domingo, 24 de noviembre de 2024

¿Existe la licantropía? El Hombre Lobo Real de Cornelius S. C. Rödder

Y seguimos con la temática de la licantropía, ésta vez con un ¿Hombre Lobo real? ¿Será verdad? Tú serás el juez una vez más. Como bien se indicó, la creencia en poder transformarse en animal es sumamente antigua, y varios siglos después, la cultura gitana fomentó la creencia de que este tipo de personas habían sido víctimas de una maldición y, como resultado de ello, se habían convertido en asesinos sedientos de sangre. Cuenta la leyenda que uno de los primeros hombres en ser maldecido por la licantropía fue el rey griego Licaón, fundador de la antigua ciudad de Licosura. El rey realizaba sacrificios humanos para mostrar su devoción por los dioses. Esto llegó a los oídos de Zeus y, para comprobar si era verdad, se disfrazó de peregrino para ir a verlo. Al estar en pleno ritual y ver que Licaón sacrificaba niños recién nacidos, el dios olímpico se enfureció y lo castigó, convirtiéndolo en un en lobo con apariencia humana. Además, toda su descendencia quedaría maldita para toda la existencia. Así pues, se cree que todos lo que poseen los síntomas de licantropía, están relacionados sanguíneamente. 

Cornelius S. C. Rödder fue un apasionado coleccionista, explorador y comerciante nacido en el año 1821, originario de Nykøbing Falster, Dinamarca. Rödder provenía de una rica familia noble de ascendencia alemana y realizó estudios de medicina en Copenhague. Como era habitual en el siglo XIX, la colección de Cornelius comenzó como un gabinete de curiosidades, que eran cámaras de arte que servían como colecciones privadas de objetos a menudo raros, extraños o extravagantes, tanto naturales como artificiales. Podía tratarse de cualquier cosa, desde reliquias religiosas, antigüedades y recuerdos de tierras extranjeras hasta criaturas extrañas y armas de caza desconocidas. 

La colección de Cornelius contenía una cantidad sorprendente de criaturas extrañas e interesantes que existieron o aún existen hoy en día, como el ornitorrinco, el pez globo y el tigre sable. Pero sus colecciones también contenían objetos más sombríos, como partes de esqueletos de personas ejecutadas, animales o humanos momificados, dientes de hombres lobo y vampiros, sangre de hadas, bebés dragones y similares. Se decía que Cornelius tenía un gran interés por el ocultismo y el espiritismo y además, buscaba el contacto con el mundo espiritual a través de la lectura de las cartas del tarot y la respiración.

Sus colecciones se encuentran alojadas para ser visitadas por el público en el pequeño e interesante Museum Obscurum de Nykøbing Falster, en Dinamarca, que antes era su hogar. En el año 2017 se amplió la colección y fue de manera sorpresiva ya que, durante unas renovaciones del área, se encontró una puerta oculta que era una habitación secreta y muy privada de Rödder. Dentro de la cámara, habían documentos y bocetos de ocultismo, cajas muy antiguas con material de magia oscura. Se tomaron el tiempo para ojear las rarezas del espacio secreto y leyeron los documentos con detenimiento.

Al parecer en el año 1856, mientras viajaba por Italia, Cornelius se tropezó con extraños escritos y extraños especímenes en viejas locaciones en montañas deshabitadas. Este encuentro le presentó al famoso cripto-naturalista y xeno-arqueólogo Thomas Merrylin de Londres. Inspirado por Merrylin, Rödder cambió su enfoque hacia lo oculto y el mundo oscuro, acumulando una extraordinaria colección de artefactos criptozoológicos que ahora reside en el museo. Esa fue la fuente de interés para comenzar a tener su propio gabinete de curiosidades. Pero lo más asombroso fue que, en Roma, una locación que nunca fue indicada por el museo, según por órdenes del propio Vaticano, encontró un lobo de gran tamaño con apariencia semi humano. 

Rödder, con ayuda de seis hombres pudo capturar a la violenta bestia y una vez que lo puso a dormir, lo llevó hasta su hogar y lo mantuvo dentro de una habitación de su gran sótano. Era un hombre lobo, uno real.

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