Chittagong es la segunda ciudad más grande de la República Popular de Bangladésh, un país ubicado al sur de Asia. Bangladésh en bengalí significa "País de Bengala". El País esta casi rodeado por La India a excepción de un pequeño territorio que limita con Birmania. Siendo el octavo país más poblado, tiene una tasa de pobreza muy elevada, la sobrepoblación, la corrupción, el daño de los efectos climáticos, entre otros. Teniendo además uno de los lugares más contaminados del mundo, El Puerto de Chittagong; el cual es el mayor puerto marítimo del país y es el punto clave de comercio exterior.
El Puerto de Chittagong es conocido por ser el cementerio de barcos más grande del mundo, un lugar deprimente y oscuro en todo aspecto. Con una población de 4 millones de habitantes, en su momento contaban con playas hermosas, las cuales algunas eran las más bellas del planeta, hubiesen podido sacarle provecho a algún tipo de industria pero decidieron convertir el litoral en un desguazadero de barcos y reciclaje de metal. Es el destino de cientos de barcos procedentes de países ricos que han encontrado en éste lugar un sitio para pagar muy poco para deshacerse de aquellas embarcaciones que ya no son necesarias. Pero los barcos no son los únicos que perecen en Chittagong, los trabajadores sin guantes y descalzos que se exponen casi 14 horas del día al sol, gases explosivos, tóxicos mortales y planchas de acero que se caen a varios metros de altura sin ningún tipo de protección laboral, agua potable y asistencia médica, son los más vulnerables de ese sector y llegan a ser una aproximación de 130 muertes por año.
Otro cementerio de barcos conocido son Las playas de Naudibú en Mauritania, un país ubicado al noreste de África donde los barcos son despedazados por los habitantes ya que el metal recolectado corresponde al consumo mayoritario del país.
Cabe señalar que los trabajadores son migrantes con muy poca formación y protección jurídica los cuales son explotados brutalmente y no pueden defender sus derechos de ninguna manera, no tienen ni voz ni voto para las acciones a realizar y pueden sufrir consecuencias graves si tratan de mejorar su suerte. Son ignorados de manera total por las autoridades políticas. Con condiciones insalubres y peligrosas, los trabajadores ganan por día menos de 50 rupas, es decir, 0,75 euros. Los trabajadores viven en casas muy pobres que no poseen electricidad ni saneamiento. Los niños asisten a una pequeña escuela en el viejo barrio portugués de Peterghatt, pero hay niños que van a la zona del desguezadero nada más para revisar la basura y conseguir cualquier resto útil de metal para vender en el mercado.
En el año 2010, la Federación Internacional de Trabajadores de las Industrias Metalúrgicas (FITIM), publicó las conclusiones de un estudio de más de 1600 trabajadores del cementerio de barcos en Chittagong, donde un trabajador llamado Sheik Maal indica que sale de su casa a las 4:30 am de su casa en bicicleta despidiéndose de su esposa y tres hijos, a pesar de que posee sólo 27 años, su cuerpo tienen múltiples cicatrices y su pesar es de un anciano.
Su fuerte declaración afecta al tacto y hace pensar lo agradecido que debemos ser por las cosas que tenemos ya que hay personas con muy pocos recursos y en situaciones fuertes que se mantienen firmes y sigue avanzando a pesar de todo, "Desde que nacemos tenemos que luchar contra la pobreza, por la zona tenemos muchos amigos pero los que tienen suerte siguen vivos y los que no, mueren. Primero tratamos de seguir vivos, luego trabajamos. Mi padre también trabajo aquí y desde que yo tenia 7 años lo acompañaba cada día, de allí aprendí todo lo que se y lo que debo hacer. No quiero que ninguno de mis hijos haga lo que hago yo aquí pero no veo que otra cosa podrían hacer porque no se cuanto tiempo podrán ir al colegio. Nunca pienso más allá del día de hoy".
Los barcos que llegan al puerto llevan en su interior cantidades enormes de asbesto o amianto, pinturas con plomo y cadmio (uno de los metales más tóxicos del mundo), que al tener el manejo y cuidado necesario, afectan gravemente la salud de miles de trabajadores por respirar las finas fibras de amianto sin protección, produciendo enfermedades respiratorias y cáncer. Siendo éste otro aspecto irracional como parte del paupérrimo trabajo exponiendo la vida cada día.
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