domingo, 1 de diciembre de 2024

El misterio del Gran Poofington

Incontables misterios tiene nuestro Mundo. Muchos sonados y famosos, otros que se mantienen en secreto pero que son grandes enigmas para aquellas pocas personas que saben de ellos. Otro en cambio, son tan misteriosos o extraños, que desde tiempos antiguos han querido resguardar u olvidar para evitar ir más allá por lo oscuro que pueden llegar a ser o porque simplemente no tienen una explicación lógica aparente. El caso de esta publicación puede estar categorizado en esta último. Trataremos sobre un indescifrable personaje conocido simplemente como El Gran Poofington, alguien que puso de cabeza a una localidad y a la propia policía en su tiempo.

En la década de los años 20, en San Francisco, California, en Estados Unidos, la ciudad era vibrante y en plena transformación, impulsada por el crecimiento económico, la urbanización y el desarrollo cultural. Después del devastador terremoto y el incendio del año 1906, la ciudad se reconstruyó rápidamente y experimentó un gran auge en la construcción, con la creación de edificios emblemáticos y barrios nuevos. Para aquel entonces, entró en vigencia la Ley Seca, por lo que se prohibía el consumo y venta de alcohol, lo que tuvo un impacto significativo en la vida social de la ciudad. Así pues surgieron los bares clandestinos y el contrabando, que floreció en los bajos fondos de la localidad. Entre la diversidad y la cultura, se avivó la escena artística y el musical, las ferias y el entretenimiento. En este escenario presentamos al personaje protagonista de la publicación.

El Gran Poofington era sinónimo de extravagancia e intriga. Era una persona encantadora pero llena de excentricidad. Generaba fascinación por su gran tienda de lámparas en medio de varias tiendas en el muelle de la ciudad, llamada Mundo Caprichoso. Despertaba fascinación y curiosidad, tanto por los coloridos brillos de su establecimiento así como también por su llamativa apariencia; un hombre alto de entre los 40 y 50 años, de gran peso, piel pálida, gran barba, manos y pies pequeños y sombreros exóticos. Solía decir a voz populis que era un "soñador profesional" y que solo buscaba "alegría y risas". Cierto día de finales del mes de febrero del año 1925, Poofington realizó un anuncio a todos en la feria que para muchos era increíble pero que sonaba muy loco para ser cierto, además de costoso: "Por 150 $ cumpliré tres de sus más soñados deseos. Aproveche que es por poco tiempo. Tus deseos serán cumplidos, sólo por el rídiculo precio de 150 $". 

Muchos creyeron que, por ser una feria, habría algún truco o ilusión, y sería un fraude definitivo. Sin embargo, el particular anuncio se regó como pólvora por toda la ciudad y algunas personas acaudaladas habían llegado a la feria, única y exclusivamente para ver al gran Poofington. Otros no tardaron en aparecer, y es que simplemente, habían viajado desde otros estados del país para que les hicieran sus deseos realidad. Muchos entraban a su pequeña tienda de lámparas y solían salir luego de casi una hora después de haber entrado, contentos e ilusionados, emocionados con gran brillo en los ojos. Pronto, a los pocos meses comenzaron a escucharse rumores para nada prometedores. Uno a uno, aquellos que hacían el negocio de los deseos iban de mal en peor, desde desgracias y tragedias, hasta muertes y desapariciones misteriosas. Todo lo opuesto a lo que habían pedido. El Gran Poofington se encontraba de lo mejor, con una tienda más llamativa, a pesar de su tamaño en comparación a otras a su alrededor, con dinero y desbordando risas y alegría.

La situación fue tomando un tono cada vez más siniestro y, a inicios del año 1927, los vendedores y propietarios de la feria, vecinos del enigmático personaje, firmaron una petición para que la tienda de lámparas fuera removida del lugar ya que les afectaba grandemente en fama y ventas en área del entretenimiento. La petición fue llevada a la alcaldía y no tomó mayor relevancia hasta que la situación empeoró. Un miembro de la alcaldía pasó un testimonio personal que decía que había ido a la tienda a evaluar la petición que se había hecho y que falsamente haría el negocio de los tres deseos para ver que ocurría realmente y lo que dijo fue increible. "Ese gordo deforme comenzó a flotar... estaba separado del suelo. No hubo tiempo para hacer alguna ilusión. En un momento caminaba y de la nada comenzó a flotar. De sus manos brotaban luces moradas...". El testimonio fue muy llamativo y sonado, tanto que los propios vendedores de ferias, vecinos de Poofington comenzaron a vigilarlo y se asustaron al descubrir que, en las madrugadas, el hombrecito salía al muelle y comenzaba a flotar hasta alcanzar unos pasos hacia el mar. La tienda encendía y apagaba las luces, emitiendo brillos que los testigos indicaron que eran tenebrosos.

Rápidamente, la petición fue aceptada y para la remoción de la tienda de lámparas, se le pasó al Gran Poofington un aviso para que se fuera, pero él se negó a irse ya que no había incumplido con ningún pago o norma ni había realizado ningún crimen. Al haber ese altercado, la policía tuvo que intervenir y quince miembros de la ley fueron una tarde para sacar a Poofington de su tienda y desmantelar el lugar. El hombrecito les dijo que sabía que ellos iban por él ese día y les preparó algo especial, un show que nunca olvidarían. Los hombres no entendían y solo le apuntaron pero el dueño del extraño sitio comenzó a levitar en medio del local y sus facciones cambiaron. Su modo de flotar era sobrenatural y emitía un brillo de muerte, causando escalofríos entre los policías. Las balas no parecían hacerle daño ya que al disparar, las balas se perdían entre el brillo que emitía el hombre. 

De la nada y como si hubiera ocurrido un chasquido de dedos, el Gran Poofington desapareció en el aire y con él, gran parte de su pequeña tienda. Cabe destacar que jamás volvió a ser visto. Los policías testigos dijeron con asombro y desespero lo que habían visto pero en la alcaldía no les creyeron. Fueron amenazados a no decir nuevamente lo que había ocurrido allí o perderían para siempre sus trabajos y serían encarcelados. Se sabe que ocho de ellos dijeron lo visto a familiares y conocidos para luego huir de California a otros estados vecinos. De los siete restantes, tres de ellos enloquecieron a los meses y los otros cuatro cayeron en desgracia. Nunca se volvió a hablar públicamente del Gran Poofington.

Ahora bien, ¿Qué era Poofington? Algunos señalan que el personaje era solo la apariencia física y avatar de un Djinn. Según los antiguos cuentos árabes, los Djinns eran genios tramposos, quienes fueron encerrados en vasijas de barros y lámparas medianas con un hechizo poderoso con el nombre de Dios, por negarse éstos a seguir los mandatos del Altísimo y recibir órdenes de los hombres. Cuando eran liberados de su prisión, dichos "genios" debían de cumplir tres deseos y luego, si el humano quedaba conforme, serían liberados para siempre a un lugar de corrección. Por esa razón, el Gran Poofington tenía una tienda de lámparas y le daban poder o viceversa.