Carl Von Cosel o Carl Tanzler, como mayormente se le conoce, nació en Dresden, Alemania el 8 de febrero de 1877. Emigró a Estados Unidos en febrero de 1926 por vía marítima desde Rotterdam hacia La Habana, Cuba, desde allí migró a Zephyryhills, Florida un año después, lugar en que se encontraba su hermana, quien había emigrado años antes. Pronto consiguió un trabajo como radiologista en el Hospital Marine en Key West.
Se le sumaron su esposa Doris y sus dos hijas Ayesha y Crystal, meses después. Tanzler atendía la sección de enfermos de tuberculosis, ya que para aquel entonces era una enfermedad extendida y mortal, cobrándose muchas vidas en la década de 1930. Tanzler era un hombre de mente fuerte ya que se enfrentaba a la muerte diariamente, viendo como sus pacientes, que llegaba a conocer bien, sucumbían a la enfermedad.
A través de su vida, Tanzler utilizó varios seudónimos, por ejemplo, en su certificado matrimonial de Alemania, su nombre es George Karl Tanzler, Carl Von Cosel según algunos de sus documentos encontrados y en algunas de sus bitácoras médicas del hospital, aparecían sus firmas bajo el nombre de Count Carl Tanzler Von Cosel. Los diferentes nombres que usaba constantemente tiene que ver con una anécdota que su hermana puso una vez en manifiesto que aseguraba que durante la infancia en Alemania y tiempo después, Tanzler afirmaba que había sido visitado por visiones de una ancestra suya, una tía ya fallecida de nombre Anna Constantia Von Cosel, quien le reveló que el rostro del gran amor de su vida; una bella y exótica mujer de cabello negro.
El 22 de abril de 1930, como cualquier otro día, Tanzler atendía a sus pacientes pero algo llamó totalmente su atención. Una señora llevaba a su hija al consultorio médico para que se le hiciera un examen fisiológico y de inmediato supo que era ella. La hija de la señora se llamaba Maria Elena Milagro-Hoyos, tenía 20 años y era una residente de origen cubano-estadounidense. Tanzler supo de inmediato que esa joven era la bella y exótica mujer de cabello negro que había sido revelada por las visiones de su ancestra. Hoyos en sí, era vista por parte de la población como una belleza local. Hoyos era hija de Francisco "Pancho" Hoyos, un fabricantes de habanos, y Aurora Milagro. Tubo dos hermanas, Florinda "Nana" Milagro-Hoyos y Celia Milagro-Hoyos.
Maria Elena Hoyos se caso con Luis Mesa el 18 de febrero de 1926 y pocos meses después la abandonó después de haber sufrido el aborto del hijo que ambos esperaban, emigró a Miami y nunca volvieron a verse de nuevo. Hoyos finalmente fue diagnosticada con tuberculosis dos años después. Tanzler de inmediato, al tenerla como paciente, intentó tratar y curarla con su autoaprendido conocimiento médico con una variedad de tratamientos y medicina que iban desde rayos X y otros equipos que luego fueron llevados hasta la misma casa de Elena o de Helen, como Tanzler solía llamarla. Con el tiempo, Tanzler le declaró su amor a Helen, ofreciéndole regalos, entre los que destacaba ropas y joyas, pero no hay evidencia que muestre que haya sido correspondido.
El 25 de octubre de 1931, a pesar de los esfuerzos más dedicados de Tanzler, Hoyos murió de tuberculosis terminal en el domicilio de sus padres. Cabe señalar que Tanzler pagó los gastos funerarios y, sin que nadie lo supiera, había preparado el cuerpo con formaldehído junto a otras sustancias para conservar sus restos, le untó ungüentos de partículas de oro y además le aplicó electricidad con un cañón de tesla para mantenerla en estado de éxtasis. Luego, con el permiso de la familia Hoyos, mando a elaborar un mausoleo en el Cementerio de Key West para evitar filtraciones de agua que dañasen el sepulcro original y su contenido. Cada noche, él visitaba el monumento funerario y mantenía largas conversaciones.
A mediados de abril del año 1933, Tanzler, a altas horas de la noche, extrajo el cuerpo de Hoyos del mausoleo y lo transportó a su domicilio en una pequeña carretilla de mano. Al verla se horrorizó al ver el decadente y avanzado estado del cadáver, por lo que uso desinfectantes, perfumes y agentes preservantes de todo tipo para desprender el hedor de su amada, unió los huesos con cuerdas de piano y ganchos de ropa, rellenó sus senos para que no perdieran la forma, llenó las cuencas vacías del cráneo con ojos de vidrio, su piel ya putrefacta fue reemplazada con tela de seda y terciopelo empapada de yeso de París, empleo la peluca que previamente utilizó Hoyos en su funeral cuando el cabello continuó cayéndose del cráneo por la descomposición del cuero cabelludo y relleno la cavidad abdominal y el pecho con harapos para mantener su forma original. Era una bizarra taxidermia.
Tanzler dormía junto al cadáver, cantaba canciones y tocaba melodías en el órgano para ella, la vestía cada día con ropa nueva, hasta el punto de hacerle el amor por medio de un tubo de metal envuelto en seda que le instaló en la vagina para que hiciera una función similar al momento de la penetración.
En el año 1940, nueve años después de la muerte de Maria Elena Milagro-Hoyos, se comenzó a correr el rumor de que Tanzler dormía con una mujer, se decía que siempre se mantenía inmóvil en la cama y se llegó a pensar que se trataba de una muñeca. El rumor surgió cuando un curioso se coló en la vivienda de Tanzler y observo por una ventana lo que éste hacia en su dormitorio. En el mes de octubre, Florinda, la hermana de Maria Elena, escuchó que la mujer inmóvil que estaba en la cama de Tanzler era muy parecida a su hermana. Florinda confrontó a Tanzler días posteriores y descubrió que era el cuerpo desenterrado de su hermana difunta. Florinda notificó a las autoridades y el amante necrótico fue detenido.
Tanzler fue examinado a modo psiquiátrico y se encontró mentalmente competente para afrontar un juicio bajo los cargos de "destrucción maliciosa y lasciva de una tumba y extraer el cuerpo sin autorización". Luego de una audiencia preliminar verificada a finales del mes de octubre de ese año en la corte de Monroe Country, Florida, Tanzler fue presentado para responder a los cargos presentados, indicando que Hoyos se le manifestaba en forma de fantasma, pidiéndole que retirase su cuerpo de su tumba. El caso fue cerrado, por lo que Tanzler fue liberado debido a los estatutos de limitación del delito habían expirado, aunque se dice que su fianza fue pagada por su hermana.
La noticia se extendió, convirtiéndose en el suceso del momento. Las autoridades recuperaron el cuerpo de Hoyos y fue examinado por médicos y patólogos, después fue fotografiado para su posterior exhibición púbica. En la funeraria Dean-López fue puesto el cuerpo, en donde 6800 personas asistieron a ver el producto del extraño acontecimiento. Ya el cadáver se encontraba convertido en una muñeca terrorífica, de lo que una vez había sido una mujer hermosa. Finalmente el cuerpo fue regresado al Cementerio de Key West, donde permanece en una sepultura incógnita en una locación secreta a fin de evitar futuras profanaciones.
Por su parte, Tanzler se mudó a Pasco Country, Florida, cerca de Zephyryhills, donde escribió su autobuografía, la cual se público en 1947 en la revista de ficción y fantasía "Fantastic Adventures" y en 1950 recibió la ciudadanía estadounidence en Tampa, al oeste de Florida.
Tanzler al no volver a recuperar el cuerpo de la mujer por la que se obsesionó, construyó una réplica de cera de Maria Elena Hoyos con una máscara mortuoria que calcaba su rostro. La grotesca transformación de una bella mujer a una muñeca mórbida, era más importante para Tanzler que los recuerdos que tenía de la Maria Elena Hoyos real.
Dicha réplica sirvió para mantener viva la ilusión lúgubre que lo acompañó hasta su lecho de muerte el 3 de julio de 1952. Su cuerpo fue encontrado el 13 de agosto en el piso de su domicilio. Su esposa Doris también estuvo presente los últimos años de su vida.
Según su obituario, Tanzler murió junto a la réplica de su obsesión, cerca del tubo que utilizaba para tener relaciones con el cadáver de Hoyos. Su viuda, Doris, falleció el 5 de noviembre de 1977. Su hija Crystal murió durante el año 1934 a causa de difteria y su otra hija Ayesha falleció en el año 1998.
Algunos lo consideraban un romántico excéntrico, otros lo catalogaban como un ser repulsivo que robó y abusó de un cadáver. Cada quien tiene su opinión, lo cierto es que, Carl Tanzler fue víctima de un amor necrótico.