domingo, 27 de octubre de 2024

El guión maldito de Atuk - Una película que no fue realizada

Hay muchas cosas malditas. Desde objetos hechizados por alguna maldición hasta lugares encantados. Pero, ¿Alguna vez has escuchado sobre un guion maldito para una película? Se presume que éste tiene una carga tan negativa que produjo la muerte de los cuatro actores que representarían en su momento el rol protagónico del film y uno que lo leyó. Desde finales de los años 90,s, el guion fue depositado en las bóvedas más profundas de Hollywood con la intención nunca más volver a salir, dando por olvidado el prometedor proyecto.

Todo comienza con el libro The Incomparable Atuk (El Incomparable Atuk), del autor canadiense Mordecai Richler, publicado por primera vez en el año 1963, por McClelland y Stewart. La novela satírica cuenta la historia de un inuit, miembro de un pueblo indígena de las regiones árticas y subárticas de América del Norte, que es trasportado a la ciudad de Toronto y rápidamente adopta la codicia y las pretensiones de la gran ciudad. La novela satirizaba a las élites culturales canadienses de la época, que cambiaban al personaje principal como un noble salvaje que se comunicaba con lenguaje de señas e idioma esquimal, a un ser corrompido como un símbolo del nacionalismo canadiense y el sentimiento antiamericano.

Luego, en el año 1970, el productor de cine Joel Schumacher compró los derechos de la novela de Richler con la intención de producir una película y contrató al director Norman Jewison, que acaba de estrenar la exitosa Jesus Christ Superstar, se hizo con los derechos de la novela de Mordecai Richler, pero no fue hasta diez años después que se comenzó a trabajar de lleno en el proyecto. En el año 1980, el encargado de adaptar el guion sería Tod Carroll, que cambió Toronto por la ciudad de Nueva York en un intento de globalizar al personaje. Para el rol principal, pensó en su actor cómico favorito, John Belushi, para el cual, dotó a Atuk con rasgos característicos del actor.

Por su gran popularidad y su complexión física, debía de ser Belushi el encargado de interpretar al protagonista a la perfección. Una semana después de firmar contrato, John Belushi falleció a causa de un cóctel de speedball, una mezcla de cocaína y heroína en el hotel Chateau Marmont, a la edad de 33 años, en 1982. El miembro fundador del mítico programa cómico estadounidense Saturday Night Live había muerto.

El fallecimiento fue toda una tragedia, y la familia del actor no aceptaba el informe policial que indicaba un posible suicidio o una sobredosis. Las posteriores investigaciones exhaustivas dejaron ver la vida desenfrenada de Belushi, que estaba sumida en un espiral de autodestrucción que su familia se había negado a ver. En los últimos meses de su vida, su factura mensual para adicciones superaba los setenta mil dólares y su organismo estaba lleno de drogas de todo tipo.

Cinco años después de la muerte de Belushi, en el año 1985, y ya sin el director Norman Jewison al frente, el proyecto de Atuk volvió a salir a flote. El escogido para el papel de Atuk fue a dar para el actor Sam Kinison, un hombre rechoncho, de carácter extremo y con tendencia a los excesos. Siendo criado en una familia de cristianos pentecostales, había desarrollado una carrera como predicador que le condujo indirectamente a su verdadera pasión: la actuación. Paso de los clubes de comedia a los programas de late night donde su estilo escandaloso llamó la atención de Hollywood. Pronto se convirtió en el cómico de moda y podía ser el sucesor de Belushi en el fallido film.

Desgraciadamente, su primer proyecto como protagonista absoluto duró solo un día. Manifestó altaneramente que su agente le había prometido el control creativo de la película, así que exigió reescribir el guión de Atuk, y ante la negativa del estudio amenazó con actuar deliberadamente mal y negarse a hacer la promoción. La productora United Artist demandó a Kinison por incumplimiento de contrato y fue echado del proyecto, que fue desmantelado tras una inversión de 4,5 millones de dólares y una única escena grabada, que compartía escenario con los actores Christopher Walken y Ben Affleck. Ese inconveniente y su conocida afición a las drogas le costaron también el papel de Beetlejuice, de Tim Burton.

Cinco años después, en 1992, y cuando ya se había alejado de su agente y de las drogas, chocó frontalmente con una camioneta conducida por un adolescente ebrio. Cuando lo encontraron todavía estaba vivo y los testigos afirman que en sus últimos segundos de vida parecía mantener un diálogo con un ente invisible. Muchos consideraron el fallecimiento a algo relacionado con el proyecto de Atuk, y fue allí cuando comenzó a decirse que el guión tenía una maldición.

La tercera opción para el proyecto fue el gran cómico canadiense John Candy. Para muchos, Candy el candidato perfecto para el papel, además de que parecía ser escrito exclusivamente para él, añadiendo que era canadiense y podía darle un toque personal a Atuk como un inuit. Candy tenía películas muy conocidas por el público y su carisma y humor lo hacían un actor muy querido en la industria, siendo el candidato ideal que hizo que el proyecto se reactivara de los cajones de la productora United Artist

El actor comenzaría a grabar Atuk luego de regresar de México de rodar la película en la que se encontraba trabajando, pero mientras rodaba dicho filme, John Candy sufrió un ataque cardíaco y fue encontrado en su habitación de hotel al día siguiente. Él tenía 43 años y era 1994.

Candy tenía casi ciento cincuenta kilogramos de peso, con una alimentación desbalanceada en la que los azúcares ocupaban el primer puesto y cuya primera exigencia en el contrato era tener neveras repletas de dulces, quizás había tenido algo que ver con su deceso. Atuk quedó nuevamente sin protagonista y con una fama de maldición cada vez más en aumento.

Al panorama en desequilibrio llegó el querido y simpático Chris Farley, un actor cómico recurrente de Saturday Night Live, cuyos papeles alocados, desastrosos y gritones les parecían hilarantes al público observador. Era famoso e iba en ascenso, pero así como él se catapultaba a la cima, también lo hacía su dependencia a las drogas y su aumento de peso. Farley recibió el guion de Atuk y lo tenía consigo, leyendo y releyendo para buscarle y sacarle lo más gracioso al personaje, pero algo que no se sabía mucho era que también Farley tenía depresión, y entre eso, las drogas y el sobrepeso, era una bomba de tiempo a explotar. Ya en las últimas apariciones televisivas estaba tan exhausto que necesitaba tanques de oxígeno tras el escenario.

En el año 1997, una semana antes de Navidad, justamente una semana antes de comenzar a filmar, su hermano lo encontró muerto en su apartamento de Chicago. Chris Farley falleció a los 33 años debido a un ataque cardíaco producido por una sobredosis de cocaína y morfina, agravada por los ciento cincuenta kilogramos que pesaba y una arteriosclerosis coronaria. 

Su muerte fue un gran vacío en el medio y toda una generación de cómicos le rindieron tributo. El fallecimiento de Farley tenía en circunstancias idénticas a las de Belushi y muchos asociaron de inmediato a la maldición de Atuk como la principal fuente de decesos de los cuatro actores.

Pero en este caso particular, pasó algo singular. Farley le había mostrado el guion a otro actor, su amigo y actor de doblaje Phil HartmanFarley le iba a pedir a Hartman que trabajara con él en la película interpretando a un personaje secundario.

Hartman fue conocido por ser la voz original de los personajes Lionel Hutz, Troy McLure y al breve personaje de Lyle Lanley en The Simpsons, además de ser Ted Maltin, la pareja de Liz Langston (Rita Wilson), madre de Jamie Langston (Jake Lloyd), hijo de Howard Langston (Arnold Schwarzenegger), quien queria para Navidad la figura de acción del héroe televisívo Turbo Man, en la película Jingle All the Way (El Regalo Prometido) del año 1996.

Phil Hartman era un humorista canadiense-estadounidense. Antes de trabajar The Simpsons, trabajó varias temporadas en televisión en el programa de comedia Saturday Night Live. Se casó tres veces; con Gretchen Lewis en 1970, con Lisa Strain en 1982 y con Brynn Omdahl el 25 de noviembre de 1987, con quien tuvo dos hijos: Sean Edward Hartman (nacido en 1989) y Birgen Anika Hartman (nacida en 1992).

Seis meses después que Hartman leyó el guion de Atuk, exactamente el 28 de mayo de 1998, Phil fue asesinado en su hogar de Encino, condado de Los Ángeles, California. Tenía 49 años. Pero ¿Quién lo hizo? Ni más ni menos que su esposa Brynn Omdahl. Se comentaba que Brynn sentía celos del éxito de Hartman. Se decía que ella tenía problemas para controlar su enojo y recibía atención por miedo de perder el temperamento. Mientras Phil dormía, Brynn entró a su habitación con un revólver y lo hirió mortalmente al dispararle múltiples veces en la cabeza. Brynn estaba intoxicada en ese momento por consumo de alcohol, cocaína y fármacos.​

Consecuentemente Brynn condujo hasta la casa de su amigo Ron Douglas y, después de confesar el asesinato,​ se desmayó. Después de recobrar la consciencia, los dos condujeron de vuelta a la casa de los Hartman en autos separados, donde Douglas vio el cuerpo sin vida de Hartman.​ Douglas telefoneó a los servicios de emergencia y admitió a la operadora que inicialmente no creyó la versión de Brynn hasta que había visto el cuerpo de Phil. Al llegar, la policía trató de retirar a los dos pequeños hijos de los Hartman y a Douglas de la propiedad. Mientras esto sucedía, Brynn entró a la habitación y se suicidó al dispararse en la sien. La Policía de Los Ángeles puntualizó que el asesinato de Hartman fue debido a una discordia doméstica entre la pareja.​ Al momento del asesinato, Brynn Hartman era conocida por haber estado tomando el fármaco antidepresivo Zoloft, el cual fue citado como la causa de sus acciones.​ Una demanda por muerte injusta fue iniciada por el hermano de Brynn, Gregory Omdahl, contra el manufacturador de la medicina, Pfizer, y contra su psiquiatra, Arthur Sorosky, quien prescribió el producto.

Con la muerte de Phil Hartman se selló la maldición de Atuk pero, ¿Qué ocurría? ¿Era una verdadera maldición o simplemente era una serie de eventos desafortunados con los actores que interpretarían a Atuk? Si era de verdad una maldición, ¿Cómo llegaba a cumplirse? ¿Todos aquellos que leían el guion y estaban casi a una semana de comenzar a interpretarlo morían? Muchas preguntas fueron teorizadas y el primero guionista de Atuk, Tod Carroll dio una entrevista concedida a Los Angeles Times: "No me importa lo que piensen, creo que es una coincidencia y tiene una explicación práctica, no soy una persona supersticiosa"

Tanto él como el escritor Norman Jewison y el escritor Mordecai Richler tuvieron vidas plácidas y longevas y otros actores interesados en el proyecto como Will Ferrell o Jack Black siguen vivos y en activo, pero al parecer estos dos no llegaorn a leer el guion en su totalidad ya que les pareció muy noventero y elitista de la época. Pero, ¿Qué crees tú? ¿Si se trata de una maldición real?

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