La Biblia (del latín biblĭa y del griego βιβλία que significa "libros"), es un conjunto de libros canónicos que en el cristianismo y en otras religiones se consideran producto de inspiración divina y un reflejo o registro de la relación entre Dios y la humanidad. La Biblia está organizada por dos partes principales: el Antiguo Testamento (Tanaj, libros sagrados canónicos en el judaísmo) y el Nuevo Testamento, que se enfoca en Jesucristo y el cristianismo primitivo. La palabra canon significa "regla" o "medida", así que se le llama canon bíblico al conjunto de libros que integran la Biblia según una tradición religiosa concreta, que los considera así "divinamente inspirados" y los distingue de otros textos que no se consideran revelados. Estas diferencias entre las distintas ramas del cristianismo se dan únicamente para el Antiguo Testamento; por ejemplo, según la Iglesia católica son 46 libros, y según la mayoría de iglesias protestantes son 39. Con relación al Nuevo Testamento todas tienen el mismo número de libros.
Ahora bien, a pesar de que, según esta historia lineal, Eva representa la tercera mujer de Adán y Lilith la primera, Naamá fue la segunda mujer de manera oficial. Según la leyenda hebrea, después que Lilith abandonó el Edén por iniciativa propia y se instaló en las costas del Mar Rojo, uniéndose allí con el Arcángel Samael (nombre original de Lucifer, antes de la caída), Dios creó directamente una nueva mujer para Adán, esta vez un poco mayor que su antecesora con el fin de otorgarle madurez y temple, carácter y armonía. Su nombre fue Naamá, pero también era conocida como Naamah, Nahama, Nhama, Naamáh, Nammah o Na' Ammah, cuyo significado era "agradable", "encantadora" o "complaciente". Naamá era en apariencia semejante a Lilith, pero siendo esta última más sensual, joven y bella.
Se cuenta que Naamá tenía un carácter tranquilo y complaciente, siempre de lado de Adán, sin poner objeción a ninguna decisión del hombre. Con una voz agradable y encantadora, nunca le llevo la contraria a su pareja notoriamente más joven. Adán se tornó aburrido ya que sentía que todo marchaba según su perspectiva pero su pareja no lo juzgaba ni opinaba ya que le parecía que la voz del hombre era el camino supremo a seguir. La leyenda en este punto varia, en donde unos dicen que Adán engañó a Naamá para que quedara fuera del Edén, mientras que otros aseguran que Adán le pidió a Dios que creara una tercera mujer, esta vez más parecida a él en esencia y comportamiento, algo más "perfecto". Dios lo escuchó y expulsó a Naamá fuera del Edén sin darle razón, mientras decidió dar una nueva compañera a su creación, puesto que ya había proclamado que "No es bueno que el hombre esté solo", creó a Eva a partir de una de sus costillas, y por lo tanto sumisa al hombre. De aquí vendría el inicio de la expresión "la tercera es la vencida".
Del modo que haya sido, lo cierto es que Naamá quedo fuera del Edén en completa soledad y confusión. Al no tener a su hombre, al que debía seguir y obedecer, perdió la razón y comenzó a caminar sin rumbo ante un desolado y desconocido territorio. Después de avanzar por un tiempo indeterminado por un camino que acabaría con la vida de cualquier humano promedio, Naamá llegó a las costas del Mar Rojo, al igual que Lilith. Allí fue recibida por esta última y por el Arcángel Samael, quien la tomó como mujer también. Su destino fue similar al de Lilith, ya que se convirtió en un demonio, una súcubo y madre de los demonios.
A diferencia de Lilith quien fue la primera mujer vampiro de la historia y se convirtió en amante del Arcángel Samael y otros demonios, Naamá se convirtió en un demonio propiamente y fue tomada por el mencionado Samael solo para él.
Semyazza (en hebreo שמיחזה u en griego Σεμιαζά), también conocido como Semihazah, Shemyazaz, Sêmîazâz, Semjaza, Samjâzâ, Shemihaza, Shemhazai, es un ángel caído, líder de un grupo de doscientos ángeles caídos según el epigrafico Libro de Enoc 6:3 y pertenecientes a los Grigori, los ángeles "Vigilantes". Se convirtieron en ángeles caídos por su deseo y pasión por mujeres del posterior linaje que dio lugar Adán y Eva. Se cuenta que, después de que el grupo se convirtió en Ángeles Caídos, Naamá los corrompió aún más, especialmente a su líder Semyazza, trayendo como consecuencia que ellos se alzaran nuevamente y se unieran para fornicar con las mujeres.
El resultado de ello fue el nacimiento de los Nephilim o "Los Caídos" (del hebreo נָפַל), una legendaria raza de gigantes híbridos que dominaron parte de la Tierra y se comieron, tanto a bestias como a humanos. Surgidos como resultado de la unión antinatural entre ángeles malvados y mujeres humanas, fueron extinguidos posteriormente durante el diluvio universal.
En el Zohar (libro más importante de la Kabbalah), se menciona a Naamá como uno de los Cuatro Ángeles de la Prostitución, junto con Lilith, Agrat bat Mahlat (demonio y súcubo en la mitología judía) y Eisheth Zenunim (una princesa de Qlifot que gobierna Satariel y se come las almas de los condenados según la mitología judía), consortes también del Arcángel Samael.
A veces también es mencionada como madre de los Asmodai, descendientes de ella y el demonio Asmodeus, el Rey de los Demonios y esposo actual de Lilith. La mitología le atribuye el poder de ser la culpable de ocasionar epilepsia a los niños. En tiempos contemporáneos es una criatura legendaria demoníaca del folclore hebreo, además de ser conocida entre muchas castas de brujas como "Madre Bruja".
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