domingo, 17 de noviembre de 2024

¿Existe la licantropía? El caso de William Ramsey - El Hombre Lobo de los Warren

La leyenda de los hombres lobo es muy antigua, y en casi todos los casos, según la tradición popular, son asociados con la luna, pero en realidad puede referirse a la transformación de una persona en cualquier animal. Por ejemplo, en India y las islas asiáticas el animal más común es el tigre, en el Norte de Europa es el oso, en Japón es el zorro, y en África es el leopardo o la hiena. En este caso en particular se tratará el caso de un hombre llamado William Ramsey, quien ocasionó extraños ataques que aterrorizaron a la pequeña ciudad costera de Southend en Essex. La situación escaló tanto que los demonólogos Ed y Lorraine Warren tuvieron que intervenir, ya que estaban convencidos de que se trataba de una posesión demoníaca.

Como tal, la licantropía es la mitológica habilidad o poder que tiene un ser humano para transformarse en lobo o licántropo. En años más recientes se considera un trastorno mental que imita el comportamiento de los animales, tales como gruñir, gemir o arrastrarse. La condición puede estar puede estar asociada con trastornos afectivos o esquizofrenia, y sus causas no se conocen del todo, pero algunas teorías sugieren que puede estar relacionada con el mismo folclore, lesiones neurológicas específicas o impulsos violentos o sexuales para evitar la culpabilidad. Aunque cultural y mitológicamente, hay caso en que se cree que una persona puede convertirse en animal por medio de la brujería, transmigración de almas, ancestros animales de tribus indígenas, etc.

William "Bill" David Ramsey nació y se crio en la mencionada ciudad de Essex en algún punto del año 1943. Todo transcurrió de manera corriente en su niñez hasta que cumplió los 9 años de edad, en el año 1952 cuando comenzó a sentirse extraño. Él se encontraba en el patio de su casa un sábado por la tarde cuando una ráfaga fría se apoderó de él. Dicha brisa tenía un hedor nauseabundo a tal punto que casi lo hizo vomitar. De inmediato, Bill pensó en huir a como diera lugar de allí, similar a un lobo, teniendo el comportamiento agresivo y animal. Solo la voz de fondo de su madre lo sacó de ese extraño trance. De manera gradual, la ira y la agresividad comenzó a instalarse en su subconsciente, la violencia y la adrenalina comenzó a ser parte de esos ataques que poco a poco se hicieron comunes.

Se cuenta que una vez, el joven arrancó con gran fuerza y violencia un pequeño poste de su cuadra que estaba soldado al suelo para proceder a morderlo, similar a un perro masticando un hueso. Los padres de Bill observaron lo que ocurría desde el interior de su casa y solo esperaron a que la calma regresara al niño para poder interactuar con él. A pesar de lo impresionante de la situación, no ocurrio algo parecido hasta dentro de quince años después. Bill hizo su vida con normalidad, se casó con una mujer de nombre Abby y tuvo tres hijos. Su pesadilla comenzó poco después, cuando pesadillas repetitivas se hicieron presentes cada noche. Sueños aterradores cuyas conclusiones eran similares y Bill despertaba de golpe siempre con temor y repleto de sudor frío. El sueño trataba de él mismo que se encontraba a pocos pasos de su esposa y ella, con inmenso miedo trataba de huir y hasta enfrentarlo pero él no sabía el porqué. Los sueños terminaron de golpe en el año 1967 y, 18 meses después, Bill se despertó en su habitación, se encontraba asustado por algo que parecía gruñir desde la oscuridad. El jadeo de animal salvaje venía de algún punto de la habitación pero no sabía de donde hasta que se dio cuenta que él mismo quien lo producía.

Antes de la Navidad del año 1983, exactamente el 5 de diciembre, Bill comenzó a tener dolores en su pecho, que de inmediato asoció con un ataque al corazón. Sin pensarlo más, fue a la sala de urgencias del hospital local para realizarse un exámen de presión arterial y atenderse pero de pronto, sus pensamientos cambiaron, habiendo una ira incontrolable en su psique. De la nada, hundió sus dientes en los brazos de la enfermera que lo estaba atendiendo y corrió por el pasillo de la sala como si se tratara de un animal salvaje. Quienes presenciaron el ataque, dijeron que parecía un hombre poseído. Los testigos también afirman que Bill se encogió de hombros y engarrotó las manos como si se trataran de garras, poniendo una mueca en sus labios como de animal con rabia. El hombre finalmente fue sometido por casi veinte personas, después de correr rápidamente en cuatro patas y derribar a todo aquel que se encontrara en su camino. Ni siquiera fue suficiente que un oficial de la policía le colocara fuertemente unas esposas alrededor de sus muñecas.

A pesar de, todo se solucionó y las festividades transcurrieron con normalidad pero, a mediados de enero de 1984 un nuevo ataque se haría presente. Presenciando que algo no estaba bien, Bill fue nuevamente al hospital, el mismo de la vez pasada. Allí se encontraba con él en la sala de emergencias un par de enfermeras que comenzaron a temer por su vida, por lo que llamaron a unos oficiales de policía. Cuatro hombres uniformados entraron a la sala por si alguna situación irregular se presentaba, la situación irregular ocurrió. La enfermera asistente y los cuatro uniformados observaron sin palabras como Bill comenzó contorsionarse y gruñir como un animal, sus sonidos no eran humanos sino como de un animal, uno grande y salvaje. Uno de los oficiales terminó muy mal herido y tuvo que ser ingresado al mismo hospital por cuatro días, los otros uniformados le colocaron un par de esposas al incontrolable hombre pero sus movimientos tan involuntarios podrían haber ocasionado que las herramientas pudieran abrirse. Con gran esfuerzo y con ayuda de otro grupo policial, fue llevado a la comisaría local, donde el propio Bill sugirió que fuera ingresado a una institución de salud mental, pero al final no lo hizo.

Los siguientes años pasaron de manera normal, parecía que todo podía haber terminado y Bill se sentía confiado pero alerta ante lo que podía ocurrir. En el verano del año 1987, cuando salió a hacer unas compras al mercado, Bill comenzó a sentir las familiares sensaciones en su pecho. Se detuvo un momento en su auto para controlar sus impulsos, pero en ese momento, al detenerse así, un fornido oficial de policía se acercó a su automóvil para ver su se encontraba bien. El sujeto uniformado comenzó a interrogarlo y puso su mano en el hombro de Bill, de inmediato la bestia en su interior salió y el policía fue arrojado al suelo para posteriormente ser estrangulado. La pareja del policía llegó de inmediato y pidió apoyo con rapidez. Dos unidades de seis miembros de la ley llegaron y entre todos trataron de calmar la situación pero Bill era incontrolable y bastante fuerte. Se necesitó la fuerza de la docena de hombres de la ley y dos inyecciones tranquilizantes para poder controlar a la salvaje bestia. Bill fue recluido en una institución mental, ya sus ataques tenían asustada a la población de la ciudad costera y no querían salir hasta que el hombre bestia fuera domado o controlado o encerrado. Durante los siguientes diez días, el hombre fue puesto a merced de médicos para realizarle exámenes, donde las resonancias magnéticas y rayos x no revelaban nada fuera de lo común. Claramente había algo que debía tratarse pero no se sabía que era.

El caso de Bill Ramsey apareció en un programa de televisión justo en el momento cuando los demonólogos Ed y Lorraine Warren visitaban Londres durante el show American Demonologist. El caso de Bill les llamó la atención y se dirigieron hasta Southend para saber más del asunto, ya que sospechaban de que el hombre salvaje estaba poseído. Una vez en la ciudad, Lorraine contactó a la comisaría local para establecer el contacto con los Ransey. Pronto, los Warren pudieron hablar con la familia. Bill no comprendía lo que ocurría hasta que los Warren hablaron con él y le informaron la gravedad del asunto. Le informaron que la existencia de seres no humanos obedecen a fuerzas malignas y utilizan las vulnerabilidades para colarse en el interior de las personas para cometer actos atroces. Pero también le dijeron que existían seres de fuerza luminosa como su esposa, quien estuvo al lado de Bill en sus días más oscuros. Así pues, comenzaron a planificar un exorcismo que sería realizado en la ciudad de Connecticut, en Estados Unidos, convenciendo a Bill para asistir a su iglesia en esa ciudad, junto con el especialista y obispo Robert McKenna.

Así pues, Bill Ramsey viajó a Estados Unidos en compañía de su esposa Abby, la revista The People patrocinó el viaje y una vez en ese país, el estado del hombre empeoró, cambiando cada vez más en su transición de bestia: un hombre lobo. Una noche antes de que se llevara a cabo el exorcismo, Bill, quien ya tenía poco control de sí, trató de estrangular con gran fuerza a su esposa. Pudo ser detenido y de una vez comenzado a preparar para el exorcismo, donde por hora y media de rituales hablados en latín no ejercían efecto aparente y Bill no parecía estar impresionado. De la nada, todos fueron testigos de cómo Bill Ramsey, por posesión, por licantropía o alguna razón aparente, se convertía físicamente en un hombre lobo real. Sus rasgos cambiaron totalmente como si fuera una bestia rabiosa, sus tendones se contrajeron y sus dedos se colocaron en una posición tales como garras, observándose una fuerza sobrehumana notable.

El exorcismo fue grabado y McKenna realizó con valentía el ritual, donde se observó a la bestia queriendo abalanzarse sobre todo aquel en medio del rito. El obispo especialista ordenó a la entidad que se retirara para siempre y dejara al hijo de cristo en paz. La fuerza de la bestia se hizo evidente pero en el momento de más tensión, Bill se fue calmando y con esa sensación, también se fueron todas las características de bestia en su interior y exterior. Se sabe que William "Bill" Ramsey regresó poco después a su natal Southend en Essex, junto a su esposa Abby y se encontraba bien, sano y sin ningún síntoma de violencia o agresividad, tampoco de ira o impulsos. La última aparición en público para la televisión local de Bill fue en el año 1992 y posterior a eso, no hubieron más incidentes. Su vida continuó con normalidad y siguió junto a su esposa e hijos.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Las Hijas del Marinero

NOTA: Antes de iniciar la presente, muy corta pero interesante publicación que servirá como un relato corto introductorio a un próximo tema central, les comento que no pude realizar mi acostumbrada publicación del domingo pasado, motivado a problemas de acceso a algunas páginas web desde mi país nativo, por lo que tuve que recurrir a otras opciones para hacerles llegar mi escritura. Pido disculpas, a pesar de que es una situación que se escapa de mis manos.

En el año 1846, en un punto del Mediterráneo, entre España e Italia, en una época en donde algunos marineros temían salir a la mar por rumores sobre extrañas criaturas que aparecían de vez en cuando atrayendo a navegantes a la tragedia o hasta la misma muerte, un pequeño barco con cinco hombres como tripulación salió a pescar. Pablo, David, José, Jesús y Carlos, eran sus nombres. Pablo era el mayor, un hombre de avanzada edad que aún gustaba de salir a pescar y pasear por el mar. Llevaba el grupo con liderazgo, paciencia y sabiduría.

A ellos ya se les había advertido estando en la orilla, que mar adentro podían encontrarse con unas peligrosas criaturas mitad humano y mitad pez. Ya encontrándose lejos de la orilla, recordaron el aviso y comenzaron a burlarse, riendo y juzgando al pobre desdichado que les había dicho eso. Un andrajoso y decrépito loco, a su parecer. Pablo fue el único que no rió. Los miró a todos con un pensamiento de que eran muy jóvenes para entender los misterios de la vida, la existencia, el mundo y el mar. Entonando su voz grave y firme, les dijo a los oyentes que no se burlaran de ello, que existían tantas cosas que era posible que criaturas acuáticas con apariencia de humanos existieran y que no tentaran la suerte, que podrían ser testigos en ese viaje de poder encontrarse alguna. Continuó diciendo que había escuchado viejos relatos de marineros que dijeron haber escuchado melodías femeninas que los llevaron a la perdición y que no debían escuchar esos sonidos. 

Las risas se hicieron escuchar y retumbaron en el sitio pero David, el más joven de ellos, no rio. El muchacho de apenas 18 años escuchaba atentamente a las palabras de Pablo y, aunque no creía mucho en esas entidades marinas, si se lo tomó con algo de seriedad. La seriedad del tema lo hizo reevaluarse el por qué se encontraban allí, y era que la pesca, desde hace meses se había tornado difícil, ya no era lo suficientemente buena como antes. Estaba escasa y ardua. Pablo interrumpió sus pensamientos al decir en voz alta que debían de seguir avanzando mar adentro. En ese punto, una intensa bruma comenzó a cubrir el lugar y fue allí, muy lejanamente que comenzaron a escuchar hermosos cantos.

Miraban a todos lados para saber de dónde venía esa melodía encantadora y, cuando menos se lo esperaron, cuatro hermosas mujeres rodearon el barco. Estaban tan concentrados en los cantos que no se habían tomado el tiempo de mirarse entre ellos hasta que las mujeres aparecieron, que parecían caminar por el agua con tal delicadeza y belleza que parecía un sueño hecho realidad. José, el más ingenuo del grupo, les ofreció ayuda de inmediato, mientras que pablo se encontraba en un rincón de la embarcación, cubriendo sus oídos con cera.

- Que mujeres tan hermosas... Ustedes bellísimas mujeres, ¿Qué hacen aquí? ¿Su barco naufragó? Vengan con nosotros, las ayudaremos.

Inquietante pero dulcemente al mismo tiempo, no hubo respuesta por parte de las mujeres, quienes solo sonreían. David, que había prestado atención a las sabias palabras del viejo Pablo, se encontraba observando inmóvil, más que fascinado, por la incertidumbre, el impacto y el miedo.

- Son hermosas...- dijo finalmente y terminó por ceder al encanto y acercarse a la orilla del barco.

Para ese punto, los cuatro hombres ya se hallaban sentados muy cerca de la orilla y cada uno se encontraba fascinado por alguna de las hermosas mujeres que tenía al frente, que maravillaban con sus movimientos y sus breves cantos hipnotizantes. Lentamente extendieron la mano para poder tocarlas pero cada uno fue víctima de las mujeres, quienes destrozaron con fiereza el brazo entero de los hombres curiosos. Gritos de terror se escucharon y la dulzura de los rostros de las sirenas desapareció transformándose en rostros deformados y horribles, con dientes afilados, facciones de demonios y cabello alborotado y descuidado dejando ver debajo de él unas branquias largas detrás de los cuellos. Ya era muy tarde, los hombres habían sido capturados y posteriormente devorados con violencia y agitación.

Pablo fue el único sobreviviente y duró toda la noche allí, inmóvil en ese rincón del pequeño barco mientras que las mujeres pez lo rodeaban con la vista, como esperando que se despojara de la cera de los oídos pero al mismo tiempo agradecidas por haber recibido de su parte tan sabroso banquete. Al día siguiente, cuando la bruma desapareció, el viejo Pablo remó de vuelta a la orilla y luego de un tiempo, llegó al puerto.

- ¿Qué pasó con los demás?- gritó una joven desesperada al ver llegar a Pablo solo.

- Pasó lo que tenía que pasar, eso pasó.- Dijo Pablo con el peso de la culpa.

- Lo hicistes ¿Verdad? ¿Se los entregaste a las sirenas?- Dijo la joven con impresión.

- Yo les advertí. Les dije que no se burlaran. Les dije que no escucharan los cantos. Yo les dí la oportunidad para que se salvaran...

- Tú sabías que pasaría. Lo has hecho antes así que no mientas. Prometiste que no volvería a ocurrir.- Gritó la joven con los ojos llenos de lágrimas.

- Ellas son mis hijas... Y tenían hambre- confeso finalmente Pablo con una gran culpa en sus ojos y en su alma.

domingo, 3 de noviembre de 2024

ESPECIAL DE HALLOWEEN - ¿Quién es The Pale Man (El Hombre Pálido)?

Aprovechando los recientes días de Halloween, el Día de los Santos y el Día de los Muertos, cierro la celebración con una acostumbrada publicación especial por esas festividades. En este trataremos la historia de un personaje enigmático y aterrador que sirvió como antagonista de un filme y que nos regaló una memorable secuencia de tensión y una gran presentación. Hablamos ni más ni menos que The Pale Man o El Hombre Pálido, una figura que causa curiosidad e incomodidad, tanto por su apariencia así como también por su historia, que se deja ver en el escenario en donde se encuentra. Aquí trataremos su historia.

Pan's Labyrinth (El Laberinto del Fauno) es una película de 119 minutos, de drama y fantasía oscura del año 2006, escrita, producida y dirigida por el talentoso y querido mexicano Guillermo del Toro. Está protagonizada por Ivana Baquero, Ariadna Gil, Sergi López, Doug Jones, Maribel Verdú y Álex Angulo en los papeles principales.

La cinta fue seleccionada por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas para representar a México en los premios Óscar, en la categoría de Mejor Película de Lengua Extranjera (Best Foreign Language Film), y fue ganadora de 3 premios Óscar y otros 55 premios cinematográficos más. Cabe señalar que fue el filme de mejores críticas a nivel mundial durante 2006, también la película con más candidaturas a los premios Óscar entre las que no son de habla inglesa. También fue ganadora de 11 premios Ariel, destacado a la de mejor película y director.

Antes de iniciar, les indico que la presente publicación contiene parte del argumento de la película (el que nos interesa más para el tema central de la publicación), así que coloco el aviso de...

La cinta transcurre en el norte de España, en el año 1944. Ofelia (Ivana Baquero), una niña de 13 años muy inteligente amante de los cuentos, viaja con su madre Carmen (Ariadna Gil), quien se halla en un avanzado estado de gestación, hacia un antiguo molino, donde se encontrarán con el nuevo padrastro de Ofelia, el capitán de la Policía Armada Vidal (Sergi López), encargado de eliminar los últimos indicios de la guerrilla republicana escondida en los montes después de la guerra civil. En el camino, Ofelia se topa con un insecto extraño con forma de mantis, que la sigue. El narrador explica que hace mucho tiempo en un mundo subterráneo existía una princesa que deseaba vivir en el mundo de los humanos. La princesa logró escapar, pero la luz del sol la cegó y, al perder su inmortalidad, murió. Su padre, el rey del mundo subterráneo, sabía que su alma no había muerto, y que regresaría algún día a donde pertenecía, por lo que abrió portales alrededor del mundo esperando su regreso.

Al llegar al campamento, Ofelia conoce al capitán y se hace visible que es un hombre desagradable. En este campamento, localizado al lado de un molino, Ofelia conoce a Mercedes (Maribel Verdú), una de las trabajadoras en este lugar, quien, junto con el doctor Ferreiro (Álex Angulo), suministra a escondidas medicinas y alimentos a los rebeldes de las montañas. Al lado del molino se hallan las ruinas de un viejo y extraño laberinto que intriga a Ofelia. Durante la primera noche, el extraño insecto visita a Ofelia revelándose como un hada mágica y la guía hacia el laberinto. Allí, se encuentra con una estatua y un Fauno (Doug Jones), que le revela un gran secreto. El fauno le dice que ella es en realidad una princesa y que su padre la busca desesperadamente. Para poder regresar, Ofelia debe pasar tres pruebas y demostrar que su esencia está intacta. El fauno le da un libro en blanco que le permitirá terminar las pruebas; con este libro, el fauno también le da tres piedras de ámbar para su primera misión. 

La primera prueba se lleva a cabo al día siguiente y consiste en entrar en una cueva situada en las raíces de un árbol moribundo y encontrar a un sapo que está matando a la planta lentamente. Después de encontrarlo, debería darle de comer las tres piedras y extraer una llave dorada de su vientre. Ofelia completa esta tarea, pero al hacerlo, arruina el vestido que le hizo su madre para la cena de esa noche. Esto decepciona a su madre, quien castiga a Ofelia impidiéndole cenar. 

Al siguiente día, Ofelia abre el libro para saber de su nueva tarea, pero en vez de revelársela, el libro se llena de sangre. Carmen grita de dolor en la habitación y Ofelia se apresura a entrar. Allí se encuentra a su madre sangrando terriblemente. Llama al doctor inmediatamente, que seda a Carmen y le prescribe reposo absoluto. Ofelia es trasladada desde la habitación de su madre a otra habitación para que Carmen pueda descansar. Esa misma noche el fauno aparece en la habitación de Ofelia preguntándole por qué no ha cumplido la segunda tarea, Ofelia le explica al fauno sus razones y este le regala una raíz de mandrágora; Ofelia debe ponerla en un cuenco de leche, alimentarla con dos gotas de su propia sangre cada día y situarla debajo de la cama de su madre para hacerla sentir mejor. Así lo hace Ofelia al siguiente día. Antes de marcharse, el fauno advierte a Ofelia que su misión será muy peligrosa y le entrega un estuche que alberga tres hadas mágicas que la ayudarán en su misión. Le da, además, un pedazo de tiza para abrirse paso y un reloj de arena para contar el tiempo exacto que debe durar su misión. El fauno le indica que no debe comer ni beber nada en el lugar de su misión porque allí habita un ser inhumano.

Esa misma noche, Ofelia se dispone a cumplir su segunda misión. Dibuja una puerta en la pared con la tiza. Al abrir esta puerta, ve un largo y extraño pasillo. Antes de saltar a ese lugar nuevo, gira el reloj de arena ya debe regresar antes de que la arena del reloj terminase de caer, y libera a las hadas, quienes la dirigen hacia unas pequeñas puertas en la pared, como cajas fuertes al finalizar el pasillo, el cual es un gran salón de comedor. Allí, también hay una gran mesa llena de apetitosa comida de muchas clases y, sentado en el centro, se encontraba durmiendo en una silla junto a una cálida chimenea crepitante, un monstruo delgado y sin ojos llamado Hombre Pálido (Doug Jones). En las paredes se hallan pinturas de este monstruo matando y comiendo niños pequeños. A un lado, hay una montaña de zapatos de niños que sugiere un destino terrible para ellos. Ofelia utiliza la llave que obtuvo del vientre del sapo para abrir una de las tres puertas en la pared. Decide abrir la puerta de la izquierda a pesar de que las hadas le indicaron que abriese la que se encuentra en el medio. De esta saca una daga. Al dirigirse a la salida, Ofelia no puede resistir la tentación de comer dos uvas, sin tener en cuenta la advertencia que el fauno le había hecho previamente ni prestando atención a las advertencias de las hadas en ese momento. 

Esto causa que el Hombre Pálido se despierte y, con sus ojos ocultos en las palmas de sus manos, se disponga a atacar a Ofelia. Las hadas se apresuran a defenderla, pero el monstruo captura a dos de ellas y las asesina al arrancarles la cabeza con la boca antes de comérselas. Ofelia se apresura a la salida, pero su tiempo se agota antes de llegar y la puerta se cierra frente a ella. Asustada, logra crear otra puerta en el techo y escapar con una sola hada instantes antes de que el monstruo la alcance.

Después de atender a su madre al día siguiente, Ofelia se entera por medio de una conversación entre el capitán y el doctor, que la vida de su madre no significa nada para el capitán, al que solo le preocupa su hijo nonato, continuador de su estirpe. Por la noche, el fauno visita a Ofelia para saber el resultado de la segunda misión. Con lágrimas en los ojos, Ofelia empieza a explicar que tuvo un accidente, pero antes de que pueda continuar, el hada que sobrevivió a esta travesía se apresura a contarle al fauno lo sucedido. El fauno, furioso, le dice a Ofelia que cometió un error y que no es la elegida. Al desobedecer las reglas, Ofelia agotó sus posibilidades de volver a su reino junto a sus padres y debería seguir viviendo como humana. El fauno desaparece en las sombras y deja a Ofelia llorando.

Mientras Ofelia alimenta la mandrágora, que alivia el dolor de su madre, el capitán la sorprende y grita enfurecido al darse cuenta de lo que estaba debajo de la cama. Carmen despierta y pide hablar con Ofelia a solas. Le explica que la vida es dura y que la magia no existe. Carmen lanza la mandrágora a la chimenea encendida, donde se retuerce con un agudo chillido, hasta morir. Al instante, Carmen se encuentra sangrando en el suelo. Llaman al encargado del botiquín del puesto, pero Carmen muere durante el parto. La única preocupación de Vidal es su hijo, que se encuentra bien. Pronto comiena un enfrentamiento entre los guerrilleros y los soldados. Entretanto, Ofelia es visitada por el fauno una vez más en su habitación. Se abraza a él y este le ofrece una segunda oportunidad con la condición de que ella haga todo lo que le diga sin hacer preguntas. Ofelia acepta y el fauno le pide que lleve con ella a su hermano recién nacido al laberinto. 

Ofelia sale con el bebé en brazos, pero Vidal la descubre y la sigue. Al mismo tiempo, los guerrilleros atacan el campamento. Ofelia lleva al niño hasta el laberinto, donde se encuentra con el fauno. Este le pide al niño y le dice que para abrir el portal a su reino se debe derramar sangre inocente. Ofelia rehúsa hacerle daño a su hermano a pesar de las constantes demandas del fauno. Este, muy molesto, da un paso hacia atrás y le dice que haga lo que quiera. En ese momento llega Vidal, que no puede ver al fauno, le quita a Ofelia al bebé de las manos, le dispara y la deja sangrando en el suelo, a la entrada del pozo que da acceso al mundo del fauno. 

Al salir del laberinto, los guerrilleros, con Mercedes al frente a su lado, están esperando a Vidal. Este les entrega voluntariamente el niño y y el acompañante de Mercedes le dispara en la cara y lo mata. Los rebeldes entran en el laberinto y encuentran a Ofelia en el suelo moribunda. Sin poder ayudarla, solo pueden verla sucumbir. Su sangre gotea desde arriba sobre la extraña estatua de la gruta del fauno y la luz de la luna llena obra un milagro: en la cara de Ofelia nace una sonrisa. En una última visión, se ve a sí misma en un palacio dorado frente a sus padres, el rey y la reina (la cual guarda un enorme parecido con Carmen) del mundo subterráneo. El rey dice que la última prueba era derramar su sangre antes que la de un inocente (su hermanito), y el Fauno felicita a la niña de que ha elegido bien. Ofelia se convierte en la princesa y está lista para vivir eternamente en su palacio. Mientras tanto, la Ofelia terrenal muere en los brazos de Mercedes. El narrador entonces dice que la princesa reinó con justicia por muchos siglos y que fue amada por todos sus súbditos. Dice también que todo indicio de su existencia en este mundo fue borrado, con excepción de los pequeños detalles: una flor blanca retoña sobre el árbol antes moribundo, visibles solo para aquellos que saben dónde mirar.

Ahora bien, en el mencionado clímax de la película, justamente cuando Ofelia debe hacer la segunda prueba es donde aparece el personaje principal de esta publicación. Se cuenta que dicho personaje es un ser grotesco y aterrador que solo desea sangre para alimentarse, especialmente de niños, pero que puede estar inactivo por muchos años. Es una figura humanoide de piel pálida y sin ojos en sus rostro, sino que posee agujeros en las palmas de sus manos para colocárselos y ver de esa manera. A pesar de su frágil aspecto, posee una gran fuerza y es inmortal, y se cree tiene habilidades mágicas para conservar en buen estado el banquete en su mesa, la cual es parte de su reino y de manera, cualquier niño que caiga en sus dominios no tendría escapatoria.

Pero, ¿Qué es él? ¿Es otro fauno o es demonio? No, no es un fauno y tampoco es un demonio. El Hombre Pálido en sus inicios, era un humano. Un hombre deformado por su aspecto vicioso que disfrutaba de excesos sin medidas. El obeso hombre de alguna manera puso en peligro uno de los accesos hacia el mundo subterráneo al encontrar una legendaria daga de poder que podría derramar sangre mágica (la misma que recupera Ofelia de las puertas de la guarida en la segunda prueba)

Para hacerle frente, los reyes enviaron al mismísimo Fauno, a quien dotaron con facultades para detenerlo. Le ofrecieron todos los placeres comestibles más suculentos del mundo a cambio de la daga pero el vicioso hombre no realizó el cambio, ya que pensaba que esa relíquia valia mucho más que eso. 

Así pues, el hombre fue castigado al usarse magia antigua y fue arrastrado a un lugar secreto del inframundo que solo conectaba con la luz del sol por medio de extensos y angostos respiraderos en el techo. Allí, el hombre, con la daga aun en su propiedad, estaba encerrado en gran salón de comedor que conectaba a un pasillo tenuemente iluminado que no conducía a ninguna parte. Lo más desesperante para él era que en salón había una gran mesa llena de grandes y deliciosos banquetes de comida, pero él no podía alimentarse de ella porque desaparecían en sus manos y no llegaban a tocar su boca. Duramente se dio cuenta que pasaba el tiempo y que el hambre era insaciable pero que no podía morir, pero su cuerpo si se deformaba grotescamente.

Como parte de la segunda prueba para probar que la hija del rey era la adecuada y por otras razones, muchos niños llegaron a caer en la guarida del hombre, que ya era más monstruo por su apariencia, cuya maldad, falta de comida, odio y resentimiento hacia el mundo mágico lo habían deformado. Allí se alimentaba de los niños que no llegaban a irse de ese lugar. Se los comía vivos y se bebía plácidamente su sangre, devorándose desde vísceras hasta huesos. Cabe destacar que la guarida de esta criatura tenía pinturas en las paredes que mostraba en destino de los niños, quienes sin éxito pidiendo misericordia y de igual manera eran devorados, lo que indica que el Hombre Pálido no tenía rastro de la humanidad. En un rincón de la guarida había una gran montaña de ropa y zapatos para niños, lo único que llegaba a quedar de ellos. Dichas pinturas eran realziadas por él mismo, y las ropas y zapatos de sus víctimas las mantenía de esa manera a modo de trofeos.

El diseño del personaje se le ocurrio al director por un antiguo póster, que dejaba ver al monstruo mitológico japonés Tenome (un nombre que significa "ojos de mano"), de allí la apariencia de los ojos en las manos, además que basó su rostro en las mantarrayas.