domingo, 30 de abril de 2023

El Misterio de Los Qallupilluit

Cada lugar del mundo tiene su rica cultura y tradiciones. Cada una de ellas fascinantes e interesantes. Muchos de estos son sitios visitados turísticamente por año y son famosos, otros son de difícil acceso y a pesar de ello, se mantiene también el turismo. Pero hay algunos que son tan herméticos por su estilo de vida o por su aislamiento que se sabe poco sobre sus costumbres y su folklore, mucho menos de sus leyendas y mitos.


En Alaska, al norte de Canadá, partes de Siberia y Groenlandia, habita un pueblo indígena llamado Los Inuit. Su religión se basa en creencias y prácticas espirituales, tales como el Animismo (Fe en todos los seres, objetos y fenómenos de la naturaleza un alma o principio vital) y el Chamanismo, en las que los curanderos espirituales median con los espíritus. Hoy en día, muchos inuit siguen el cristianismo, pero la espiritualidad inuit tradicional continúa como parte de una tradición oral viva y parte de la sociedad inuit contemporánea. Los inuit que equilibran la teología indígena y la cristiana practican el sincretismo religioso.


En su basta mitología espiritual se encuentran los Qallupilluit o Qalupalik, unas criaturas que viven a lo largo de las costas del Ártico cerca de los témpanos de hielo. Se dice que roban a los niños que vagan demasiado cerca del agua. Los relatos, los mitos y experiencias propias de los habitantes de las zonas, los describen como seres grandes y repulsivos, de piel verde y viscosa, nariz diminuta, cabello largo y uñas largas. Sus manos están palmeadas como una criatura acuática, junto con escamas y aletas. 


Llevan puesto un Amautik tradicional, una parka que usan principalmente las mujeres inuit cuando se convierten en madres y deben llevar a sus hijos en una bolsa de tela que incorpora la vestimenta para mantenerlos abrigados. Dichas parkas están hechas de plumas de pato eider y las usan para llevar a los niños secuestrados. Debajo de sus ropajes tienen dos aletas, una es utilizada para nadar con fluidez bajo las frías aguas y la otra es capaz de emitir un sonido estridente que paraliza a sus víctimas. También tienen la capacidad de alterar su apariencia, a través de una técnica conocida como Pilutitaminik, donde cambian su tamaño y forma.


Muchos los definen como una combinación horrible de un sapo, un pez y un escorpión, por su viscosidad, los baches de su piel y su color, además que emiten un olor a azufre. Ellos se esconden bajo el agua en las regiones árticas del mundo, viviendo a lo largo de la costa y acechando desde allí. Dicen que cuando el agua comienza a ondularse en un área o el vapor comienza a elevarse desde el océano, un Qallupilluit podría estar escondiéndose debajo del agua. 


Los Qallupilluit cazan a lo largo de los témpanos de hielo, secuestrando a los niños que se acercan demasiado al borde del agua. Una estrategia que usan para cazar es emitir un zumbido etéreo que acercará a los niños al agua para que puedan ser arrastrados. Los relatos varían en cuanto a lo que realmente les sucede a los niños capturados. Algunas versiones dicen que el niño simplemente es devorado, mientras que otras dicen que los mantienen en un estado de estasis por muchos siglos y se utilizan para alimentar la juventud de los Qallupilluit.


Estas criaturas son invulnerables en su estado natural, pero algunos cazadores inuit astutos han encontrado una manera de eludirlos. Para evitar ser capturados por los Qallupilluit, los cazadores usaban a niños como carnadas pero se mantenían a salvos ya que estaban atados a ellos. Ellos llamaban a las criaturas desde las orillas y pedían que cambiaran de forma para ellos, donde los Qallupilluit mostraban su verdadera forma: entes similares a una foca o una pequeña ballena. Al encontrarse en su forma, podrían ser asesinados. Las veces que ocurría, los cazadores podían llevar a casa una captura valiosa.


En la antigüedad, habían niños que eran entregados voluntariamente a los Qallupilluit. Una de las historias más famosas de las entregas voluntarias involucra a una abuela y su nieto que luchaban constantemente por poder encontrar comida y alimentarse. Se cuenta que la abuela llamó a un Qallupilluit para que viniera y se llevara al niño ya que no podía alimentarse y con ellos estaría mejor, alimentado y protegido.


Pasaron los meses y una vez que la tribu pudo volver a cazar con éxito, una joven pareja inuit se encargó de recuperar al niño para devolverlo a su abuela. La pareja pudo rastrear a las criaturas pudiendo capturar a una de ellas por medio de un pegamento natural que usaron con un trozo de alga marina. El Qallupilluit comenzó a emitir un ensordecedor sonido desde la noche hasta casi al amanecer. Al salir el sol, tres criaturas salieron de un témpano de hielo con el niño en brazos. Se hizo un intercambio, el niño a los humanos y el Qallupilluit a las criaturas. 


El niño al encontrarse de nuevo con la tribu hizo una gran revelación ante todos: Los Qallupilluit son hembras y usan a los niños secuestrados para mantener vivo su cabello largo, su capacidad para salir a la superficie y su larga vida. Con ese gran conocimiento, las tribus comenzaron a ver a las entidades como amenaza, ya que no eran lo que inicialmente pensaron que eran.


Muchos ofrecían voluntariamente a sus hijos a las criaturas pensando que estarían mejor con ellas pero el resultado era todo lo contrario. Desde ese punto, comenzaron los cazadores a ser más astutos para poder combatir a los Qallupilluit y proteger a los niños de ese entorno peligroso, evitando que se acercaran demasiado al hielo. 


Al tener la costumbre de llevarse a los niños, Los Qallupilluit son considerados como El Boogey ManEl Hombre Saco en versión acuática. En tiempos contemporáneos, algunos piensan que dichas criaturas son Sirenaes o Sirenas (Σειρήνα en griego antiguo o "las que encadenan"), humanoides híbridos con facciones de mujer y características de ave y pez, unas que se han acostumbrado al ámbito frío de la zona. Otros consideran que se tratan de Profundos femeninos, criaturas inmortales mitad humanos mitad anfibios. Son de color gris verdoso, con el vientre blanquecino y la mayoría tiene piel resbaladiza y su espalda jorobada está cubierta de escamas.

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