domingo, 24 de agosto de 2025

Los Gigantes de Patagonia

En tierras baldías de la Patagonia hay Gigantes... Lo han mencionado desde hace mucho tiempo. Indican que míticos y gigantescos habitantes que vagan por la zona. El solo hecho de pensar que en una lejana tierra es habitada por imponentes gigantes, cautiva y fascina la imaginación de cualquiera. La Patagonia es una región geográfica compartida por Argentina y Chile, ubicada en el extremo sur de Sudamérica, caracterizada por su diversidad de paisajes como glaciares, montañas, estepas y costas. ¿En algún punto de esa área se encuentra el hogar de estos seres enormes? No por nada, durante la época de la expedición de Fernando de Magallanes, llamó "Patagones" a sus habitantes de gran altura.

Fernando de Magallanes, también conocido como Hernando de Magallanes o Fernão de Magalhães en portugués, fue un militar, explorador y navegante de origen portugués y de linaje noble. Se encontraba al servicio de Carlos I de España, inició en el año 1519 la expedición para alcanzar las Indias Orientales atravesando el Pacífico para abrir una ruta comercial en la que descubrió el canal natural navegable que hoy recibe el nombre de estrecho de Magallanes, realizando la primera navegación de origen europeo desde el océano Atlántico hasta el océano Pacífico, llamado hasta entonces mar del Sur.

Ahora bien, en la costa de la Bahía de San Julián antes de arribar al estrecho, en el otoño de 1520, Fernando de Magallanes y su expedición encontraron sobre la costa austral de América del Sur, a personas de colosal tamaño, miembros de un pueblo de gigantes. La descripción a continuación pertenece a una crónica escrita por el noble italiano Antonio Pigafetta, uno de los pocos supervivientes de la expedición, en su libro Relazioni in torno al primo viaggio di circumnavigazione. Notizia del Mondo Novo con le figure dei paesi scoperti (Viaje alrededor del Mundo):

Un día en que menos lo esperábamos se nos presentó un hombre de estatura gigantesca. Estaba en la playa casi desnudo, cantando y danzando al mismo tiempo y echándose arena sobre la cabeza. El comandante envió a tierra a uno de los marineros con orden de que hiciese las mismas demostraciones en señal de amistad y de paz: lo que fue tan bien comprendido que el gigante se dejó tranquilamente conducir a una pequeña isla a que había abordado el comandante. Yo también con varios otros me hallaba allí. Al vernos, manifestó mucha admiración, y levantando un dedo hacia lo alto, quería sin duda significarnos que pensaba que habíamos descendido del cielo. Este hombre era tan alto que con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura. Era bien formado, con el rostro ancho y teñido de rojo, con los ojos circulados de amarillo, y con dos manchas en forma de corazón en las mejillas. Sus cabellos, que eran escasos, parecían blanqueados con algún polvo. Su vestido, o mejor, su capa, era de pieles cosidas entre sí, de un animal que abunda en el país, según tuvimos ocasión de verlo después. Este animal tiene la cabeza y las orejas de mula, el cuerpo de camello, las piernas de ciervo y la cola de caballo, cuyo relincho imita. Este hombre tenía también una especie de calzado hecho de la misma piel. Llevaba en la mano izquierda un arco corto y macizo, cuya cuerda, un poco más gruesa que la de un laúd, había sido fabricada de una tripa del mismo animal; y en la otra mano, flechas de caña, cortas, en uno de cuyos extremos tenían plumas, como las que nosotros usamos, y en el otro, en lugar de hierro, la punta de una piedra de chispa, matizada de blanco y negro. De la misma especie de pedernal fabrican utensilios cortantes para trabajar la madera.

Por la regíon en donde se encontraban, fueron llamado Patagones, pero el pueblo indígena al cual se refiere el exónimo eran los Aonikenk o Tehuelches, palabra mapudungun que significa "Pueblo Feroz". Es muy probable que esta descripción se base en una leve exageración. No obstante, algunos autores postulan que la altura promedio de los tehuelches rondaba los dos metros de altura, mientras que en los primeros informes europeos, era sensiblemente menor. Otros, sin embargo, matizan dicha afirmación. Después de este encuentro, los primeros mapas del Nuevo Mundo en variadas ocasiones adherirían la etiqueta Gigantum Regio (Región de los Gigantes) para describir esta zona. Entre los siglos XVI a XVIII el nombre de Patagonia sería dado a todo el territorio desde el sur del estuario del río de la Plata.

Se dice que exploradores españoles han quedado asombrados por las huellas de los pies de los tehuelches, las que artificialmente eran ampliadas por las pieles que les servían de calzado, pero que de todos modos eran mayores que los de los europeos de aquél entonces; por lo cual los llamaron patones o de "de pies grandes", de donde relaciona con la designación de Patagones. También se tiene registro sobre un superviviente de la expedición de José García Jofre de Loaísa o García Jofré de Loaisa, marino español que descubrió el cabo de Hornos y las islas Marshall, quien pasó por la Patagonia, informó de que había mujeres de 2,70 metros de altura y otras más grandes que él, donde les llegaba solamente algo más abajo de las caderas.

Posteriormente, Sir Francis Drake, corsario, explorador, comerciante de esclavos, político y vicealmirante inglés, escribió que no eran tan gigantes como se había dicho, pero admitió que eran mayores al hombre común en altura, envergadura y fortaleza. Indicó en el año 1579, que tenían una altura habitual de siete pies y medio (2,30 metros) o quizás más. Además, el capellán del barco de Sir Francis Drake, llamado Francis Fletcher, informó también haber avistado patagones de una gran estatura.

En la década de 1580 el marino inglés Anthony Knivet afirmó que en la región había podido ver huellas de pies cuatro veces más grandes que las normales y que había visto cadáveres de 14 palmos. También en el año 1590, William Adams, un marino y navegante inglés a bordo de un barco holandés que dio la vuelta a la isla de Tierra del Fuego, informó igualmente de un encuentro violento entre la tripulación de su barco y nativos anormalmente altos.

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