miércoles, 26 de septiembre de 2018

Una gran pregunta medieval ¿Por qué los caballeros combaten contra caracoles en las pinturas?

Los textos medievales están repletos de ilustraciones de valientes caballeros luchando contra caracoles de variados tamaños, pero nadie sabe el porqué. Los manuscritos ingleses de los siglos XIII y XIV tienen un motivo común en la decoración de los espacios de sus márgenes; como anotaciones, series de bocetos y hasta garabatos que involucran escenas épicas de combates entre un caballero medieval contra un caracol que, a pesar de ser común en los textos, sigue siendo un misterio sin resolver.


Según el libro "Images on the Edge", publicado en el año 1992 por el historiador de arte Michael Camille (1958 -2002), explica que la primera persona en desarrollar una hipótesis para resolver este enigma fue Auguste de Bastard d’Estang, un conde y escritor francés del siglo XIX. Según su hipótesis, el caracol tiene un significado religioso; la criatura emerge de su caparazón como símbolo de la Resurrección. Otros estudiosos lo han descrito como una sátira sobre los poderosos, en sus castillos fortificados, riéndose de la amenaza de los pobres a quienes explotan. 


La historiadora de arte medieval Lilian Randall, sostiene que se trata de una representación de los lombardos, un grupo vilipendiado en la Edad Media que se caracteriza por su comportamiento traicionero, por usureros y por mantener un comportamiento no caballeresco, en general. 


En los textos, los dibujos del caballero y el caracol daría un contraste de las diferencias entre uno del otro. También pone en manifiesto que se trata de una representación gráfica del Salmo 58 del Antiguo Testamento, que dice: "Como el caracol, que se disuelve según se arrastra, como los que nacen muertos, que nunca ven el sol".


Pero los caracoles también podrían representar  la opresión social, representando el enfrentamiento entre pobres y aristócratas; un apunte sobre los caracoles en los jardines, considerados una peste que habría que combatir; un símbolo de las pasiones bajas, que se arrastran por el piso; un contraste entre la sabiduría de la naturaleza, que dota a sus criaturas de una armadura natural, y la humana.


Aunque también pueda que signifique otra cosa, algo quizás más simple y sin sentido ya que los manuscritos iluminados; como los salmos, los rollos genealógicos y libros horarios, fueron realizados por los monjes medievales que copiaban a mano línea tras línea en una labor ardua. 


En ocasiones se entretenían dibujando una serie de chistes en los márgenes a modo de garabatos, mientras que las veces que se cansaban de escribir desde tempranas horas de la mañana hasta las altas horas de la noche, escribían quejas honestas como "ay, mi mano", "San Patricio en Armagh, líbrame de la escritura" y "gracias a Dios, pronto oscurecerá". Puede ser que los caracoles es simplemente una caricatura, una sencilla muestra humor medieval.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

El misterio del Golem de Praga

Una leyenda hebraica, quizás la más famosa de ellas es una que está repleta de misterio, simbolismo, esoterismo, justicia y fe, que a pesar del tiempo se sigue manteniendo latente por su interés. El Golem de Praga es sin duda un personaje importante tanto en la religión como en la cultura judía por lo que representa. En la presente entrada, tocaremos este tema en su totalidad y el misterio que se sigue ramificando de él.


En hebreo moderno, el nombre proviene de la palabra "guélem" (גלם, gélem), "materia"; por otra parte, en dicho idioma, la expresión "jómer guélem" (חומר גלם, ḥomer gélem) a su vez significa "materia prima". La palabra golem se da en la Biblia, específicamente en Salmos 139:16 y se usa la palabra gal’mi, cuyo significado es “mi sustancia aún incompleta”, y en la literatura talmúdica para referirse a una sustancia embrionaria.​ 


Un golen, según la mitología judía y el folclore medieval, es un ser animado fabricado a partir de materia inanimada; como el barro, o la arcilla normalmente. Es un ser representado como una figura de gran tamaño.


El relato folclórico más famoso en relación al golem involucra al ilustre Rabbi Judah Leöw. Judah Leöw ben Bezalel o Judah Leöw, nació en Poznań, Polonia o bien Worms, Alemania, en 1520, y es ampliamente conocido por los estudiosos del judaísmo como el "Maharal de Praga", fue un destacado talmudista, místico judío y filósofo que sirvió como rabino en la ciudad de Praga en Bohemia, actual República Checa, durante la mayor parte de su vida. Sus conocimientos académicos y científicos maravillaban tanto a judíos, como a no judíos. Escribió varios trabajos enigmáticos de filosofía y educación, cuyos valores han sido apreciados recientemente.


Su obra más importante fue "Gur Arie". Su tradicional pensamiento mesiánico le hizo hablar de la prioridad de la redención y la llegada del Mesías como un hecho inevitable, decretado por la voluntad de Dios. Él decía que previo a la redención, la degradación del pueblo de Israel, será en escala mayor de lo que siempre fue. Por eso para él, la expulsión de los judíos de España en 1492, era el inicio de los tiempos mesiánicos, que indicaban sin lugar a dudas la próxima llegada del Mesías. Falleció el 17 de septiembre de 1609, Praga, República Checa.


Al rabino Judah Leöw se le atribuye la creación del Golem, cuya leyenda estimuló la fantasía de la Europa central durante varios siglos y es asunto también hoy vigente. Se trataba de un coloso hecho de barro en los márgenes del río Moldava que era animado mediante la introducción en su boca del Shem, una pequeña tira de pergamino con una inscripción mágica en hebreo que contenía el nombre de Yahveh, el Dios judío. Otra manera de hacerlo funcionar era inscribiendo alguno de los Nombres de Dios o bien la palabra Emet (אמת—"verdad" en hebreo) sobre su frente. Al borrar la primera letra de Emet (alef) de su frente y quedar en ella solo met (מת—"muerte" en hebreo), el golem perdía el soplo de vida y volvía a ser una masa de barro inerte. Cabe señalar que el golem fue apodado Josef, tenía una estrella de David dibujada en su pecho y tenía la particularidad de poder llamar a los espíritus de los muertos si se le pedía, siendo su única incapacidad la falta del habla.


Así cobraba vida y movimiento, ejecutando toda clase de trabajos para el rabino Leöw, con el fin de defender el gueto de Josefov en Praga, de ataques antisemitas, así como para atender también el mantenimiento de la Sinagoga Vieja-Nueva, en Altneuschul. La leyenda decía que este golem salvó a los judíos de Praga de las persecuciones y acusaciones antijudías, así como también de asesinatos de la época por parte del gobierno de Rodolfo II, emperador de Hasburgo como parte de la corte del Sacro Imperio Romano Germánico.


Entre los trabajos que realizaba el golem se encontraba el acarreamiento de agua y la recolección de leña, entre otras numerosas órdenes fatigosas. El golem no comía ni bebía, no necesitaba descanso alguno, por lo que trabajaba día, noche y madrugada. 


Sin embargo, los viernes por la tarde, antes de comenzar el sabbath (sábado), día de obligado descanso para los judíos, que era el momento en que los trabajos debían de cesar, Judah Leöw le retiraba el Shem de la boca para desactivarlo. El golem de inmediato quedaba inmóvil en un rincón de la casa del rabino. Pasado el sabbath, la arcilla muerta recuperaba la vida después de que el rabino introdujera en la boca del Golem el mágico Shem nuevamente.


La existencia de un golem presenta entonces ventajas y desventajas. El golem era fuerte, pero no inteligente. Si le ordenaban llevar a cabo una tarea, la llevaría a cabo de un modo sistemático, lento y ejecutando las instrucciones de un modo literal, sin cuestionamiento alguno. Famosa en este sentido es una anécdota, según la cual la esposa del rabino le pidió al golem que fuera "al río a sacar agua", pero no le dijo la cantidad, a lo que el golem accedió pero al pie de la letra: fue al río, y comenzó a sacar agua del mismo sin parar, hasta que terminó por inundar la casa.


Pero llegó un día en el que el rabino, que estaba ocupado preparando una ceremonia del sabbath en la Sinagoga Altneuschul (Old-New School), de la calle Maiselova, olvidó retirar el Shem de la boca del Golem ya que su hija había enfermado y tuvo que cuidarla junto a su esposa, un descuido leve, pero fatídico. Al día siguiente, cuando comenzaba la ceremonia del sabbath y el rabino estaba entonando el primer salmo, fueron muchos los que llegaron al templo alertando que algo terrible estaba ocurriendo en la casa de rabino. Cuando les preguntó qué era lo que estaba pasando, los ciudadanos, entre los que se encontraban sus propios vecinos que estaban atemorizados, le contaron que el golem estaba destruyendo todo lo que tenía a su alcance.


El golem estaba furioso, y nadie se atrevía a acercarse a él. El rabino meditó entonces un plan de acción. El Sabbath casi había comenzado, entonces, cualquier acción sobre el gigante sería pecado. Pero visto de otra manera, él no había acabado de pronunciar el primer salmo del sabbath, con lo que no había comenzado oficialmente. Entonces, apresuradamente se dirigió hasta su casa para enfrentarse al golem, varias calles antes de divisar su morada, ya escuchaba los destrozos del golem, estaba creando un verdadero ruido tenebroso mientras golpeaba todo lo que se le presentaba.


El rabino fue el único en entrar en su morada, ya que todos los ciudadanos que le acompañaban estaban horrorizados por los ruidos que emitía la casa. El rabino contempló toda la casa destrozada, donde habían muchas cosas rotas; tales como platos, mesas, sillas y libros. En aquel momento el golem se encontraba en el patio, lugar en donde el rabino tenía a sus animales domésticos. Todos ellos se encontraban muertos y esparcidos por el patio; las numerosas gallinas, los gallos, perros y gatos.


Cuando el rabino contempló al golem, el gigante arrancaba un árbol de las raíces como si nada. Judah Leöw se dirigió al golem para frenarlo, lo miró fijamente durante unos instantes, con los brazos en alto, entonces tocó al golem, borrándole el aleph a la inscripción sobre su frente. El golem se estremeció y miró con sus horribles ojos al rabino, dándose cuenta de que estaba inmovilizado. Entonces fue cuando el rabino introdujo la mano en las fauces del gigante y extrajo el papel mágico. Entonces el golem cayó al suelo inerte. Yacía sin vida en el suelo, otra vez convertido en un muñeco de arcilla. Todos los ciudadanos presentes se acercaron sin miedo, exclamaron de júbilo al felicitar al rabino y luego rieron y se burlaron del golem, el cual comenzó a tornarse en un estado opaco y árido.


No obstante, el rabino, observando su creación sin vida yaciendo en el suelo, manifestó a todos los presentes: “No olviden este evento. Que sea una lección para todos ustedes. Aún el golem más perfecto, cuya vida fue creada para protegernos a nosotros, puede cambiar fácilmente a una fuerza destructiva. Por lo tanto tratemos cuidadosamente aquello que es fuerte, de la misma manera que nos postramos bondadosa y pacientemente a todo aquello que es débil. Todo tiene su momento y su lugar.”


Luego, se dirigió con calma hacia la sinagoga para retomar el salmo y culminar la ceremonia de inicio del sabbath. Tras ese día de sabbath, el rabino no volvió a introducir el Shem en la boca del gigante, y así se mantuvo el gigante paralizado en la sinagoga donde ofrecía los sabbaths, donde luego fue trasladado al desván de la sinagoga. Se cuenta que mientras trasladaban al golem, sus características físicas se fueron deshaciendo, quedando solamente, una masa de arcilla y barro, con dos agujeros que correspondían a sus ojos.


Judah Leöw dictó la prohibición estricta de que nadie debía ni siquiera acercarse a dicho desván. Durante los siglos posteriores se creyó que el golem se convirtió en polvo, pero esa creencia se desvaneció cuando, después de muchos años, un rabino curioso se aventuró una vez en un día de sabbath al desván de la sinagoga. Ese día, tras haberse sometido a un severo ritual de purificación y prolongado ayuno, subió con un atuendo de penitente al desván, mientras que abajo sus alumnos entonaban salmos. Al entrar en el lugar quedó aterrorizado, y huyó despavorido.


Este rabino no contó lo que había visto allí, pero renovó la prohibición de no aventurarse al desván de la Sinagoga de Viejonueva de Praga. Desde entonces, se cubre ese lugar de una celosa prohibición guardada por los más fervientes judíos, un secreto misterioso que nadie quiere resolver. Nadie se ha vuelto a aventurar en aquel lugar. Pero, Gershom Gerhard Scholem (5 de diciembre de 1897 en Berlín, Alemania – 21 de febrero de 1982 en Jerusalén, Israel), el filólogo e historiador israelí, figura destacada dentro y fuera del judaísmo, unánimemente considerado como el más importante especialista mundial en mística judía, en su obra "On the Kabbalah and its Symbolism / La Cábala y su Simbolismo" de 1965 manifiesta que el golem es una figura que una noche de sabbath, cada treinta y tres años aparece con vida en la ventana del desván de la sinagoga de Praga y puede ser devuelto a la vida de ser ello necesario si hay una amenaza presente.


Se cuenta que el desván de la sinagoga fue renovado en el año 1883 y que al revisar, se encontró un sarcófago enorme vacío y sin ninguna evidencia del golem. Es importante señalar que el rabino Menachem Medel Schneerson, el último de Lubavitch, escribió que su suegro, el rabino Yosef Yitzchak Schneersohn, estuvo en la renovación de dicho desván y él le dijo que vio al golem en un rincón del lugar, justamente detrás del enorme sarcófago. Algunas versiones de la historia cuentan que el golem fue robado y sepultado en un cementerio en el distrito de Zizkov en Praga, donde actualmente se encuentra la torre de Televisión Zizkov. En relación a la leyenda, otras versiones dicen que el golem se enamoró de la hermosa hija del rabino y al ser rechazado, se volvió en el incontrolable salvaje ya mencionado. En otra versión, el golem se cansó de que lo explotaran con cada trabajo forzoso y se rebeló, enfureciéndose y matando a todo aquel que se cruzara en su camino.


El emperador de Hasburgo, Rodolfo II, quedó tan fascinado con el rumor popular por lo acontecido y con el conocimiento arcano que implicaba el tema, que trasladó su residencia a Praga, que en la época se conocía como un centro de interés de las artes negras y la alquimia, astrología, necromancia, cábala y otras áreas del misticismo.


La primera publicación de la leyenda data de 1847 en una colección de cuentos judíos titulada “Galerie der Sippurim”, publicada por Wolf Pascheles, de Praga. Sin embargo, el golem habría sido creado en varias ocasiones y por diversos rabinos ilustres a lo largo de toda la Edad Media. Es más, la primera existencia del golem se remontaría a los orígenes mismos de la humanidad, donde un golem habría sido creado por una persona creyente y cercana a Dios. Como Adán, el golem habría sido creado a partir del barro, insuflándole después una chispa divina que le habría dado la vida. Así, la creación de Adán es en principio inspiradora y referente de la creación de todo golem.


La primera persona acreditada por haber hecho un golem con un Shem a mediados del siglo XVI fue Elijah de Chelm (nacido en 1550 y fallecido en 1583), razón por la que se le conocía como “Baal Shem”. Se dice que su golem era un ser enorme y monstruoso muy similar a Frankenstein, y que el rabino temía pudiera destruir el mundo ya que éste fue creciendo y haciéndose cada vez más masivo. Se cree que la muerte de Elijah se debió a que le retiró el Shem al golem y éste se desplomó. Los escombros de la criatura de barro fueron tales que cayeron encima de Elijah.


Desde este punto de vista, toda persona con un cierto grado de santidad y acercamiento a Dios podría adquirir algo de la sabiduría y el poder divino. Es impresionante como ese poder es capaz de insuflarle vida a la materia inerte. Crear un golem es entonces expresión patente de sabiduría y santidad. Pero, más allá del grado de santidad que tuviera el creador de un golem, el ser creado nunca sería más que una sombra de aquel creado por Dios, ya que, significativamente y por definición, todo golem carece de alma.


Ahora, yéndonos a unos años más recientes, en una época contemporánea, durante la II Guerra Mundial. Entre 1938 (año de la anexión de los sudetes) y 1945 (tras la salida de los últimos alemanes), desaparecieron tres cuartas partes de la población judía de Praga. 7 largos años de enormes padecimientos para la comunidad judía. Pero específicamente en el año 1942, las tropas nazis tomaron sin dificultades la capital checoslovaca. Estando en Josefov, en medio del gueto judio, los soldados alemanes entraron a la sinagoga, haciéndola una resistencia inesperada.


Estando en el lugar, dos soldados alemanes – dos altos cargos de las SS- subieron a inspeccionar el desván de la sinagoga. Hubo registro de ello como parte del protocolo habitual, ya que consta la hora en la fueron a inspeccionar. Se les vio subir. Nunca más, sin embargo, se les vio regresar. Pronto, las autoridades alemanas fueron avisadas. Por lo que pudiera pasar y a sabiendas de la leyenda local, el delegado de Hitler en Bohemia, Reinhard Heydrich, tomó la drástica decisión de sellar el desván y la parte superior de la Sinagoga. 


Poco después comenzaron los rumores que aseguraban que una criatura no humana y sin alma, hecha de barro se paseaba en las noches por las calles del gueto judío para proteger a la comunidad de los ataques de los enemigos. La historia asustó a muchos soldados alemanes que intentaron huir y fueron fusilados.. o ¿los habrá asesinado el golem?


Unos opinan que en el desván se encontraban escondidos miembros de la resistencia anti-nazi que acabaron con la vida de los soldados alemanes, otros piensan que los rabinos usaron un Shem en el golem ya que éste puede ser devuelto a la vida de ser ello necesario, y asesinó sin piedad a los mencionados miembros de la tropa nazi. Jamás sabremos lo que ocurrió con ellos, lo cierto es que ese anécdota es parte ahora de la leyenda de la criatura barro y arcilla.


En la literatura, el autor y poeta alemán- judío, Berthold Auerbach, se refiere al golem en su obra "Spinoza" de 1837. Ya para 1847 la versión integral de historia del Golem es incorporada en una importante colección de relatos judíos, publicada por Wolf Pascheles de Praga. Aproximadamente sesenta años después, una descripción ficticia es publicada por Yudl Rosenberg en 1909. 


A finales del siglo XIX, el grueso de la sociedad europea adoptó la figura del golem. Notoria es la novela de Gustav Meyrink, "Der Golem/ El Golem" de 1915. En el año 1921, el escritor H. Leivick (25 de diciembre de 1888, Chervyen, Bielorrusia - 23 de diciembre de 1962, Nueva York, Estados Unidos), escribió un poema dramático en ídish compuesto de ocho secciones y también titulado "El Golem". El escritor argentino Jorge Luis Borges, en su libro "El otro, el mismo" de 1964, incluye un poema suyo del año 1958 que se titula "El Golem" y es a lo largo del mismo donde trata el famoso mito hebraico. En sus palabras preliminares a la lectura del poema, Borges observa que "el golem es al rabino que lo creó, lo que el hombre es a Dios; y es también, lo que el poema es al poeta".


En lo que al mundo cinematográfico se refiere, hubo una serie de clásicos expresionistas del cine mudo, entre los que destaca la serie El Golem (1915-1920) y siendo especialmente famosa es Der Golem de 1920. El célebre film de cine mudo fue dirigido por Henrik Galeen y Paul Wegener. Luego, en 1966, se estrenó It! The Curse of the Golem/ La Estatua Viviente, que es una versión británica del golem. Fue dirigida por Herbert J. Leder y cuenta como un curador de un museo es despedido por sus patrones, en venganza, utiliza cierta fórmula medieval para lograr que la estatua de un golem cobre vida.


En 1984, un equipo de filmación tuvo el permiso de los rabinos para visitar el desván de la sinagoga con el fin de hacer un documental. Ellos lograron entrar pero no encontraron evidencia alguna del golem, aunque lo curioso fue que había un cuarto fabricado recientemente con una gran puerta sellada sólidamente y junto a ésta, el enorme sarcófago vacío. Actualmente, el desván de la sinagoga se encuentra abierto al público en general después de haber permanecido cerrado por tanto tiempo, los turistas pueden acceder a él pagando un precio especial ya que el lugar se a convertido en la atracción principal. Según la leyenda de la nueva atracción, del otro lado de la puerta del cuarto del desván, se encuentra el cuerpo de arcilla seca del golem.


En la cultura moderna, el golem es una figura metafórica estrechamente relacionada con el autómata, el ser descerebrado o el hombre masificado que, controlado, sirve desde un plano de conformismo, pero podría, bajo ciertas circunstancias, rebelarse. La misteriosa leyenda es quizás una profecía acerca de las entidades artificiales que la tecnología actual pudieran desarrollar. Entes sin alma que pueden ser controlados por humanos pero que, en algún momento, puedan gestar conciencia y autonomía, llegando a causar muerte y destrucción. Es por ello que algunos han considerado el golem como un antecedente al monstruo de Frankenstein.

miércoles, 12 de septiembre de 2018

El hospital de Monterrey y la leyenda de la enfermera del séptimo piso

México, un país hermoso, riquísimo en folklore que, al igual que muchos otros países, está plagado de leyendas que alimentan la cultura popular, haciéndolas sonadas hasta el punto en que rebasa las barreras de dicho país. En Monterrey existe un hospital que tiene una aterradora leyenda que por mucho tiempo ha despertado la fascinación y el interés de aquellos que la escuchan. Muchos consideran que el lugar tiene una maldición después de lo ocurrido y que los sucesos acontecidos antes y después, forjaron la infame leyenda. A continuación, para todos ustedes; la leyenda de la enfermera del séptimo piso.


Muchos opinan que, simbólicamente, los hospitales son puertas que conectan con el más allá, una conexión entre la vida y la muerte, y un hospital ubicado en Monterrey es prueba de ello. El Hospital Regional de Especialidades No. 25, es un Centro Médico del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y se encuentra ubicado sobre la avenida Lincoln, al poniente de Monterrey, en la colonia Nueva Morelos, cuya coordenada es 25°42'57" N 100°21'1" W. Inicialmente, el hospital realizaba su función normal, las actividades recurrentes entre pacientes, doctores y enfermeras se realizaban las 24 horas del día, cada día. Pero después del trágico suceso ocurrido, todo cambio, el ambiente se torno oscuro y sobrenatural, comenzado así las actividades paranormales.


La leyenda cuenta que en el hospital, en los años 70, había una notable enfermera llamada Matilde Margarita que formaba parte de las enfermeras encargadas de los pacientes del séptimo piso. Matilde era sobresaliente en su trabajo de cuidar los enfermos a su cargo. Se sabe que a pesar de tener éxito en su trabajo, no era lo mismo en su hogar, ya que su esposo la culpaba de descuidarlo a él y a sus dos hijas por no darle el debido cuidado y tiempo por estar ocupada en sus labores médicas. 


Cierto día, su hija menor sufrió un accidente y Matilde no pudo asistir a donde estaban atendiendo y curando a la niña ya que se encontraba de guardia. La pequeña fue atendida por enfermeras novatas que no atendieron bien sus heridas, ocasionando que se desangrara y muriera.


Para Matilde fue aun peor cuando le dieron la custodia total de la hija mayor a su esposo y este, argumentando que ella descuidaba siempre a su familia, la terminó abandonando. Sin duda, esto afecto mucho a Matilde, quien culpó a su trabajo de lo ocurrido y le agarró odio a todos los pacientes que cuidaba, ya que el continuo cuidado a esas personas ajenas habían ido acabando con su matrimonio hasta el punto del abandono de su propia familia, según ella.


A partir de ese punto, los pacientes enfermos del séptimo piso parecían no mejorar, incluso algunos empezaron a morir de manera misteriosas. La situación continuó así por casi 10 años, en donde comenzaron a realizar averiguaciones en donde notaron que los pacientes fallecidos eran atendidos por Matilde. El asunto se volvió sospechoso y, pasado cierto tiempo, los doctores comenzaron a dar rondas nocturnas continuas en donde uno de los médicos descubrió a Matilde aplicando erróneamente un medicamento a un paciente, dándose cuenta de la razón de la muerte de los pacientes. 

El médico intentó detenerla pero ella huyó hasta el cuarto de implementos médicos. El reporte se hizo y los agentes de seguridad, junto a otros médicos y enfermeras se aproximaron al lugar intentando dialogar con Matilde para que saliera y lograr una solución. Matilde sabia lo que le esperaba si llegaban a apresarla.

Pero al dejar de recibir respuesta del otro lado de la puerta del cuarto de implementos médicos, los agentes se apresuraron para lograr pasar. Al no tener otra opción que derribar la puerta, encontraron a Matilde acostada en un charco de sangre, se había cortado las venas. La noticia fue lamentable para todos aquellos que la conocían y el suceso fue impactante para todos los presentes. Al parecer, Matilde ingresaba a las habitaciones del séptimo piso y suministraba medicamentos que empeoraba la salud de los pacientes causándoles la muerte.


El cuarto fue debidamente aseado y las actividades continuaron como de costumbre. Pero lo extraño de todo era que los pacientes que eran destinados al séptimo piso, parecían no mejorar, hasta el punto extremo en que morían irremediablemente, sin importar la enfermedad que padecieran. Nadie podía explicar la causa, pues los médicos los atendían de manera adecuada. Después de un tiempo, muchos de los pacientes enfermos decían que una enfermera con su uniforme antiguo lleno de sangre, aparecía en los cubículos y los atendía a mitad de la madrugada para ponerles una medicina diferente a la que los médicos le recomendaban. 


Otros sin embargo decían que la enfermera llena de sangre tenía una apariencia fantasmagórica, con rostro enojado y blanquecino, mirada fija en lo que hacía y sin mencionar palabra alguna. Cabe señalar que todos manifestaban que ella parecía flotar en el aire por su modo acelerado de andar.


Después de los testimonios de los pacientes, en donde todos coincidían, médicos, enfermeras y hasta el personal de seguridad comenzaron a ver a la cadavérica enfermera rondando por los pasillos más alejados del hospital en horas de la madrugada. El caso más sonado fue en los años 90, cuando un paciente alojado en el séptimo piso comenzó a dar gritos de terror a mitad de la noche, llamando la atención de los médicos y enfermeras de guardia. Allí todos fueron testigos de la aparición de la enfermera fantasma que los miró a todos con una mirada de odio y se desvaneció en el aire. Era cierto lo que los pacientes decían, ella parecía no tocar el piso. El espíritu vengativo de Matilde se había quedado para seguir haciendo sufrir aquellos a quienes tanto odiaba.


La única solución que se pudo encontrar para evitar más muertes y apariciones, fue clausurar el séptimo piso. Actualmente no hay manera de poder ingresar a ese piso. El acceso por las vías de las escaleras se encuentra sellado y en el ascensor, el botón del piso 7 no aparece en el panel botones y se encuentra programado para que no se detenga por ninguna manera en el séptimo piso, ya que fue agregada una nueva construcción alterna para unir la planta seis y ocho sin pasar por la séptima. A ese piso nadie acude, nadie puede entrar, ni los médicos, ni enfermeras, ni agentes de seguridad, mucho menos aquellos que quieran hacer exploraciones urbanas.


A pesar de la leyenda, el hospital encierra en sus muros un sinfín de otras historias de ultratumba, pues el lugar tiene otros testimonios acerca de otras apariciones sobrenaturales, los cuales mantienen vivas las leyendas que rondan en los pasillos de este hospital, que aseguran que hay una maldición en todo el complejo que cae en los diferentes pisos del edificio.


Según recuerda Ana, una enfermera que trabajó en el área de cuidados intensivos en la clínica 25 desde 1986 a 1996, cuando ella empezó a laborar en ese hospital, una de las historias más comentadas era la del décimo piso, en donde las personas aseguraban que se había practicado un exorcismo en secreto a una paciente lo cual motivó a que este sitio quedará cerrado después que la mujer falleciera en el proceso. Ana, quien ahora se desempeña como maestra en una escuela de enfermería, recuerda también que una noche, mientras trabajaba, utilizó el ascensor, el cual sin explicación alguna se quedó varado en el décimo piso con las puertas abiertas, como una siniestra invitación a entrar en el deshabitado piso. Ana comenzó a preocuparse, sintiendo poco a poco un miedo sobrenatural de una increíble energía negativa que pedía ser encontrada.


Ésta no fue la única experiencia paranormal que tuvo durante su estancia, Ana comenta que también vio sombras recorrer el área de los cubículos, escuchando voces de personas que le hablaban cuando sólo había pacientes entubados o con muerte cerebral a todos estos sucesos se acostumbró e incluso aprendió a sentir a la muerte. "Yo siempre sentía cuando la muerte venía, y no se llevaba solamente a uno, se llevaba a varios. No se llevaba a la persona que estaba más grave, se llevaba a otros de los demás departamentos, de otras terapias" explicaba Ana con seguridad.

Otra de las experiencias que vivió Ana fue cuando una noche "conoció a la Muerte". Su encuentro con ella ocurrió en un elevador durante una de sus guardias nocturnas. Cuando las puertas del ascensor se abrieron un hombre vestido de negro y con zapatos de charol entró y se paró junto a ella. El hombre, a quien recuerda como un caballero educado y guapo, empezó a platicar con ella. Durante la charla el hombre le contó que su estancia en la clínica se debía a que su primo estaba hospitalizado, seguido a esto, el hombre le preguntó su nombre, temerosa la enfermera se lo dijo, de pronto el elevador se detuvo pues habían llegado al octavo piso. 


Cuando las puertas del ascensor se abrieron, el hombre salió del ascensor y la enfermera lo vio perderse entre el pasillo, al llegar a su estación de trabajo, marcó al jefe del piso ocho. Le preguntó si había visto a aquel hombre, a lo que su compañero le respondió que a ese joven vestido de negro jamás lo había visto rondar por el piso ocho.

Muchas es la especulación que se da sobre el hospital, contándose historias desde fantasmales hasta alocadas, como por ejemplo; experimentos de clonación, sectas que vivían a escondidas entre las paredes del inmueble y el tráfico de órganos clandestino, ya que este hospital no es propiamente del gobierno. Para más información sobre el lugar, su teléfono por conmutador es (0181) 8371 4100 y su página web es www.imss.gob.mx/.