miércoles, 7 de noviembre de 2018

El caso de Sheridan Larkman - La mujer cuyos senos no paran de crecer

El sueño de la mayoría de las chicas es tener un busto de tamaño considerable y definido, ya que el concepto de belleza y atención así lo define. En la última década, los implantes han aumentado considerablemente en todo el mundo a nivel estético y muchas mujeres tienen deseos de practicarse este tipo de operación para después lucir prendas acordes para resaltar su operado busto.


En el caso especial de Sheridan Deneka Larkman, una chica de 23 años de edad, nativa de Trafalgar, Victoria, en Australia, el asunto es todo lo contrario. A lo largo de su vida, Sheridan ha tenido muchos inconvenientes gracias a las dimensiones de sus senos.


El busto de Sheridan comenzó a ir en aumento descontrolado a la edad de 8 años, y desde entonces no ha parado de crecer. Para aquel entonces, en repetidas ocasiones le preguntaba a sus padres la razón de ser diferente a otras niñas de su edad, y su madre insistía que su busto dejaría de crecer en algún punto de la pubertad. Con tan solo 10 años, la niña tenía la talla promedio de una chica de 18. Al llegar a esa etapa de crecimiento, Sheridan empezó a usar brasier, llamado también sujetador o sostén, de copa H, equivalente a un contorno de pecho de 26-28 centímetros. Tuvo que lidiar con todo tipo de comentarios crueles y groseros sobre su cuerpo.


"No sabía cómo reaccionar. No sabía si era normal que los niños hicieran eso; no sabía si se burlaban de mí o si intentaban hacerme sentir bien. No podía entender por qué lo estaban haciendo. A menudo me sentía disgustada y quería usar ropa que ocultaba mi cuerpo. Tenía que usar camiseta debajo de mi traje de baño. También tenía que usar alguna tela suave para atar mis senos cuando quería bailar o jugar fútbol"


A los 16 años, ya en la universidad, Sheridan, que usaba copa doble H,  equivalente a un contorno de pecho de 32-34 centímetros, acudió al médico y le pregunto que si ella era normal. La respuesta del doctor especialista fue: "Eres normal. Ya dejaran de crecer, lo que tienes es parte de ser mujer."


“Un día estaba recogiendo algo del suelo cuando hubo un estallido. ¡Uno de los tirantes de mi sujetador se había desprendido por el peso de mis pechos! Traté de sostenerlo y coserlo rápidamente, pero se partió de nuevo. El tirante se clavó en mi piel, y usar el tamaño incorrecto significaba que no tenía el soporte adecuado. Odiaba vivir así”.


A la edad de 18 fue su primer embarazo. En esos meses de gestación, sus pechos crecieron aun más, a la par de su vientre. 


Cuando nació Alaska, su bebé, Sheridan comenzó a usar lencería doble J,  equivalente a un contorno de pecho de 38-40 centímetros. Con el paso del tiempo, empezó a usar brasier copa K, punto en el cual ya padecía de un terrible dolor de hombros y espalda.


Un año después y luego de la llegada de su segunda hija, Kaliese, Sheridan y su esposo Beau comenzaron con los planes de boda. 


Él, quien siempre la ha apoyado en todo momento, haciéndola sentir hermosa sin importar que, ha sido una gran fortaleza para ella. 


En su boda, la chica usó el vestido de sus sueños y pensó en una forma que cubriera a la perfección sus senos, de esta manera se sentiría más cómoda en esa noche tan especial.


Su mayor deseo es poder correr junto a sus hijas en el parque sin pasar por un inmenso dolor de espalda y de sus glándulas mamarias. 


"Mis senos están afectando mi salud y estoy cansada de vestirme para intentar cubrirlos, ya no quiero recibir comentarios molestos como los que he recibido toda mi vida". 


Ya que el tamaño de su busto es fuera de lo común, se ve forzada a comprar lencería especial en el Reino Unido, donde cada brasier tiene un costo de 120 dólares. 


Sheridan asegura que su calidad de vida mejoraría significativamente si pudiera hacerse un procedimiento quirúrgico.


Sin embargo, ella y su familia son de un nivel económico medio, por lo tanto no son capaces de permitirse una cirugía tan cara como lo es la reducción de busto, que tiene un costo aproximado de 14.000 $ (dólares) en su país. 


Por este motivo, Sheridan creó una campaña en una página llamada "GoFundMe" que tiene como objetivo reunir dinero para la intervención quirúrgica que necesita y así lograr tener un cuerpo más saludable y sin dolor alguno.


"Nadie debería vivir de esta manera, estoy en dolor constante. Mi postura es recta pero la presión en mi espalda baja debido a la escoliosis leve que mis senos han provocado, y el dolor en el cuello son una agonía. Así que constantemente me inclino hacia delante. Me siento como un jorobado. Viajar a otro lugar sería más barato, pero no voy a ponerme en ningún riesgo".


"No los he pesado, pero creo que cada seno pesa alrededor de de cinco o seis kilos. Son casi tan pesados ​​como llevar a cuatro bebés recién nacidos. Ayúdenme a financiar una operación privada para salvar mi salud y así poder disfrutar la vida más activamente con mis hijas y mis pasatiempos sin restricciones". 


Además del dolor constante con el que vive Shediran, con frecuencia padece de pequeñas erupciones y pústulas rojas debajo de sus pechos, lo que es sumamente incomodo para ella.


Sheridan posee una rara afección médica llamada macromastia, que afecta el tejido conectivo del seno en el que los pechos se vuelven excesivamente grandes. 


Por lo general, la afección comienza poco después de la primera menstruación en la adolescencia, pero también hay casos donde ocurre antes de la primera regla. Dicha condición a menudo se divide en función de la gravedad en dos tipos, macromastia y gigantomastia. 


La hipertrofia de los tejidos mamarios puede ser causada por una mayor sensibilidad histológica a ciertas hormonas, como las hormonas sexuales femeninas, la prolactina y los factores de crecimiento. La hipertrofia mamaria es un agrandamiento progresivo benigno, que puede ocurrir en ambos senos o solo en uno, experimentando un crecimiento abrupto y significativo en los senos en un período corto de tiempo o en etapas sucesivas.


La historia de esta chica se hizo viral en todo el mundo gracias a su declaración en un artículo del periódico británico Daily Mail. Se espera que logre su cometido al juntar dinero para el procedimiento que cambiará su vida. Después de lograr su meta seguramente todo mejorará para ella y su familia. Actualmente, Sheridan lleva recaudado casi 13.000 $ (dólares), si deseas apoyarla económicamente, puedes hacerlo a su cuenta de "GoFundMe" dándole clic aquí.


OTROS CASOS SIMILARES.

Kerisha Mark

Un caso similar al de Sheridan Larkman pero en un estado más avanzado. Kerisha Mark, una mujer que es, esposa, madre y trabajadora social de la escuela de Beaumont, Texas comenzó a preocuparse cuando observó que sus pechos crecían de una manera descontrolada. A esto se le agregó dolores agudos que iban de la zona de las mamas hasta el cuello, además de causarle migrañas debilitantes. 


Kerisha temía que fueran los síntomas de un ataque cardíaco o tumor cerebral por lo que decidió tratarse, pero la mujer de 39 años en aquel entonces, no estaba en riesgo por alguna de esas razones.


Los médicos le dijeron a Kerisha que sus malestares era el resultado de sus senos y una condición rara que había desarrollado, la mencionada gigantomastia, un rápido crecimiento de senos debido a una rara condición hormonal causada por una mayor sensibilidad. 


El agrandamiento puede causar dolor muscular y el estiramiento excesivo de la envoltura de la piel, lo que puede llevar a la ulceración. La gigantomastia se diagnostica cuando el peso de las mamas excede el tres por ciento del peso corporal de una mujer.


"No podía correr, saltar o hacer ejercicio en absoluto" asegura Kerisha, que además dice: "Una vez trate de hacer ejercicio y en el movimiento, los tirantes de mi sujetador se rompieron al mismo tiempo. Estaba muy limitada en muchas cosas que podía hacer. No podía encontrar un sujetador deportivo de ese tamaño todas las veces."


Debía de realizarse una cirugía de reducción de busto, así que esperó al día de su cumpleaños numero cuarenta para regalarse la cirugía. 


El doctor Franklin Rose con sede en Houston, realizó la cirugía y comentó que en su carrera de 35 años, nunca antes había visto a una paciente con los pechos tan grandes.


"Fue ciertamente sorprendente ver pechos de esa magnitud en la sala de operaciones. Los pechos realmente le colgaban hasta sus caderas y era como llevar alrededor de tres pelotas de baloncesto en todo momento porque eran enormes. Ella tenía los pechos mas grandes en la historia médica". 


El doctor Rose retiró alrededor de casi 6 kilogramos de busto con ayuda de otro médico, en una operación que duro cuatro horas, quedando finalmente en un copa "DD".


Después de la operación, fue fotografiada para comparar su reducción. 


El drástico cambio era notorio.


"Cuando me puse de pie por primera vez luego de la operación, me sentí tan ligera. Después de llegar a casa, lloré. Fue como si llorara la muerte de mis senos, fue como un divorcio porque desde muy joven fui de gran busto" comenta la mujer. 


La página web dailymail.co.uk. asegura que tenía una copa de brasier 40 NNN. Según Kerisha, la primera cosa que hizo luego de haberse sometido a la reducción de mamas, fue comprarse un bonito sujetador de su nueva talla y un bonito vestido. 


Hoy en día, con 44 años de edad, Kerisha asegura que la operación le cambio la vida, pues le ha permitido comenzar a hacer ejercicio de nuevo, así como el comprarse ropa nueva. Ella ahora espera una etapa llena de aventuras con el lema "Vivir la vida al máximo sin restricciones".




































Yesica Johana Mejía Puentes

En el año 2010, la  joven colombiana Yesica con tan solo 16 años, sufría de otro caso de gigantomastia. La chica, residenciada en las calles de Darío Echandía del barrio de Neiva, en la localidad de Huila, tuvo un desarrollo normal como el de cualquier jovencita hasta octubre del 2009. A partir de allí, sus senos comenzaron a crecer desmesuradamente. La talla pasó de 38 a 50 y los sujetadores parecían no quedarle bien. 


Yesica se mantenía oculta en su hogar de sus vecinos que se burlaban de ella sin consideración alguna. La mirada penetrante de decenas de hombres siempre estaba latente, la observaban con morbo y hasta la provocaban vulgarmente diciendo o gritando cosas como: "Chao tetota". Palabras necias que generaban lagrimas que con frecuencia se deslizaban por sus mejillas. 


Su madre, Silvia Puentes, la trasladó de urgencia en su momento a un centro médico, en donde el médico especialista descartó cualquier anomalía indicando: "Es normal. Es parte de su desarrollo". Yesica, que era en ese momento estudiante de último grado de bachiller en el colegio Técnico Superior, anunció que pretendía paralizar sus clases. Y no solo clases de estudio, sino también de música ya que Yesica era experta en clarinete, su instrumento preferido. Ella ya no podía con su busto y el dolor de la columna que a diario la atacaba, amenazaba con desviarle su cuerpo hacia adelante. "Ya no soporto el peso de mis tetasaseguraba con dolor la joven.


Las medidas de su uniforme la inquietaban. "No podía irme con el vestido de diario, me tocaba ir con el de deporte: una sudadera verde y una camiseta blanca. Los profesores me regañaban al comienzo, pero después entendieron mi enfermedad", comenta Yesica.

Por su parte, John Henry Mejía, padre de Yesica y soldador de oficio, manifestó también su gran preocupación: "Es un verdadero calvario el que pasa mi hija. Entre el peso de las puchas, el dolor que sufre por los comentarios y sus impedimentos".


"Sufre mucho. Ya no le queda bueno el sostén y no consigo uno de su talla por ningún lado. Entonces me toca hacérselos con puros retazos de tela que le arreglo con máquina porque no hay de otra. Las tiras no las venden; menos las copas. Pareciera que les echaran aire. Cada día amanecen más grandes." explicó Silvia, quien aclaraba que el problema no era genético porque su familia es de senos poco protuberantes.

"La llevé al ginecólogo, le hizo una ecografía; pero todo salió bien, nada maligno. Aún así, los senos le seguían creciendo. El médico me pidió que la hiciera bajar de peso, pero ella no es tan gorda", cuenta la madre, quien al ver la desproporción optó por cambiar de especialista, que le recomendó una mamoplastía reductora, una cirugía que busca destruirle los senos por completo y reconstruirselos después.


Los especialistas en cirugía plástica y ginecología insistían en operar a Yesica lo antes posible pero la demora burocrática de los servicios de salud lo impidieron. "Está deforme, son como unas masas que tiene en los senos, no son malignos, no hay amenazas de cáncer. Vamos hacer una reunión junta médica con otros expertos en el tema. Sino se le pone en debido cuidado, seguirán creciendo", recomendó el médico especialista José Ignacio Tovar, cirujano plástico, quien abanderaba el tema en el Hospital Hernando Moncaleano de Neiva, máximo centro asistencial de los neivanos.

"Es duro, soy diferente. Nunca me había enfermado, empezaron a crecerme lentamente y después muy rápido; me siguen aumentando. Si uno sale a cualquier lado todo el mundo lo mira, empiezan hablar de uno y se ríen de mis senos". En el armario de Yesica se encontraban sus blusas abandonadas y sus sujetadores corrieron con la misma suerte. Con su talla anormal las cosas cambiaron y su familia de escasos recursos económicos no tuvo otro remedio que recurrir a sus ahorros para comprarle cuatro blusas y dos pedazos de tela para armarle el sostén. "No tiene sino dos, uno que se quita y otro se pone porque no se consiguen".


"Tengo novio y está en el ejército. Él no quiere que me operen porque es peligroso y me adora así. Cuando duermo, sólo puedo hacerlo boca arriba, boca abajo es imposible" relató la chica, cuyo novio indicó que se llama Luis Eduardo Ariza.

"No se registran con frecuencia en menores de edad. La intervención quirúrgica es complicada, porque presenta un cuadro de hipertrofia mamaria virginal, además de un trastorno hormona, pero la vamos a realizar porque merece estar bien. Después de la cirugía garantizamos una mejoría de un 90%", explicó en su oportunidad el especialista, quien descartó que pueda amamantar cuando tenga hijos.

Finalmente, Yesica tuvo una intervención quirúrgica de cuatro horas, pero el procedimiento terminó siendo otroLos cirujanos tenían pensado sacarle un 70 % de tejido graso, ya que las ecografías previas mostraban tejido normal en sus senos, que le llegaban al ombligo. Sin embargo durante la cirugía encontraron dos inmensos quistes, uno en cada seno, similares a bolsas de agua que pesaban cuatro kilogramos. 


Esta circunstancia impidió una remodelación estética ya que el tejido que quedó era algo de piel y los pezones de la chica. Después de dos meses, mientras salían los resultados de patología, le reconstruyeron el busto con silicona con otra cirugía para dar volumen a sus pecho; pero siempre tendrá las cicatrices resultantes de la reducción y extirpación de los quistes. Dicha operación fue un gran logro para Yesica ya que le prometió a sus amigas de estudio que que regresaría con los senos más pequeños y les dijo a todos aquellos compañeros que se burlaban de ella, que les taparía la boca.

"Te amé como eras y te amo como quedaste" le dijo Luis Eduardo Ariza, su novio, a Yesica después de verla recuperándose luego de la operación. Ariza llegó desde el Valle donde prestaba servicio militar desde hace unos meses atrás. De inmediato se lanzó encima, le dio un beso en la frente y le confesó de nuevo su amor.

Julia María Manihuari

A mediados del mismo año 2010, otra mujer fue noticia de los medios por la misma razón, su busto. Julia Manihuari, una mujer india peruana de 29 años, de estatura mediana, no pudo moverse después de que su pecho creció a una gigantesca copa N en los últimos seis meses. El crecimiento desmedido comenzó poco después del nacimiento de su cuarto hijo hace siete meses atrás. "Es horrible. Si tratara de levantarme por mi misma, me desmayaría porque mis senos son muy pesados" asegura la mujer.



Julia, que es la esposa de un agricultor llamado Asunción, y madre de cuatro hijos, vive en el norte de Perú en una casa tradicional de madera en el borde de la selva, en la comunidad Emilio San Martín, provincia de Requena Loreto. Ella recibió ayuda cuando los medios locales le pagaron un viaje en bote de tres días a la ciudad de Iquitos, el sitio con civilización más cercano para obtener ayuda médica. 


Allí, los especialistas de Hospital Nacional Arzobispo Loayza del Ministerio de Salud (Minsa), le diagnosticaron una forma extrema de ginecomastia bilateral. 


En el hospital, tuvieron que cortar dos y media masa de carne de sus senos por temor a que pudieran aplastar sus pulmones y matarla, y ella salió con una taza de 34 B después de la operación de seis horas, retirando 15 kilogramos de masa mamaria benigna. 


El seno derecho pesaba ocho kilos y el izquierdo, casi siete. Durante la cirugía tuvo problemas de mastitis, hongos debajo de los pliegues y dolor en la zona lumbar por el peso de los senos, por si fuera poco, corría riesgo de desangrarse durante la operación, todo acabó exitosamente. 


"Me siento increíble, no sé la última vez que me sentí libre. Antes de la operación no podía hacer nada, solo tenía que vivir con eso, me sentía tan mal que mis senos me tocasen las piernas", dijo Julia. 


"Mis pechos estaban creciendo por el día. No podía moverme porque mis tetas y mi vientre eran del mismo tamaño. Mis senos se volvieron tan grandes que mi piel tenía llagas y tuve problemas para respirar", agregó. 


Julia volvió a tener una vida normal, después de pasar tanto tiempo en cama. La mujer agradeció la atención que recibió por parte de los especialistas del Minsa y confió recuperarse plenamente para llegar en la brevedad de tiempo a atender a sus 4 hijos quienes encontraban en ese momento, bajo el cuidado de un familiar.


Isabel Vacol

Para el mes de julio del año 2012, una adolescente de 14 años de edad nativa de San Pedro de Macorís, República Dominicana, fue noticia internacional por su impactante situación. Isabel sufría de un estado avanzado de gigantomastia, por lo cual, sus senos crecían desorbitantemente, al grado que su busto le pesaba 18 kilogramos y le miden 145 centímetros de ancho. Además de su enfermedad, Isabel sufría las burlas en la escuela, la perdida del habla, y una carencia económica que no le permitía conseguir un tratamiento adecuado para su enfermedad. Sumado a todo esto, Isabel tenía una afección en la columna vertebral por el peso y también tenía ocho meses de embarazo. Su embarazo se descubrió cuando fue sometida a estudio en el Instituto Dominicano de Oncología “Dr. Heriberto Pieter”, en Santo Domingo.


"Cuando tenía 9 años, descubrí en la escuela que botaba un líquido de los pezones de los senos y comuniqué a mi madre, ella me llevó al médico, pero la falta de recursos económicos paralizaron la investigación médica", contó Isabel quien vive en un barrio muy pobre de la provincia de Hato Mayor, a 20 kilómetros de San Pedro de Macorís, junto a su madre en unos barracones con piso de tierra, sin baño, ni energía eléctrica. En el hogar se cocinaba con leña porque no tenían estufa y escaseaba el agua potable. Solo dos sillas plásticas arrugadas y que habían perdido su color con el tiempo servían para que la familia de unos cinco miembros pudieran comer sentado uno primero y otro después.


Los años siguieron pasando y el líquido que le brotaba de los pezones se detuvo, pero los senos nunca dejaron de crecer y ahora le llegan a la cintura a casi dos pies de largo. El padre de la adolescente, que no fue identificado por su nombre, huyó a la ciudad de Barahona, abandonando a la familia.


Una tía, apodada "Nina" la llevó a una ciudad cercana en donde un médico la observó y propuso como solución cortarle un pedazo de seno para llevarlo fuera del país para unos estudios. La niña se negó. "Yo quiero me ayuden con este mal que me está matando emocionalmente, pero no quiero que me corten los senos" dijo Isabel.


Las autoridades del municipio de Boca Chica y la fundación Álvarez Almonte asumieron la responsabilidad del caso de la menor, quien fue visitada por especialistas quienes mostraron su preocupación por la situación de la joven que vivía en una extrema pobreza. El gobernador de la provincia, doctor Juan Frías, explicó que como funcionario a cargo de la gobernación seguirría muy de cerca todo lo concerniente al bienestar y salud de la joven Isabel.


Dijo que este caso en particular lo conoció a través del médico cirujano plástico Orlando Vargas, por lo que desde ahí se haría un trabajo social tal como lo ha querido el presidente Danilo Medina en ir en auxilio de las personas más necesitadas del país. A la visita a la joven el gobernador Juan Frías, y el alcalde de la caleta, Jesús Mercedes les hicieron entrega a la joven de raciones alimenticias, mosquiteros, un abanico y colchones.


Para octubre de 2012, Isabel había dado a luz a una niña y su situación no mejoraba. Luego del parto, Isabel tenía los senos más grandes aún ya que están cargados de leche y le pesaban más. La bebé, de tez blanca y pelo lacio, nació de 6 libras tenía un peso y estad de salud. Nació por cesárea en el centro hospitalario de Boca Chica. A pesar de, la niña no podrá lactar por tener tumoraciones y visos de ulceraciones en las mamas.


La adolescente fue atendida por pediatras, endocrinólogos, cirujanos y por todo el “staff” del hospital que le practicó radiografías, análisis médicos y hasta una biopsia se le realizó para registrar en un documento médico todo lo recabado, conocer la causa de esa anomalía y luego certificar lo diagnosticado con una “inmunointoquímica”.


Se sabe que para continuar con su tratamiento y registro de sus análisis, viajó a EEUU, en convenio con médicos americanos y dominicanos. 


Allí, su vida social mejoró totalmente y de ese modo también conoció a otra pareja y tuvo un hijo. Se negó a operarse para un reducción de busto ya que recibía mucha atención y comentarios que los tomo de manera positiva. 


En la actualidad, Isabel, con 20 años, es una modelo de adultos que se dedica a enseñar sus inmensos senos en lencería, acto que le llevó a tener fama y atención del público masculino. 


Su nombre en la industria es Yviana.


Sheyla Hershey

Este es un caso diferentes a los anteriores ya que este se trata de un caso estético. Conocida como "El Boombshell Brasileño", nació como Sheyla Almeida, el 19 de diciembre de 1979, en Vitória, Espírito Santo, Brasil. Era una ama de casa pero se convirtió en una modelo en el año 2005, una personalidad de la televisión y una celebridad mediática que vive en Houston, Texas, desde fines de la década de 2000. 



Su fama y atención radica en sus extremadamente grandes implantes mamarios. Con una altura de 5 pies y 3 pulgadas (1,60 m), su tamaño natural de los senos era una copa B. En mayo de 2008, después de 8 operaciones y un galón de silicona, tenía un tamaño asombroso de sostén registrado de 34FFF, estableciendo así un nuevo récord: los senos más grandes de Brasil y quizás del mundo. 


Para ese entonces, dio una entrevista a Fox 26 en Houston indicando: "Quiero lucir cada día mejor, por esa razón, esto no ha terminado. Me gustaría que fueran más grandes". Desafortunadamente para Hershey, el estado de Texas tiene límites en la cantidad de silicona que se puede inyectar en los implantes mamarios, y el Dr. Malcolm Roth, el director de cirugía plástica en el Centro Médico Maimonides en Brooklyn, Nueva York, y el vicepresidente de política de salud y asesoría para la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos, dice que es por una buena razón: "Sabemos que cuanto más grande sea el implante, más probabilidades habrá de problemas en el futuro. Tal vez sea afortunada y no tenga problemas, pero esos son senos muy, muy grandes. Los problemas que pueden surgir con los implantes mamarios podrían ser la separación de la herida que podría conducir a la exposición del implante, infección, cicatrización, ciertamente dolor y contracciones capsulares". A fines de enero de 2009, luego de someterse a otra operación en su Brasil natal, se informó que tenía un tamaño de 38KKK.


El 14 de julio de 2010, se informó que Hershey sufría una infección por estafilococos en ambos senos después de su sesión de cirugía de seno más reciente. Aunque sus implantes fueron removidos, la especulación de sus doctores fue que la infección también requeriría la extracción de los senos. El 27 de julio de 2010, surgieron informes de que después de las complicaciones durante su cirugía del 5 de julio, estaba "bien" y "se está recuperando", y que la cirugía continuó sin más complicaciones.


El 15 de septiembre de 2010, a Sheyla Hershey le extrajeron los implantes mamarios y le extrajeron la mayor parte de su propio tejido mamario. Al salir de la sala de operaciones y notar que ya no tenía su apreciado busto, entró en una terrible depresión. "Sin mis pechos no soy nada, prefiero morirme" aseguraba con tristeza. La noticia se hizo pública después cuando Sheyla se intentó suicidar tomando una sobredósis de medicamentos. Los médicos indicaron que la regresarían pronto a una talla normal. Ella esta divorciada y tiene dos niños.

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