sábado, 23 de noviembre de 2013

La Leyenda del Holandés Errante



El holandés errante o también llamado el holandés volador (De Vliegende Hollander en holandés  y The Flying Dutchman en inglés) es un barco fantasma, protagonista de una leyenda muy extendida alrededor del mundo.

Según la tradición, es un barco que no pudo volver a puerto, condenado a vagar para siempre por los océanos del mundo. El velero es siempre oteado en la distancia, a veces resplandeciendo con una luz fantasmal. Si otro barco lo saluda, su tripulación tratará de hacer llegar sus mensajes a tierra, a personas muertas siglos atrás.

El folclore marítimo tiene su barco fantasma preferido y éste es el holandés errante. Un barco que ha inspirado pinturas, historias de terror, películas, e incluso una ópera. El barco fue mencionado por primera vez a finales de 1700 en un libro de George Barrington y desde ese momento la leyenda continúa creciendo, gracias a una serie de apariciones que han relatado algunos pescadores y marineros a lo largo y ancho del planeta.




Hay cinco principales leyendas del Holandés Errante:
La primera y la única que tiene “pruebas” de la existencia de dicho buque en documentos antiguos, dice que se puede encontrar el registro de un barco real que partió de Amsterdam en 1680, y fue alcanzado por una tormenta en el Cabo de Buena Esperanza. Como el capitán insistió en pasar el cabo, fue condenado a vagar por los mares para siempre, atraer a otros buques y, eventualmente causar su destrucción.
La segunda viene del siglo XVII y dice que el capitán del barco era Bernard Fokke, que, en ocasiones, había insistido, a pesar de las protestas de su tripulación, de cruzar el Estrecho de Magallanes, en la región del Cabo Horn, el punto más meridional del continente americano. Ahora, la región desde su primera travesía, realizada por el navegante portugués Fernando de Magallanes, es famosa por su clima y sus glaciares inestables, lo que hace la navegación muy peligrosa. Sin embargo, Fokke llevó su barco a través del estrecho con desastrosas consecuencias, de las cuales escaparon, al parecer, haciendo un pacto con el diablo, en una apuesta en un juego de dados que ganó el capitán con dados cargados. Desde entonces, el barco y su capitán fueron maldecidos y condenado a navegar eternamente provocando el hundimiento otros buques, colocandolos en botellas, según la leyenda.
La tercera dice que el capitán Cornelius Vanderdecken fue maldecido y condenado a vagar por los mares para siempre, sin una ruta establecida, la brújula siempre esta girando, y no apunta a ninguna parte desde esa fecha.

La cuarta dice que Amos Dutchman es el capitán del holandés y que se convirtió en un barco fantasma después de que Dutchman insistió en ir a través del Triángulo de las Bermudas durante una tormenta, en ese sitio él se encontró con ciertas “entidades” que se sintieron ofendidas por el audaz capitán, condenandolo a él y a su tripulación a navegar por los mares destruyendo todo lo que se cruce en su camino.
La quinta, y mejor conocida gracias a la película Piratas del Caribe, tiene origen en los trópicos ecuatoriales del siglo XVIII, nos habla de que Davy Jones es el capitán del Holandés Errante, en esta leyenda Davy Jones sería el capitán del barco condenado a vagar por siempre por la ninfa del mar (la reina de las sirenas) Mar Calypso, pudiendo desembarcar un día cada 10 años.

A pesar de que la leyenda sea o no cierta, algunos hechos coinciden, según testigos que vieron el holandés, dijeron que los marineros y el capitán tienen el cuerpo de un hombre y la cara de un pez, el barco navega contra el viento y tiene una velocidad inusual, no permitiendo que ninguno de sus objetivos escape de su ataque despiadado.
Como un hecho real, durante la Segunda Guerra Mundial, el almirante nazi Karl Dönitz, funcionario de alto rango en la marina alemana, informó a su jefe Hitler, que uno de sus tripulantes más “rebeldes” y activo submarinistas, se había comunicado y confirmado en su diario “Lobo de Mar”, que no participaran en una batalla en Suez, el informante nazi, afirmó que había visto el Holandés Errante, y que era una muy mala señal, porqué por el mar por donde el Holandés navega no debe ser cruzado por ningun otro barco. 
Lo que fue aceptado con gran facilidad, tanto por Adolf Hitler como por el Gran Almirante Dönitz. Hitler fue un ocultista y dicen que después envió a un equipo para cazar al Holandés.

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