Las bombas de EEUU sobre Hiroshima y Nagasaki en el año 1945 dejaron unos 250.000 muertos, cifra similar a la que algunos atribuyen al accidente en la central nuclear ucraniana de Chernobyl en 1986. Muchos son los que opinan que ese desastre nuclear fue el más grave acontecido en la historia del mundo, pero no es así. Lo que ocurrió en Semipalátinsk fue seis veces mayor que lo de Chernobyl por su radiación aguda y permaneció encubierto por 73 años por el Gobierno Ruso. Sus efectos fueron tales que en la actualidad, la salud de las personas aún tienen resonancias.
Semipalátinsk o Семипала́тинск, en su original ruso, es una ciudad de Kazajistán, situada en el noreste de la provincia de Kazajstán Oriental y la provincia de Pavlodar, cerca de la frontera con Siberia, aproximadamente a 1000 kilómetros al norte de Almatý y a 700 km al sudeste de la ciudad rusa de Omsk, surcada a lo largo del valle del río Irtysh o Иртыш, en su original ruso. Sus coordenadas son 50°24′40″N 80°13′39″E y su superficie total es de 210 km². Tiene una población total de 340.000 habitantes, según el censo realizado en 2013. Se tiene constancia escrita de que los primeros asentamientos en el lugar fueron en el año 1718, cuando se construyó un fuerte junto al río Irtysh, cerca de las ruinas de un monasterio budista. Se erigió como poblado en 1782.
Semipalátinsk fue un lugar corriente hasta que en el año 1947, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se hizo con un lugar a 150 km al oeste de la ciudad llamado Dorzhikent, en donde vivían cerca de 700.000 personas, un sitio especifico tan grande como Bélgica o el estado de Maryland, EE.UU., para colocar 5 instalaciones en forma de Polígono, especialmente para el desarrollo del programa de práctica de pruebas nucleares. La zona fue elegida por su geografía, por su relativa cercanía a Moscú en comparación con Siberia y, porque según Lavrenti Beria, el temido director de la policía secreta y más tarde jefe del proyecto soviético para la bomba atómica, era un lugar prácticamente deshabitado. Dicha instalación fue la principal en relación a lo que a pruebas nucleares se refiere.
En el año 1949, se realizó el primer ensayo nuclear en la instalación P-1 por la Unión Soviética; la RDS-1, posteriormente, el 12 de agosto de 1953, se realizó la prueba de RDS-6, que produjo un gran cráter con una fuerte contaminación radiactiva, que imposibilitó seguir usando gran parte de la zona. La instalación P-2 se utilizó para las explosiones en tierra, la P-3 era utilizada para bombardeos de proyectiles pequeños y medianos, la P-4 era usada para preparación de materiales y la P-5 fue utilizada para bombardeos de proyectiles de alta potencia. Cabe señalar que todas las instalaciones se encontraban en un radio de 10 km de la P-1. En el denominado Polígono, entre los años 1949 y 1989, los soviéticos realizaron en secreto 86 explosiones nucleares aéreas, 30 sobre la superficie y 340 bajo tierra. Desde que iniciaron los ensayos, los habitantes de Semipalátinsk se acostumbraron a despertarse por un movimiento de tierra similar a un terremoto, los domingos por la mañana, cuando los científicos probaban el armamento atómico en el polígono militar.
En agosto de 1956, las continuas pruebas con armas nucleares se tragaron la ciudad industrial de Ust-Kamenogorsk y la ciudad cercana, Znamenka, ocasionando una gran contaminación radiactiva que persiste en la actualidad. El resultado de ello fueron más de 5600 personas hospitalizadas (entre ciudadanos de las mencionadas ciudades y aldeas de Kazajstán del este) con enfermedades derivadas de la radiación del suelo y los alimentos de los cultivos. La leche de yegua, que era la bebida nacional, se había convertido en un mortal veneno. La contaminación en el lugar hizo que las muestras fecales tomadas a personas en una granja colectiva justo al sur de Ust-Kamenogorsk tuvieran altos niveles de radioactividad, que ya no eran detectables entre dos y cinco días después de dejar de comer alimentos locales. Por ello, los médicos pidieron que se detuviera el consumo de grano local, y sugirieron no realizar pruebas atómicas (especialmente explosiones en tierra) antes de la cosecha completa de los campos, a fin de que la comida estuviera debidamente guarecida de la caída de la nube radioactiva.
De manera oficial, la base de instalaciones soviética de ensayos nucleares fue clausurada el 29 de agosto de 1991 por el Gobierno de Kazajstán, gracias al presidente Nursultan Nazarbayev, después de haberse realizado 456 explosiones nucleares, tras la devolución del armamento nuclear soviético de Kazajistán a Rusia (un total de 1200 ojivas nucleares y 110 misiles). Cabe señalar que el bombardeo liberó en el medio ambiente 90.000 billones de bequerelios de cesio-137, un isótopo radiactivo muy tóxico que hoy por hoy, aun permanece en el lugar.
Ese día fue escogido por la Organización de las Naciones Unidas para conmemorar la clausura del polígono de ensayos nucleares de Semipalatinsk, como el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares. En 1993, el director del Polígono fue despedido tras descubrir que traficaba con equipamiento militar. Al ser abandonada, la desmantelación de los últimos edificios científicos por parte de los habitantes de la región, concluyó en junio de 2000, cuando se vendieron todas las partes de la infraestructura. Los detalles concretos sobre el programa nuclear se desconocen porque los documentos no han sido desclasificados en su totalidad por el absoluto secreto en el que se encontraba inicialmente.
"No había fuego, no se veía nada pero sentí una fuerza que me tiraba al suelo. Intenté levantarme, pero me volvía a caer. Perdimos a nuestro hijo de cuatro meses." relató Elena Mihailova, una anciana que vivía en Semipalatinsk en una entrevista realizada en el año 2010. Según las investigaciones, más de 1.300.000 personas se vieron trágicamente afectadas, dándose a conocer también que la región tenía la mayor tasa de suicidio infantil en toda Rusia y las mutaciones eran habituales ya que la proporción de mutaciones en el ADN duplica la de otras regiones cercanas.
A pesar del paso del tiempo, los efectos permanecen. Los médicos del Hospital Oncológico y los del centro de Investigación de la Radiación advierten de que la incidencia del cáncer se debe además a que hay mucha industria y extracción de minerales y petróleo que también son contaminantes. "Los jóvenes tienen muchos problemas de relación con sus padres y también entre ellos. Cuando llegan a nuestro centro lo primero que hacemos en una terapia de contacto físico, no están acostumbrados ni siquiera a tocarse.", explica una psicóloga de uno de los lugares de acogida instaurados por la Unicef en Semipalatinsk.
"Si alguien se quiere casar, tiene que pensar si los hijos podrían tener algún problema." indicaba un joven de grupo que mostraba su preocupación por las consecuencias de la radiación. Cuando los afectados logran que un tribunal médico establezca que su enfermedad se debe a la radiación, entran en un programa del Gobierno, reciben una pensión y tienen derecho a tratamientos.
Se tiene registrado que en la época de las explosiones, se generalizaron los tumores del sistema digestivo y más tarde en el reproductivo, tiroides, pecho y pulmón. También abundaron los casos de tuberculosis y brucelosis o fiebre de Malta, la mala alimentación o hábitos de higiene se les atribuyó los cambios en los sistemas nerviosos y circulatorios de las personas. Nadie sabe con exactitud cuantos fueron los fallecidos por los más de 1.300.000 casos registrados en los informes clasificados.
"Nací sin brazos. Mi madre se quedó en shock, fue muy difícil para ella. No fue capaz de mirarme en tres días", relató el activista kazajo Karipbek Kuyukov. Nació en 1968 y es hijo de una pareja de pastores nómadas que fue evacuada por el ejército soviético horas antes del lanzamiento de una de las tantas bombas nucleares. "Los médicos le dijeron a mi madre que si no quería quedarse conmigo me podían inyectar algo para acabar con mi sufrimiento, y con el suyo, de se ser necesario. Mi padre se negó", explicó Kuyukov. "Ella me dio el regalo de la vida. Creo que desde entonces mi misión en la Tierra es asegurarme de que soy una de las últimas víctimas de la historia de las pruebas nucleares." añadió.
En el año 2007, Semipalátinsk fue cambiada de nombre y rebautizada a Semey o Семей, en su original kazajo y ruso, tras la independencia de Kazajistán. En la actualidad, el lugar esta en un estado decadente de abandono y la ciudad más cercana al Polígono, Kurchatov, no confundir con la ciudad rusa del mismo nombre, (en honor a Ígor Kurchátov (1903-1960), físico ruso y líder del proyecto atómico soviético), tiene un aspecto fantasmagórico, un lugar muerto a simple vista pese al esfuerzo del Gobierno por dinamizarla.
La naturaleza en el lugar no volverá a florecer y la situación es incierta y potencialmente peligrosa en los alrededores pero el gobierno asegura que el área a favor del viento es ahora segura para vivir. Cabe señalar que el Gobierno Ruso tiene en desarrollo una iniciativa para que la región sea nombrada Herencia cultural UNESCO.
La ONU dictó el siguiente comunicado:
"Desde que los ensayos nucleares empezaron en 1945, cerca de 2000 pruebas se han ejecutado dejando consecuencias devastadoras para la humanidad. En los primeros años de esta práctica, se prestó poca atención a sus efectos y al peligro de las lluvias radiactivas derivadas de los ensayos en la atmosfera. Hoy, la historia nos ha demostrado que las tragedias humanas y medioambientales resultantes de los ensayos nucleares, justifican la necesidad de observar el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares, más aún porque las armas atómicas contemporáneas son cada vez más poderosas y destructivas.
La resolución, que fue propuesta por la República de Kazajstán, y apoyada por otros países. Celebrar el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares serviría para aumentar la conciencia y los conocimientos del público sobre "los efectos de las explosiones de ensayo de armas nucleares y cualquier otro tipo de explosión nuclear, y sobre la necesidad de ponerles fin para lograr el objetivo de un mundo libre de armas nucleares."
La primera conmemoración de este día fue celebrada en 2010, cada año desde entonces, la celebración se realiza mediante la coordinación de diversas actividades en todo el mundo, tales como simposios, conferencias, exposiciones, concursos, publicaciones, enseñanza en instituciones académicas, programas de televisión y radiodifusión y otros medios.
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