Machete
Juan Francisco Ortiz era un hombre que quería ser el más poderoso de la región y era conocido como el amo y señor de las tierras de La Orticera. Se cuenta que su ambición era tal, que invocó al Diablo para hacer prosperar sus negocios. Tras vender a toda su familia al demonio, éste le dijo que debía de coser los ojos de un gato, arrancar los ojos de una gallina y de un sapo para luego enterrarlos vivos un Viernes Santo a las doce de la noche en un lugar en donde nadie pudiera encontrarlos. El hombre realizó la acción y de la noche a la mañana, sus riquezas aumentaron y sus negocios prosperaron, convirtiéndose en uno de los ganaderos más pudientes del lugar.
De forma inmediata, así como vino la riqueza, del mismo modo se fue yendo, desapareciendo además poco a poco su ganado. Preocupado por la situación, invocó al Diablo para anular el pacto pero éste último le dijo que los pactos no se anulaban y que no intentara hacer una tontería o le iría realmente mal. Juan Francisco tomó todo el dinero que le quedaba y lo enterró, internándose en la selva para escapar de cualquier calamidad. Nunca se volvió a ver, a menos no del modo humano. Se afirma que todo aquel que sabe la historia e intente desenterrar el dinero que pertenecía a Juan, este se le aparece deambulando para vomitarle fuego encima. Esta es una de las leyendas más conocidas en San Fernando de Apure, la ciudad capital del Estado Apure en Los Llanos de Venezuela. Cabe señalar que los que practican brujería lo llaman "Don Juan del Dinero".
De forma inmediata, así como vino la riqueza, del mismo modo se fue yendo, desapareciendo además poco a poco su ganado. Preocupado por la situación, invocó al Diablo para anular el pacto pero éste último le dijo que los pactos no se anulaban y que no intentara hacer una tontería o le iría realmente mal. Juan Francisco tomó todo el dinero que le quedaba y lo enterró, internándose en la selva para escapar de cualquier calamidad. Nunca se volvió a ver, a menos no del modo humano. Se afirma que todo aquel que sabe la historia e intente desenterrar el dinero que pertenecía a Juan, este se le aparece deambulando para vomitarle fuego encima. Esta es una de las leyendas más conocidas en San Fernando de Apure, la ciudad capital del Estado Apure en Los Llanos de Venezuela. Cabe señalar que los que practican brujería lo llaman "Don Juan del Dinero".
El Hachador perdido
En San Camilo, poblado del municipio Páez, parroquia El Amparo, los pobladores conocen a la perfección esta leyenda ya que el recuerdo de este personaje se mantiene latente en la montaña cercana en las noches más oscuras y lluviosas. Muchos son los que aconsejan no ir a la montaña a cazar a altas horas de la noche, asesinando en vano a los animales de esa zona ni dañar la fauna silvestre. Aquellos que lo han hecho, han terminado locos o han durado enfermos siete días y siete noches. Hay otros que han encontrado muertos a causa de fuertes golpes en lo profundo de la montaña. Pocos son los que han sobrevivido rezando un Credo o gracias al canto del gallo que los ha salvado, diciendo a los demás como era ese ser de la leyenda.
Dicen que el hachador es un hombre alto, moreno y corpulento, con la cabeza calva y el pecho al descubierto donde tiene pelo similar a la lana de oveja, sus ojos son amarillos como fuego, sus dientes sobresalen de la cavidad de su boca, sus manos son enormes y en forma de extremidades de rana, emitiendo berridos de chivo y ronquidos de cerdo.
Suele atacar con el mango del hacha para dar una feroz golpiza, pero aquellos que son más resistentes, son atacados directamente con el hacha.
Suele atacar con el mango del hacha para dar una feroz golpiza, pero aquellos que son más resistentes, son atacados directamente con el hacha.
El ahorcado de la Ceiba
Esta leyenda se cuenta en todas las áreas del estado, especialmente en la capital San Fernando, en donde se dice que se origino este espanto. La leyenda dice que en el árbol de ceiba ubicado en la calle Diana, frente a la cárcel pública de San Fernando, un hombre quiso ahorcarse. Luego de hacerlo, se arrepintió y comenzó a pedir ayuda pero nadie pudo auxiliarlo.
Ahora, se dice que todas las noches, el espíritu de este hombre aparece gritando a todos aquellos que transitan por allí preguntando también "¿Será que me muero o que no me muero?". Al ver al hombre colgado allí, la gente se espanta y corre lo más que pueda para alejarse del árbol. Los llaneros más jóvenes hacen apuestas por valentía para ver quien de ellos se atreve a aguantar más tiempo parado bajo el árbol en las noches oscuras de luna nueva.
Ahora, se dice que todas las noches, el espíritu de este hombre aparece gritando a todos aquellos que transitan por allí preguntando también "¿Será que me muero o que no me muero?". Al ver al hombre colgado allí, la gente se espanta y corre lo más que pueda para alejarse del árbol. Los llaneros más jóvenes hacen apuestas por valentía para ver quien de ellos se atreve a aguantar más tiempo parado bajo el árbol en las noches oscuras de luna nueva.
El Samán Llorón
En el año de 1920, en un samán de San Fernando de Apure, un joven se ahorcó por motivos amorosos. Desde entonces, muchos vecinos aseguran que a partir de la medianoche, cerca del samán se escuchan llantos y quejidos. Muchos son los que han corroborado la leyenda y aterrados, cuentan su experiencia.
La laguna encantada de Santa María
Esta laguna esta cercana al monte, en el centro del pueblo de El Cochino. Los habitantes aseguran que toda la extensión está encantada y lo que que se han atrevido a caminar sus riveras han visto pasar a una mujer vestida de blanco flotando sobre el agua, cuentan que tiene el cabello tan largo que se confunde que lo oscuro de la laguna y que sus ojos son brillantes como el efecto de la luz chocando contra el agua. Se ha manifestado que los pescadores y bañistas de la zona han desaparecido porque este ente se los lleva a las profundidades. Otras embarcaciones, tales como canoas y botes que han surcado el agua, han desaparecido.
En el estado Aragua:
La encanto de la Plaza Ribas
En la ciudad de La Victoria, capital del municipio José Félix Ribas, en la Calle La Candelaria- Vía La Otra Banda hay una leyenda muy conocida. Antes, quien transita solo por esa calle, al llegar frente de la Casa Amarilla, perdía la orientación y la noción del tiempo, cayendo en una especie de hipnotismo que lo hacía caminar y dar vueltas, donde horas mas tarde, la persona se encontraba en el mismo punto de partida, cansado, sudoroso y asustado. Al parecer, las personas afirmaban que entraban en un tipo de sueño profundo estando conscientes en donde caminaban por un laberinto sin fin y una bestia los perseguía por los corredores.
Así ocurría ya que en este lugar fusilaron a un hombre que practicaba brujería. Por muchos años ocurrió ese singular acontecimiento hasta que un día quitaron de la plaza la baranda que estaba hecha de cañones, junto a los fusiles de la guerra de la independencia. Se presume que fue parte del armamento con la que asesinaron al brujo. Aun hoy en día la leyenda se cuenta con mucha seriedad y respeto.
Así ocurría ya que en este lugar fusilaron a un hombre que practicaba brujería. Por muchos años ocurrió ese singular acontecimiento hasta que un día quitaron de la plaza la baranda que estaba hecha de cañones, junto a los fusiles de la guerra de la independencia. Se presume que fue parte del armamento con la que asesinaron al brujo. Aun hoy en día la leyenda se cuenta con mucha seriedad y respeto.
Las mulas del Camino Real
En La Victoria, en el centro poblado de Zuata, por el camino a El Corozo y muy cerca de la laguna, sus habitantes saben de las tres mulas del Camino Real. Dicho camino comunicaba los pueblos llaneros de la región con la capital de la provincia de Caracas, y por allí transitaban muchos ganaderos y ricos hacendados de la época, que enterraban sus fortunas para protegerlas de asaltantes y de las guerras caudillistas que asolaban el lugar. La leyenda dice que un día, venía una carreta empujada por tres mulas procedentes del llano. En cada mula había una persona montaba y en la carreta traían un cargamento de monedas de oro.
En la bajada del Camino Real, las personas enterraron el tesoro junto a los tres animales y para que no hubiera evidencia de lo acontecido, una de las personas asesinó a las otras dos, ya que así lo había ordenado el patrón. Dicen que esa gran cantidad de oro aún se encuentra enterrado en la zona y se escucha el sonido del relinchar de las mulas en las noches, haciendo que muchos se aproximen a buscar el tesoro. Se cuenta que es una ocasión, un hombre encontró parte de la fortuna, algunos sacos de oro, junto a un esqueleto. El hombre que lo encontró nunca llegó a la zona poblada ya que se perdió en los parajes del Camino Real.
El Ánima del Concejo
El Concejo es un pueblo, capital del municipio José Rafael Revenga, en donde esta leyenda es parte importante de sus tradiciones orales ya que los lugareños no dudan de la presencia de ánimas y seres sobrenaturales en su cotidianidad. En este pueblo se acostumbraba a que cuando sonaba el último toque de las campanas de la iglesia a las 9 de la noche, la gente se resguardaba en sus hogares para descansar, pues se creía que este último toque de campana anunciaba la aparición del Ánima por las calles del pueblo. Dicho sonido de la campana asustaba a los lugareños y hacía que se fueran de inmediato a sus casas. El Ánima del pueblo era un alma devota que caminaba solitaria por las aceras del pueblo y dejaba un hueso en las ventanas donde había gente asomada durante la madrugada. Continuando así su ruta por el pueblo hasta que desaparecía repentinamente, causando una gran impresión entre aquellos que la veían.
El Sin Cabeza
En la ciudad de El Limón, ubicada al noroeste del estado, al pie del Parque nacional Henri Pittier, en Sector Niño Jesús y La Maya, durante la era colonial, carecía de calles asfaltadas, puentes y luz eléctrica, por lo que los vecinos tenían que atravesar los cauces de las quebradas, en su ida y venida de regreso a sus hogares. Se dice que muchas de esas venidas se hacían durante la noche y allí, en el lecho de una de las vías fluviales que atravesaba la urbanización La Maya, aparecía una figura que parecía estarse bañando con arena. Aquellos curiosos que se acercaban se aterraban y huían espantados ya que cuando la figura volteaba no tenía cabeza. Esta leyenda es una de las más comunes de la zona y se cuenta a diario a los bañistas.
En el estado Barinas:
El Amo del Monte
En las sabanas de Barinas, los habitantes cercanos cuenta la historia de una misteriosa aparición. Muchos lo consideran como un ser fantástico, mientras que otros lo catalogan como un ente demoníaco. Se presenta como un hombre muy alto semidesnudo cubierto de pelos verdes gruesos como cerdas, tiene rasgos aborígenes pero con un gigantesco hocico de zorro, con los pies volteados (los dedos para atrás y los talones para adelante), montado sobre una danta (mamífero cuadrúpedo grande y de piel peluda, similar a un burro).
Se les aparece a aquellos hombres que salen a cazar los Viernes y Domingos Santos, también ante aquellos que irrespetan la naturaleza y matan animales sin necesidad. Su voz es ronca y su presencia parece ser mágica. Les indica a los cazadores que cazar en esos días esta prohibido y que no atenten contra la naturaleza ni lastimen a los animales, desapareciendo misteriosamente entre matorrales. Hay casos en los que causa estragos en los hombres que les impide hablar por un largo tiempo o hace que enloquezcan al perderlos en la selva. Solo el canto del gallo los orientaba y les permitía regresar a su hogar.
El Pájaro Gaspar
En varias regiones del estado conocen esta leyenda, cambiándole uno que otro detalle en la historia. La leyenda cuenta que un hombre impulsivo, celoso y violento llamado Gaspar, en un arranque de ira, asesino a su esposa con un palo, propinándole una mortal golpiza. Se dice que le sacó los ojos y dejó su cuerpo abandonado en su hogar y escapó. Unos piensan que el mismísimo Amo del Monte se le apareció en medio de su cobarde fuga y lo juzgó, transformándolo en un pájaro con la capacidad de decir una sola cosa, su nombre. Se dice que el animal se les aparece a las personas en medio de la carretera de Concha y les dice su nombre en medio de sonidos que parecen lamentos humanos.
En el estado Bolívar:
Los Fantasmas de la Vieja Cárcel
La Antigua Cárcel del Orinoco, ubicada en el Paseo Orinoco con calle Igualdad, es una vieja casona que hoy aloja la Secretaría de Cultura de la gobernación, pero que en su momento fue elegida casi arbitrariamente para fungir como prisión. Los agentes que cubrían las guardias cuentan que en el lugar apagaban las luces, azotaban las puertas, abrían las llaves de agua y retiraban las sillas cuando ellos se iban a sentar.
En el sótano la cosa era peor; se escuchaban gritos, gemidos, lamentos, disparos y caminatas que arrastraban cadenas. Cuentan que en las noches, nadie quería cubrir las guardias ya que la casa era espeluznante. Un preso político de la dictadura de Juan Vicente Gómez, llamado José Francisco Sánchez, relató en su momento, que en una de las celdas de la prisión aparecía una hermosa mujer blanca de cabellos que llegaban a tocar el suelo. Muchos piensan que la mujer estuvo presa en la época colonial y murió allí. Más recientemente los guardias la han visto también.
El Peludo del Orinoco
En el Sector El Zanjón, en las aguas del Orinoco, dicen que habita un ser maligno que una vez fue humano. Se cuenta que es una bestia cuadrúpeda que atrapa a los bañistas y asusta a los pescadores de sus riveras. El ser está dotado de mucho pelaje y se dice que antes era un hombre casado que vivía en a zona.
Un día fue a bañarse al río con su esposa y, en medio de una discusión, ella se lanzó al río y empezó a ahogarse, él intentó rescatarla y pero lo pudo. Su suegra, al ver a su hija ahogada, pensó que el hombre la había ahogado y lo maldijo. De inmediato, el hombre comenzó a convertirse en una bestia y se lanzó al río para evitar que alguien lo viera. Algunos a pesar del susto, lo respetan porque señala cuando las aguas del gran río se tornan peligrosas.
Un día fue a bañarse al río con su esposa y, en medio de una discusión, ella se lanzó al río y empezó a ahogarse, él intentó rescatarla y pero lo pudo. Su suegra, al ver a su hija ahogada, pensó que el hombre la había ahogado y lo maldijo. De inmediato, el hombre comenzó a convertirse en una bestia y se lanzó al río para evitar que alguien lo viera. Algunos a pesar del susto, lo respetan porque señala cuando las aguas del gran río se tornan peligrosas.
La Hidra del Orinoco
Entre las poblaciones de Ciudad Bolívar y Soledad, en el medio del río Orinoco, se encuentra una formación rocosa llamada "La Piedra del Medio", conocida en la antigüedad como Piedra del Arbolito, en alusión al árbol centenario que sobre ella creció y permaneció hasta que manos misteriosas lo talaron antes de que asomara el siglo XX.
El naturalista, geólogo, explorador y astrónomo alemán Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt (1769-1859), la llamó "el orinocómetro", pues los habitantes de la ciudad la usaban para llevar el registro de las subidas y bajadas de aguas. Se dice que debajo de la piedra existen amplias galerías de túneles que se forman por toda la ciudad y en ellas habita un monstruo llamado La Hidra, una serpiente de siete cabezas.
El naturalista, geólogo, explorador y astrónomo alemán Friedrich Wilhelm Heinrich Alexander Freiherr von Humboldt (1769-1859), la llamó "el orinocómetro", pues los habitantes de la ciudad la usaban para llevar el registro de las subidas y bajadas de aguas. Se dice que debajo de la piedra existen amplias galerías de túneles que se forman por toda la ciudad y en ellas habita un monstruo llamado La Hidra, una serpiente de siete cabezas.
Según la leyenda indígena, debajo de la piedra se encuentra la guarida de una descomunal culebra que tiene siete cabezas y que cuando se encuentra sedienta, succiona el agua del río dando lugar a sequías o descensos. La creencia afirma que es capaz de adsorber todo cuanto se acerque por las inmediaciones de la Piedra. Eso explicaría la desaparición de nadadores, pescadores, y hasta la llamada "La Múcura", una chalana que prestaba servicios transportando vehículos con carga y pasajeros, perteneciente a la flota de "Transporte Fluvial" de don Antonio Levanti, que se hundió el 27 de febrero de 1952, martes de carnaval, a la 1:50 pm. La rápida, segura y cómoda chalana era toda de acero, con capacidad para 80 toneladas de carga y había sido construida por el armador Alberto Minet.
Más recientemente, la Universidad de Oriente envió una embarcación de estudios oceanográficos para realizar investigaciones en el río Orinoco, y el buzo que se sumergió para explorar el río, en los alrededores de la Piedra del medio, pidió en medio de un ataque de nervios que lo subieran rápidamente porque había visto un monstruo. Lo que a fin de cuentas descubrió la expedición, con aparatos de ultrasonido, es que justo delante de la piedra se encuentra una enorme fosa de 160 metros de profundidad, en forma de embudo que cuando el río está crecido desarrolla una descomunal fuerza de gravitación.
El último avistamiento del monstruo fue en el año 1988, en el cual una multitud asustadas, con linternas y cámaras, pudieron fotografiar varias sombras de las supuestas cabezas de las serpiente. Días siguientes, las primeras páginas de todos los periódicos aparecían borrosas pero extrañas imágenes de La Hidra.
Las aguas del Rio Orinoco son intranquilas. Objetos y embarcaciones que llegan allí y se pierden, nunca vuelven a aparecer. Los vecinos de la zona indican que, antes del amanecer, una enorme sombra transita las aguas, una sombra alargada y movediza, otros han llegado a afirmar que dos grandes objetos rojos y brillantes, se posan en una área del agua cuando está oscureciendo en los días más calurosos.
En el estado Falcón:
La Cochina de El Cardonal
En el poblado de Taratara, por la Carretera Nacional Morón-Coro, vía Cumarebo, después de la alcabala de Mataruca, existe un terreno poblado de cardones en donde los pobladores más viejos cuentan que hace mucho, hombre se robó una cochina, la descuartizó y vendió sus partes. La gente del pueblo corrió la voz hasta que llegó a oídos del propietario quien en venganza de ésta fue a la búsqueda del ladrón hasta encontrarlo.
Unos cuentan que al hallarlo, el propietario de la cochina le hizo lo mismo que le hizo éste al animal, otros manifiestan que ambos comenzaron a pelear con machetes y se murieron en el enfrentamiento. Desde entonces, la cochina se les aparece a los que pasan por el lugar de la pelea como recordatorio por lo ocurrido, así pues, los habitantes evitan caminar por ese lugar desolado.
La Gallina y los Pollitos
En varios poblados se habla de esta leyenda, especialmente en la península de Paraguaná, situada en el norte del estado. Se dice que no han podido contar a los pollitos que van junto a la gallina porque crecen en número a medida que se camina junto a ellos. Según la leyenda los pollitos y la gallina son de tamaño natural, pero en un momento determinado se levantan tanto del suelo que llegan a tapar el cerro Santa Ana y a meterse entre las nubes.
Duendes burlones
En este estado, los duendes burlones son muy comunes y suelen habitar las casas antiguas que quedan a orilla de los ríos o quebradas ya que el clima frío los obliga a buscar refugio. Aquellos que los han visto, aseguran que son seres del tamaño de un niño, pero con caras de hombres adultos. Una de las manifestaciones típicas que revelan la presencia de ellos es la pérdida de objetos dentro de las casas. Son criaturas muy pulcras, que pueden ser espantadas si se cuelga alguna comida apetitosa, contaminada con excrementos o, en su defecto, comer evacuando en el baño.
El Duende de La Sabanita
En el poblado de La Sabanita, municipio Bolívar, existe la leyenda de un duende que encanta a los hombres al cambiar su forma por el de una hermosa mujer. El encantamiento que ejerce causa perdida de la razón a los hombres y el único modo de salir de ese estado es ubicar a los padrinos de las víctimas para que recen, paguen con monedas y pronuncien en voz alta, al derecho y al revés, el nombre del ahijado hasta "exorcizarlo" por completo.
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