Primeramente quiero agradecerles a ustedes querid@s lector@s que han hecho que éstas entradas de Blog se hicieran posible con sus constantes comentarios de apoyo e interés hacia los temas publicados. Ésta será la última entrada que publicaré por este año y concluyo notificándoles que este nuevo año venidero vendrá cargado de material intenso, oscuro y misterioso, como de costumbre. Les deseo una ¡Feliz Navidad y un próspero año nuevo!
Ahora bien, en el año 1990 fue publicado un libro especulativo que escribió e ilustró su propio autor, el paleontólogo escocés Dougal Dixon. Su contenido tenía posibilidades de evolución de los seres humanos desde los tiempos modernos hasta 5 millones de años en el futuro basándose en la ciencia ficción. El libro se llama Man after Man: An Anthropology of the Future y el autor plasma que, a pesar de que hayan pasado innumerables siglos, la raza humana no se ha extinguido. También se muestra el uso de la tecnología contemporánea para la adaptación y la supervivencia de la especie.
Ahora bien, en el año 1990 fue publicado un libro especulativo que escribió e ilustró su propio autor, el paleontólogo escocés Dougal Dixon. Su contenido tenía posibilidades de evolución de los seres humanos desde los tiempos modernos hasta 5 millones de años en el futuro basándose en la ciencia ficción. El libro se llama Man after Man: An Anthropology of the Future y el autor plasma que, a pesar de que hayan pasado innumerables siglos, la raza humana no se ha extinguido. También se muestra el uso de la tecnología contemporánea para la adaptación y la supervivencia de la especie.
El libro inicia con una linea temporal que comienza después de 200 años a partir de ahora, cuando la humanidad moderna desarrollo el conocimiento total para la manipulación de la tecnología, pudiendo modificar la genética de otros seres humanos para crear criaturas alteradas genéricamente combinadas con diversas especies de animales con el fin de llegar a nuevos horizontes y prevalecer su salud y permanencia.
Al pasar los milenios, una de las primeras especies surgió en los mares, los Aquatics o Piscanthropus Sumarinus, según su nombre científico y tardando 50.000 años en evolucionar. Son seres humanos adaptados con branquias para reemplazar los pulmones con el fin de respirar bajo el agua, siendo no solo diseñados para mantenerse en el medio marino sino también vivir en él. La especie evolucionaría por sí misma y son físicamente impactantes por su nueva apariencia al combinar al ser humano con otarinos (leones marinos) y fócidos (focas), desarrollando patas en forma de paletas para una rápida movilización, un cambio en la forma de sus cabezas que se ajusta de manera eficiente al nadar, cara estrecha, ojos centrados, grandes fosas nasales y una boca ancha.
Al pasar los milenios, una de las primeras especies surgió en los mares, los Aquatics o Piscanthropus Sumarinus, según su nombre científico y tardando 50.000 años en evolucionar. Son seres humanos adaptados con branquias para reemplazar los pulmones con el fin de respirar bajo el agua, siendo no solo diseñados para mantenerse en el medio marino sino también vivir en él. La especie evolucionaría por sí misma y son físicamente impactantes por su nueva apariencia al combinar al ser humano con otarinos (leones marinos) y fócidos (focas), desarrollando patas en forma de paletas para una rápida movilización, un cambio en la forma de sus cabezas que se ajusta de manera eficiente al nadar, cara estrecha, ojos centrados, grandes fosas nasales y una boca ancha.
Subsisten a base de una dieta de pescado y necesariamente necesitan respirar en la superficie del agua ya que sus agallas pueden extraer todo el oxígeno que necesitan del mar.
Luego de 200.000 años de evolución, otra especie marina hace aparición, los Aquamorphs, cuyo nombre científico es Homo Aquaticus. Su forma humanoide se debe al desarrollo del embrión que fue previamente manipulado al momento de contacto del esperma y el óvulo humano. El resultado cromosómico es ajustado para crear genes que producirían una forma diseñada con características como el cuerpo aerodinámico, la piel lisa de baja fricción, branquias en el pecho, una capa de grasa aislante y piernas en forma de paletas, rasgos combinados de peces y ranas.
Son incapaces de gesticular debido a la alteración de sus rostros pero mantiene una inteligencia similar al del ser humano común, llegando a construir herramientas o modificar su escenario.
Para poder explorar los confines del universo y soportar el vació del espacio, aparece una especie llamada Vacuumorph, su nombre científico es Homo Caeletis y son hombres y mujeres con ADN fuertemente alterado con varios tipos de cangrejos y algunos reptiles, desarrollando capas protectoras en sus enormes ojos amarillos para aguantar la presión y vientos solares, y piel gruesa basada en el exoesqueleto para una defensa ante agentes cósmicos ya que mantiene el cuerpo presurizado. Muchos de ellos han servido no solo para realizar exploraciones cercanas, sino que además han viajado distancias largas para colonizar o escapar de la vida en la tierra. Poseen un tipo de barba de gran extensión que les sirve para comunicarse con otros individuos iguales ya que el sonido no viaja en el espacio. En la parte superior de sus cuerpos esféricos poseen escamas reptilianas, surgidas de un efecto secundario de su combinación pero que han servido al evolucionar para reforzar su piel al contacto con asteroides de tamaño mediano.
No tienen ningún parecido a sus antepasados humanos, a excepción de sus manos y su estructura esquelética. Poseen menos órganos y otros adicionales que le ayudan a adaptarse al medio, presumiendo que no tienen que comer o beber líquidos para sobrevivir.
Al poseer unas vidas globales limitadas y no tener un futuro propio, a pesar que tienen la capacidad de reproducción independiente, se cree que llegaron a su extinción después de 1.800 años de su vida fuera de la tierra, ya que la colonización del cosmos y la creación de nueva tecnología se hicieron más notorias.
Spiketeeth o Acudens Ferox, según su nombre científico, son humanos con apariencia felina que poseen dientes de sable, que reemplazarían a los osos y lobos del entorno salvaje de algunos bosque templados. Son la nueva especie humana cazadora, siendo grandes depredadores, llegando a cazar mayormente en pareja. Sus dientes evolucionaron a partir de los incisivos de los antepasados humanos originales, hasta llegar a ser parecidos a los colmillos de un dientes de sable, con la particular característica de parecer sierras en las partes traseras.
Cabe señalar que tanto las nuevas presas como los nuevos cazadores descienden del ser humano moderno, por lo que podría considerarse canibalismo. Pero los cazadores han evolucionado tan lejos del ser humano original que no poseen sentimientos ni emociones.
Los habitantes de las llanuras llamados Hivers o Alvearanthropus Desertus, según su nombre científico, son seres humanos que perdieron su apariencia física original a los 50.000 años, es decir, en el siglo 50020 de nuestra era. A partir de ese punto cronológico, sus cabellos se combinaron con el acelerado crecimiento del vello hasta el final de sus espaldas, tienen la piel altamente oscura para adaptarla a las fuertes temperaturas del hábitat árido, la nueva formación de talones altos para mayor movilidad por las tierras bajas, sus piernas largas les permiten viajar grandes distancias y un espeso bigote alrededor de las fosas nasales les sirve para filtrar la arena y el polvo que respiran.
Tienen un lenguaje simple, sus manos son alargadas y callosas, ideal para excavar en el suelo en búsqueda de lo que ellos consideren alimento y agua estancada, sus ojos y oídos son muy sensibles para evaluar en entorno, verificando si se encuentran cerca enemigos potenciales o algún mamífero mediano que consideren comestible.
Conviven en grandes y alargadas estructuras cavernosas repletas de túneles subterráneos con chimeneas respiratorias, muy parecidas a los nidos de las termitas.
Las hembras son confinadas a la comunidad cuidando a las crías más pequeñas mientras que los machos son recolectores, buscadores y hasta desempeñan tareas de defensa al ser guerreros y proteger su territorio de otras especies vecinas.
Los Desert Runner o Harenanthropus Longipis, por su nombre científico, son ágiles cazadores carnívoros de patas alargadas de rápidos movimientos al contraer y flexionar sus músculos. Su cabeza parece excesivamente grande en comparación a su delgado y largo cuerpo cubierto de vellos blancos, sus orejas son parecida a la de los murciélagos e irradian calor residual, sus hombros tienen un depósito de grasa de reserva que puede convertir en energía para cuando la comida y el agua escasee, las células de sus ojos se han desarrollado para aumentar su visión distante y nocturna, pudiendo observar las cosas sólo en blanco y negro. Los oídos, los ojos y las fosas nasales tienen gruesos pliegues de piel que pueden cerrarlos y mantener la arena y el polvo cuando los vientos son demasiado altos. Es un habitante regular de los bosques templados del siglo 30020.
El Fish Eater, cuyo nombre científico es Piscator Longidigitus, son cazadores de forma humanoide de carácter paciente que, al igual que los Desert Runner, son habitantes regulares de las zonas de agua dulce de los bosques templados del siglo 30020. Su piel es brillante y lisa por su forma aerodinámica, sus orejas son pequeñas y cercanas a la cabeza, sus cuellos son cortos y sus pies son más anchos de lo normal para poder cazar en las diferentes superficies y nadar a gran velocidad. Sus ojos son extraños en apariencia pero su función es tremendamente útil para su cacería ya que las lentes en ellos alisan los reflejos brillantes de la superficie del agua, lo que le permite ver directamente hacia las profundidades acuáticas. Se alimenta totalmente de peces, pero también acecha a los pájaros por mera curiosidad y comen de vez en cuando pequeños insectos que consiguen a su cercanía. Viven en conjunto, llegando a formar familias que llegan a mudarse separadas del grupo para tener más privacidad. El autor cuenta que vivieron hasta el año 5 millones, siglo 50020, cuando fueron aniquilados por Los Viajeros de las Estrellas.
Los Tropical Forest Dweller u Homo Silvis Fabricatus, según su nombre científico, son habitantes arbóreos del bosque tropical, parecidos a los orangutanes por su habilidad de escalar. No son muy astutos o inteligentes ya que ambas cualidades fueron suprimidas al momento de la manipulación genética inicial, pero si poseen un gran instinto de supervivencia. Tienen la piel muy oscura debajo de un pelaje rojizo y dedos alargados para facilidad de agarre. Se alimentan de aves medianas y de pequeños insectos, siendo sus preferidas; las arañas, las serpientes y las lagartijas.
Los Memory People u Homo Mensproavodorum, según su nombre científico, son humanoides poseedores de una memoria hereditaria avanzada, llegando a recordar las costumbres de sus antepasados. Viven tratando de adaptarse con los recuerdos de las técnicas de los antiguos humanos en un clima templado, que con el tiempo ha bloqueado su visión con los constantes aires fríos, desmejorado su audición por el inmutable viento y adormecido el sentido del tacto por la temperatura gélida. Tienen personalidad propia y realizan diferentes actividades como cacería, recolección y siembra, construcción, navegación, etc. Su temperamento es tranquilo, lleno de nostalgia y algo de tristeza, quizás al recordar los años dorados de la humanidad y compararlo con la vida que llevan en esa actualidad. Sus armas naturales son sus afilados dientes que ocultan bajo su boca ancha como un hocico y sus uñas en forma de ganchos. Dougal Dixon indica que perecieron por las condiciones climáticas luego de miles de años. Opiniones respecto a este punto señalan que el clima fue alterado por Los Viajeros de las Estrellas para acabar también con esta especie.
El humano que vive en los bosques de tundra y conífera (árboles y vegetales que crecen en forma de cono y mantiene su forma), es conocido como Tundra-Dweller u Homo Glacis Fabricatus. Es un tipo de yeti que se ha mantenido adaptado por clima artificial hasta llegar a su evolución. Se mantienen activos moviéndose de norte a sur según el cambio estacional, invernando en los bosques de coníferas profundas del sur y pasando el verano en planicies salvajes. Su dieta se basaba en insectos de todos los tamaños por lo que ahora deben de comer diversidad ya que acabaron con todos los que se mantenían en el entorno. Su blancura se debe al contacto con la nieve, que se ha acumulado en sus finos y densos vellos rizados sobre sus capas de grasa. Tienen ojos diminutos, narices anchas y caras amplias. Su metabolismo genera más grasa de lo que podrían necesitar, son resistentes al frío extremo y mantienen una buena relación con los Aquamorph y los Acuatics, a excepción de los Memory People, con los que mantienen recelo y batallas campales por el espacio.
Spiketeeth o Acudens Ferox, según su nombre científico, son humanos con apariencia felina que poseen dientes de sable, que reemplazarían a los osos y lobos del entorno salvaje de algunos bosque templados. Son la nueva especie humana cazadora, siendo grandes depredadores, llegando a cazar mayormente en pareja. Sus dientes evolucionaron a partir de los incisivos de los antepasados humanos originales, hasta llegar a ser parecidos a los colmillos de un dientes de sable, con la particular característica de parecer sierras en las partes traseras.
Cabe señalar que tanto las nuevas presas como los nuevos cazadores descienden del ser humano moderno, por lo que podría considerarse canibalismo. Pero los cazadores han evolucionado tan lejos del ser humano original que no poseen sentimientos ni emociones.
Los habitantes de las llanuras llamados Hivers o Alvearanthropus Desertus, según su nombre científico, son seres humanos que perdieron su apariencia física original a los 50.000 años, es decir, en el siglo 50020 de nuestra era. A partir de ese punto cronológico, sus cabellos se combinaron con el acelerado crecimiento del vello hasta el final de sus espaldas, tienen la piel altamente oscura para adaptarla a las fuertes temperaturas del hábitat árido, la nueva formación de talones altos para mayor movilidad por las tierras bajas, sus piernas largas les permiten viajar grandes distancias y un espeso bigote alrededor de las fosas nasales les sirve para filtrar la arena y el polvo que respiran.
Tienen un lenguaje simple, sus manos son alargadas y callosas, ideal para excavar en el suelo en búsqueda de lo que ellos consideren alimento y agua estancada, sus ojos y oídos son muy sensibles para evaluar en entorno, verificando si se encuentran cerca enemigos potenciales o algún mamífero mediano que consideren comestible.
Conviven en grandes y alargadas estructuras cavernosas repletas de túneles subterráneos con chimeneas respiratorias, muy parecidas a los nidos de las termitas.
Las hembras son confinadas a la comunidad cuidando a las crías más pequeñas mientras que los machos son recolectores, buscadores y hasta desempeñan tareas de defensa al ser guerreros y proteger su territorio de otras especies vecinas.
Los Desert Runner o Harenanthropus Longipis, por su nombre científico, son ágiles cazadores carnívoros de patas alargadas de rápidos movimientos al contraer y flexionar sus músculos. Su cabeza parece excesivamente grande en comparación a su delgado y largo cuerpo cubierto de vellos blancos, sus orejas son parecida a la de los murciélagos e irradian calor residual, sus hombros tienen un depósito de grasa de reserva que puede convertir en energía para cuando la comida y el agua escasee, las células de sus ojos se han desarrollado para aumentar su visión distante y nocturna, pudiendo observar las cosas sólo en blanco y negro. Los oídos, los ojos y las fosas nasales tienen gruesos pliegues de piel que pueden cerrarlos y mantener la arena y el polvo cuando los vientos son demasiado altos. Es un habitante regular de los bosques templados del siglo 30020.
El Fish Eater, cuyo nombre científico es Piscator Longidigitus, son cazadores de forma humanoide de carácter paciente que, al igual que los Desert Runner, son habitantes regulares de las zonas de agua dulce de los bosques templados del siglo 30020. Su piel es brillante y lisa por su forma aerodinámica, sus orejas son pequeñas y cercanas a la cabeza, sus cuellos son cortos y sus pies son más anchos de lo normal para poder cazar en las diferentes superficies y nadar a gran velocidad. Sus ojos son extraños en apariencia pero su función es tremendamente útil para su cacería ya que las lentes en ellos alisan los reflejos brillantes de la superficie del agua, lo que le permite ver directamente hacia las profundidades acuáticas. Se alimenta totalmente de peces, pero también acecha a los pájaros por mera curiosidad y comen de vez en cuando pequeños insectos que consiguen a su cercanía. Viven en conjunto, llegando a formar familias que llegan a mudarse separadas del grupo para tener más privacidad. El autor cuenta que vivieron hasta el año 5 millones, siglo 50020, cuando fueron aniquilados por Los Viajeros de las Estrellas.
Los Tropical Forest Dweller u Homo Silvis Fabricatus, según su nombre científico, son habitantes arbóreos del bosque tropical, parecidos a los orangutanes por su habilidad de escalar. No son muy astutos o inteligentes ya que ambas cualidades fueron suprimidas al momento de la manipulación genética inicial, pero si poseen un gran instinto de supervivencia. Tienen la piel muy oscura debajo de un pelaje rojizo y dedos alargados para facilidad de agarre. Se alimentan de aves medianas y de pequeños insectos, siendo sus preferidas; las arañas, las serpientes y las lagartijas.
Los Memory People u Homo Mensproavodorum, según su nombre científico, son humanoides poseedores de una memoria hereditaria avanzada, llegando a recordar las costumbres de sus antepasados. Viven tratando de adaptarse con los recuerdos de las técnicas de los antiguos humanos en un clima templado, que con el tiempo ha bloqueado su visión con los constantes aires fríos, desmejorado su audición por el inmutable viento y adormecido el sentido del tacto por la temperatura gélida. Tienen personalidad propia y realizan diferentes actividades como cacería, recolección y siembra, construcción, navegación, etc. Su temperamento es tranquilo, lleno de nostalgia y algo de tristeza, quizás al recordar los años dorados de la humanidad y compararlo con la vida que llevan en esa actualidad. Sus armas naturales son sus afilados dientes que ocultan bajo su boca ancha como un hocico y sus uñas en forma de ganchos. Dougal Dixon indica que perecieron por las condiciones climáticas luego de miles de años. Opiniones respecto a este punto señalan que el clima fue alterado por Los Viajeros de las Estrellas para acabar también con esta especie.
El humano que vive en los bosques de tundra y conífera (árboles y vegetales que crecen en forma de cono y mantiene su forma), es conocido como Tundra-Dweller u Homo Glacis Fabricatus. Es un tipo de yeti que se ha mantenido adaptado por clima artificial hasta llegar a su evolución. Se mantienen activos moviéndose de norte a sur según el cambio estacional, invernando en los bosques de coníferas profundas del sur y pasando el verano en planicies salvajes. Su dieta se basaba en insectos de todos los tamaños por lo que ahora deben de comer diversidad ya que acabaron con todos los que se mantenían en el entorno. Su blancura se debe al contacto con la nieve, que se ha acumulado en sus finos y densos vellos rizados sobre sus capas de grasa. Tienen ojos diminutos, narices anchas y caras amplias. Su metabolismo genera más grasa de lo que podrían necesitar, son resistentes al frío extremo y mantienen una buena relación con los Aquamorph y los Acuatics, a excepción de los Memory People, con los que mantienen recelo y batallas campales por el espacio.
Los cambios naturales surgidos en los próximos 2 millones de años obligaron a los humanoides a refugiarse en diferentes islas de tundra que, para lograr adaptarse al ámbito, tuvieron que convertirse en parásitos llamados Host y Host/Parasite, cuyos nombres científicos son Penarius Pinguis y Nananthropus Parasitus, respectivamente. Estos descienden directamente de los Tundra-Dweller. El Host o anfitrión, habitante del año 2 millones, siglo 20020, es un bulboso ser que tiene gran cantidad de grasa que alberga parásitos humanoides incrustados en su gran cuerpo. Los isleños o Host/Parasite han desarrollado hábitos de alimentación parasitaria que depende de la necesidad metabólica del del anfitrión de producir grasa excedente. De este modo, el obeso habitante de la tundra tienen agujeros corporales ecológicos que les permiten subsistir ya que las llanuras de tundra desaparecen.
Los humanoides parásitos son apenas visibles a través de los pliegues de carne pálida del anfitrión. Pueden ser cuatro o cinco que están incrustados en la profundidad de la grasa de cada uno, alimentándose continuamente del excedente de la bulbosa criatura. Los decadentes parásitos, incrustados en las capas de exceso de grasa, solo se preocupan por la supervivencia de sus anfitriones, ya que son sus maquinas de alimentación. Eventualmente, los anfitriones se convierten en esclavos de Los Viajeros de las Estrellas, convirtiéndose en criaturas de ingeniería de alimentos, ya que la comida es el principal motor para garantizar la supervivencia a nivel proteínico. Los anfitriones son conectados a través de bombas y tubos en sus tejidos para alimentarlos con nutrientes químicos, aumentando así la grasa y la carne de sus cuerpos. La masa gigante palpitante alimenta a innumerables parásitos humanoides. Siglos después, los enormes cuerpos grasosos comienzan a envejecer y mueren con el tiempo.
Los Viajeros de las Estrellas son una avanzada especie que son los descendientes distantes de los seres humanos. Se sabe que participaron en el proyecto de colonización de las estrellas, siendo uno de los 37 buques estelares, el que logró colonizar y establecerse en un planeta lejano. Las condiciones del planeta no eran adecuadas ya que la atmósfera era tóxica, la gravedad era diferente y los recursos eran corrosivos, por lo que se vieron obligados a experimentar consigo mismos para desarrollar cambios biológicos mediante la ingeniería genética. En algún punto de los últimos miles de años comenzaron a explorar otros sistemas estelares para buscar nuevos planetas habitables, colonizando algunos y utilizando sus recursos para su propia subsistencia.
La continua colonización los hicieron egoístas y hambrientos de poder, llegando al planeta tierra después de 5 millones de años. Al llegar fueron incapaces de reconocer el planeta de sus antepasados y transformaron radicalmente la superficie de la Tierra, extinguiendo varias especies terrestres y marinas para edificar ciudades y usando la poca fauna como herramientas de trabajo y alimentos. Sus drásticos cambios gradualmente desestabilizaron la composición de la atmósfera, así que recolectaron los recursos disponibles y, luego de varios siglos, abandonaron el planeta. El mundo quedó en ruinas, con solo un puñado de supervivientes que se ocultaron en el océano para buscar la manera de no extinguirse.
Estos "seres humanos" están sujetos a convivir corporalmente con otras formas de vida estelares realizadas con ciborg-tecnología alienígena e ingeniería genética, para lograr un tipo de vida simbiotica que ellos mismos controlan.
Sin un gramo de oxígeno, la vida continua en los fondos de los océanos del moribundo planeta. En los oasis subacuáticos surgirá el Piscanthropus Profundus, descendiente de una especie terrestres y acuática que será el que recolonice eventualmente la superficie de la Tierra, para dar comienzo de nuevo al ciclo de la vida.
La evolución natural y los resultados constantes de la selección genética se han hecho evidentes, diversificando a los habitantes de los diferentes entornos para adaptarse con sus desarrolladas formas corporales. Esta es la base de la humanidad del futuro. Dougal Dixon establece que el hombre, a partir de ahora, no debería de usar la ciencia para cambiar su entorno a su medida, sino que debería de usarla para cambiarse a sí mismo par adaptarse al medio. Mediante la aplicación de la tecnología actual y futura, puede ponerse al día con los miles de años de cambio evolutivo que ha perdido. Concluye diciendo que será posible criar y manipular genéricamente nuevas criaturas que no necesitan civilización tecnológica.
Los humanoides parásitos son apenas visibles a través de los pliegues de carne pálida del anfitrión. Pueden ser cuatro o cinco que están incrustados en la profundidad de la grasa de cada uno, alimentándose continuamente del excedente de la bulbosa criatura. Los decadentes parásitos, incrustados en las capas de exceso de grasa, solo se preocupan por la supervivencia de sus anfitriones, ya que son sus maquinas de alimentación. Eventualmente, los anfitriones se convierten en esclavos de Los Viajeros de las Estrellas, convirtiéndose en criaturas de ingeniería de alimentos, ya que la comida es el principal motor para garantizar la supervivencia a nivel proteínico. Los anfitriones son conectados a través de bombas y tubos en sus tejidos para alimentarlos con nutrientes químicos, aumentando así la grasa y la carne de sus cuerpos. La masa gigante palpitante alimenta a innumerables parásitos humanoides. Siglos después, los enormes cuerpos grasosos comienzan a envejecer y mueren con el tiempo.
Los Viajeros de las Estrellas son una avanzada especie que son los descendientes distantes de los seres humanos. Se sabe que participaron en el proyecto de colonización de las estrellas, siendo uno de los 37 buques estelares, el que logró colonizar y establecerse en un planeta lejano. Las condiciones del planeta no eran adecuadas ya que la atmósfera era tóxica, la gravedad era diferente y los recursos eran corrosivos, por lo que se vieron obligados a experimentar consigo mismos para desarrollar cambios biológicos mediante la ingeniería genética. En algún punto de los últimos miles de años comenzaron a explorar otros sistemas estelares para buscar nuevos planetas habitables, colonizando algunos y utilizando sus recursos para su propia subsistencia.
La continua colonización los hicieron egoístas y hambrientos de poder, llegando al planeta tierra después de 5 millones de años. Al llegar fueron incapaces de reconocer el planeta de sus antepasados y transformaron radicalmente la superficie de la Tierra, extinguiendo varias especies terrestres y marinas para edificar ciudades y usando la poca fauna como herramientas de trabajo y alimentos. Sus drásticos cambios gradualmente desestabilizaron la composición de la atmósfera, así que recolectaron los recursos disponibles y, luego de varios siglos, abandonaron el planeta. El mundo quedó en ruinas, con solo un puñado de supervivientes que se ocultaron en el océano para buscar la manera de no extinguirse.
Estos "seres humanos" están sujetos a convivir corporalmente con otras formas de vida estelares realizadas con ciborg-tecnología alienígena e ingeniería genética, para lograr un tipo de vida simbiotica que ellos mismos controlan.
Sin un gramo de oxígeno, la vida continua en los fondos de los océanos del moribundo planeta. En los oasis subacuáticos surgirá el Piscanthropus Profundus, descendiente de una especie terrestres y acuática que será el que recolonice eventualmente la superficie de la Tierra, para dar comienzo de nuevo al ciclo de la vida.
La evolución natural y los resultados constantes de la selección genética se han hecho evidentes, diversificando a los habitantes de los diferentes entornos para adaptarse con sus desarrolladas formas corporales. Esta es la base de la humanidad del futuro. Dougal Dixon establece que el hombre, a partir de ahora, no debería de usar la ciencia para cambiar su entorno a su medida, sino que debería de usarla para cambiarse a sí mismo par adaptarse al medio. Mediante la aplicación de la tecnología actual y futura, puede ponerse al día con los miles de años de cambio evolutivo que ha perdido. Concluye diciendo que será posible criar y manipular genéricamente nuevas criaturas que no necesitan civilización tecnológica.
Buen y entretenido articulo
ResponderBorrar¡Feliz Año Jorge y gracias por comentar! Me alegra que haya sido de tu interés. ¡Saludos!
Borrarbuenas buenas.
ResponderBorrarconoces libros donde se toquen estos temas asi del futuro evolutivo de la humanidad?
algo asi como oryx y crake.
¡Sergio gracias por dejar tu comentario! El mismo autor al que dedique el tema principal de la presente entrada, Dougal Dixon, tiene otro libro interesante titulado "Después del Hombre. Una Zoología del Futuro" en donde trata y específica la evolución futura de la especie animal. El libro "La Evolución y El Futuro de la Humanidad" de George Hart es de gran interés por su especulación científica de la evolución de los descendientes del ser humano, como el HOMO COSMICUS: Los primeros colonizadores espaciales que para alcanzar su meta con éxito, habría que inducirlos en estados de hibernación, fabricarles genes que produzcan proteínas y estas permitan a sus cuerpos adaptarse a sitios de microgravedad o climas extremos, crearles nuevos órganos, generarles sistemas respiratorios para ciertas atmósferas extraterrestres, tienen robots instalados en las neuronas de sus cerebros, con las que incluso sería posible recrear el circuito cerebral y generar réplicas idénticas de personas. LOS HOMO ROBOTICUS: Una nueva especie que sería autorreplicable de forma no necesariamente humana, aunque con una mente parecida. Pero se habría separado tanto del linaje humano que sería el último descendiente del género homo, y LOS HOMO ERATHENSIS: Un ejemplar cuya estructura y conciencia habrían sido diseñadas para la combinación de robótica, bioingeniería y nanotecnología. Se pierde la esencia de la especie Homo Sapiens. Otro libro muy curioso es "Destinos Improbables" de Jonathan B. Losos, donde describe cambios en los posibles destinos de la evolución humana en en futuro. "Cosmo Sapiens" de John Hands, plantea la evolución humana desde los orígenes del Universo. Espero que sean de tu interés. ¡Saludos!
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