La transición de género es un tema polémico en la actualidad. Dicho proceso es complejo y multifacético que implica el cambio de género de una persona con el fue asignada al nacer con el se identifica. El camino de cambio abarca aspectos sociales, médicos y legales, y pueden llevarse a cabo de maneras muy diferentes, según las necesidades y deseos de cada individuo. Ahora bien, la identidad de género es la percepción interna y personal que una persona tiene sobre su propio género, que puede o no coincidir con el género asignado al nacer, y aquellas personas cuya identidad de género no se alinea con su género asignado, pueden identificarse como transgénero, no binarias, genero fluido, entre otras identidades. Uno de los aspectos relevantes es la transición social, que toca la forma en la que la persona presenta su vida diaria, que puede incluir el cambio de nombre, pronombres, vestimenta y apariencia, así como se relaciona con el mundo.
Así pues y entre la controvertido del tema, entra en escena Norah Vincent, una escritora y periodista que llevó a cabo un experimento social único con la finalidad de saber cómo era vivir como hombre durante dieciocho meses.
Norah Mary Vincent nació en Detroit, Estados Unidos, el 20 de septiembre de 1968. Allí pasó la mitad de su infancia y la otra mitad en Londres, donde su padre trabajaba como abogado para Ford Motor Company. Estudió en la universidad Williams College, donde se licenció en filosofía en el año 1990, antes de realizar estudios de posgrado en la universidad Boston College. También trabajó como editora para Free Press, columnista semanal en Los Angeles Times y columnista trimestral sobre política y cultura en la revista informativa estadounidense gay y lesbiana The Advocate. Sus artículos aparecieron en The New Republic, The New York Times, New York Post, The Washington Post y otras publicaciones periódicas. Ganó especial reconocimiento en 2006 por su libro Self-Made Man, que cuenta en detalle su experiencia y anécdotas, al pasar dieciocho meses viviendo como varón.
En dicho libro, Vincent describe un experimento de dieciocho meses a principios de los 2000 en el que se disfrazó de hombre. Allí describió sus experiencias en las relaciones interpersonales entre hombre y hombre y hombre y mujer. Se unió a un club de bolos solo para hombres, asistió a bares, entró en un grupo de terapia para hombres, fue a un club de striptease, salió con mujeres y aprovechó lo que sabía cómo católica no practicante para visitar monjes en un monasterio.
Vincent escribió que la única vez que la han visto demasiado femenina fue en su etapa como hombre. Más de una vez creyeron que su nueva identidad llamada Ned, era homosexual. Los rasgos que parecían "poco femeninos" cuando se presentaba como mujer eran considerados extrañamente femeninos cuando se presentaba como hombre. Vincent afirmó en una entrevistada por la periodista Juju Chang en el programa 20/20 de la cadena ABC News, que, tras el experimento, se había dado cuenta de los beneficios de ser mujer y de las desventajas de ser hombre. Dijo: "Me gusta mucho ser mujer. ...Me gusta más ahora que lo veo más como un privilegio". Vincent también afirmó que ahora tenía más simpatía y comprensión por los hombres y la condición masculina: "Los hombres están sufriendo. Tienen problemas diferentes a los de las mujeres, pero no lo tienen más fácil ya que muchos enfrentan rechazos constantes. Necesitan nuestro apoyo, necesitan nuestro amor porque tienen la presión de ocultar sus emociones, y se necesitan el uno al otro más que cualquier otra cosa. Necesitan estar juntos".
A Vincent la describieron como una libertaria que criticaba el posmodernismo y el multiculturalismo. Vincent no creía que las personas transgénero pertenecieran al sexo con el que se identificaban, por lo que la acusaron de intolerancia. En un artículo para The Village Voice, escribió: "La transexualidad significa la muerte del uno mismo, el alma, ese buen "yo" indudable y anticuado que tanto amaba el filósofo, físico y matemático francés René Descartes, cuyo gran proverbio "Pienso, luego existo" se ha convertido en un chiste ontológico".
Sin embargo, el experimento tuvo un alto costo emocional para Vincent. La tensión de mantener una identidad falsa y las revelaciones sobre las dificultades de ser hombre provocaron una profunda depresión que la llevó a buscar tratamiento psiquiátrico luego de culminar el experimento. Más adelante, escribió otro libro sobre su experiencia en hospitales mentales, tales como Voluntary Madness (2008), donde cuenta sus vivencias como paciente hospitalizada en tres centros para pacientes con enfermedades mentales. Allí criticó a los médicos que, según ella, eran inaccesibles, y señaló que demasiados dependían de terapias basadas en los medicamentos, mientras que otros solo se ocupaban de los síntomas en lugar de las causas que los provocaban.
De igual modo, Vincent trató de hacerle frente a los problemas de salud mental que poseía y el efecto grave que había ocasionado el experimento. En el año 2023, con 53 años de edad, Norah Vincent eligió la eutanasia asistida en una clínica de Suiza el 6 de julio de 2022, cerrando una vida marcada por la exploración de los límites sociales y personales. No se informó de su muerte hasta agosto de 2022.
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