El Hombre de Babia - El nuevo Frankenstein

El año 2015 fue uno de esos años que tuvo muchos acontecimientos misteriosos que no tuvieron respuestas, como la desaparición de 43 estudiantes luego de una protesta en México que hasta la fecha no se han encontrado los cuerpos, a pesar de que se dice que fueron vendidos y asesinados por narcotraficantes; el doble tornado en el pequeño pueblo de Pilgren, en Nebraska, en el mes de junio que hirió a una docena de personas y mató a otras dos, sin duda un fenómeno raro al tratarse de un tornado gemelo; o los treinta barcos repletos de cadáveres en descomposición que aparecieron en las costas de Japón, entre otros. El hombre de Babia, el hombre que nunca existió o el nuevo Frankenstein, como se le conoce en diferentes partes del mundo, es otro de esos misterios. 

El once de enero, unos senderistas encontraron en la zona de Babia, entre la maleza muy cerca del Mirador del Rebeco, en el puerto de Somiedo, León, en España, el cadáver de un hombre sin una pierna. El sujeto era de 133 centímetros, de entre unos 45 a 60 años aproximadamente, no llegaba a los 34 kilos de peso y con deformaciones graves, tales como una gran joroba, cabeza pequeña, miembros pequeños y un pecho irregular, envuelto en una manta. Dos días después del hallazgo comenzó a nevar. "Alguien lo dejó allí para que fuera encontrado. Verá, allí hay una colonia de buitres que lo habría devorado rápidamente. Apareció sin una pierna, que tuvieron que comerse las alimañas, los zorros o un oso, quién sabe. Además, era alguien que había sido cuidado, alimentado. Estaba peinado y afeitado y la autopsia determinó que había muerto debido a un ataque al corazón por causas naturales" precisaron las Fuentes de la investigación de la Unidad Orgánica de Delitos Contra las Personas de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Oviedo. 

Los expertos explican que el individuo podía tener algún de enfermedad degenerativa que le habría transformado en tal extraño ser. Se pensó inicialmente que se trataba del síndrome de Marfan, una enfermedad causada por una alteración genética en el cromosoma 15, pero luego llegaron a la conclusión de que no cumplía con sus especificación, por lo que establecieron que podría tratarse del síndrome de Cockayne, una enfermedad hereditaria rara que ocasiona en los afectados baja estatura, calcificaciones intracraneales, fotosensibilidad cutánea o sensibilidad a la luz solar, postura de animal cuadrúpedo, sordera neurosensorial, la apariencia de edad prematura, degeneración neurológica progresiva, entre otras. De ese modo, se explicaría sus deformidades y su escaso tamaño pese a ser un individuo adulto.

"En un primer momento pensamos que pudo haber sido alguien utilizado para la mendigar, pero se chequearon todas las bases de datos europeas y no se encontró nada. Además, también se hicieron registros de ADN sin hallar a los familiares" manifestó uno de los miembros de investigación del caso. Otra de las líneas de investigación, y la que más fuerza cobró, estaba orientada a determinar si esta persona pudiera haber estado viviendo en el anonimato, amparado en secreto por la intimidad de su familia en alguna de las pequeñas poblaciones rurales de la zona. La Guardia Civil de la comunidad de Asturias, España, sondeó las casas de las poblaciones asturianas y no encontró a nadie que pudiera aportar pistas sobre el caso ya que nadie en los alrededores había visto jamás a un ser como lo describían los agentes de la Guardia Civil.

Además, el cuerpo se encontraba envuelto en una manta que sólo se vendían hace medio siglo en dos tiendas de España situadas en Gijón y Burgos. Se buscaron casas especiales, en las que se hubieran hecho obras de acondicionamiento de sótanos o áticos, se preguntó en los centros de salud, se buscaron y analizaron partidas de nacimiento, de defunción, pero a la final, no hubo pistas.  

La Policía Judicial se integró a la investigación, junto a los miembros de los puestos de vigilia de Somiedo y Villablino, donde, después de hacer su labor manifestaron que "el problema que encontramos en la zona de León es que se trata de personas, muy reservadas, con reticencia a hablar con desconocidos". Se hicieron pesquisas entre los ginecólogos y matronas de la provincia con el fin de saber si alguno de ellos podría haber atendido a la madre de este individuo, pero esta vía de investigación también resultó infructuosa.

Al no encontrar familiares asociados al caso, las Fuentes de la Guardia Civil de Asturias consideran que podría darse el caso de que los padres hubieran fallecido ya y otra persona se hubiera hecho cargo de sus cuidados. "Puede que esta persona no viviera en el pueblo y se encargara del fallecido los fines de semana y días alternos" indican los agentes de la Guardia Civil, quienes piden la colaboración ciudadana para resolver un caso que, aseguran, quieren cerrar por humanidad. "Nos gustaría es que la familia diera sepultura y le pusiera un nombre en la lápida. Ahora, está enterrado en un cementerio en una localidad de Asturias, en una fosa sin ninguna inscripción".