La vida de Virtudes Blanco Hermida fue trágica. Nació en agosto del año 1964 en la comarca lucense de Tierra Llana (Terra Chá), perteneciente a la ciudad de Lugo, en Galicia España. Desde su existencia, el secreto que la involucraba se daba por los prejuicios de antaño.
Virtudes había nacido con esquizofrenia y durante sus primeros 9 años de vida permaneció recluida en un pequeño cajón en posición fetal y rodeada de espinas para que no se pudiera mover. Permaneció dentro como un animal y solo la abrían una vez al día pera darle un plato de cereales, papillas de harina y un poco de leche. 9 años permaneció en ese estado.
Su padre manifestaba que no podía ocuparse de ella. Su madre, desapareció poco después del nacimiento de Virtudes, ya que consideró que se trataba de un castigo divino. Al poco tiempo de nacer, descubrieron que la niña tenía problemas y decidieron ocultarla de la comunidad. El rumor se corrió por Galicia luego de que algunos vecinos la encontraron merodeando su casa, similar a un gato.
El tema llegó a los oídos de las autoridades quienes, con la ayuda del cura de la aldea, consiguieron encontrar el sitio exacto en donde se encontraba la niña. Al verla se horrorizaron ya que el estado de Virtudes era deplorable. Recién cumplido los 15, fue ingresada en el hospital psiquiátrico de San Rafael, situado en la localidad lucense de Castró de Riberas de Lea, dependiente de la Diputación Provincial.
En el hospital trataron su caso y se dieron cuenta que no podía ponerse de pie, además de observar que Virtudes tendía peligrosamente a la autodestrucción. En una de sus crisis graves, se arrancó los ojos, comenzando posteriormente a comerse los dedos, por lo que se optó por atarle las manos a la espalda. Posición en la que pasaría los años siguientes.
En cuclillas y con los brazos en la espalda permanecía siempre, incluso cuando dormía, por lo que los médicos y los medios la comenzaron a llamar "La Niña Pájaro". Cuando trataba de ponerse de pie, o llegar a la altura de una silla o de una mesa, se tiraba al suelo para recuperar su posición fetal.
Virtudes tiene la apariencia física de una niña, no emite sonidos inteligibles y cuando está más tranquila se balancea de un lado a otro en la habitación. Su comida está siempre mezclada con papillas de harina, ya que de lo contrario, es incapaz de ingerirla. Ella presenta un cuadro clínico irreversible de esquizofrenia autodestructiva. Su tratamiento a base de tranquilizantes resultaba difícil al momento de equilibrar las dosis.
El hospital psiquiátrico de San Rafael fue abandonado en el año 2012 y fue considerado desde los año 80, como uno de los peores hospitales de toda Europa.
Tenía unas condiciones degradantes para las personas, ya que tenía capacidad para 200 pacientes pero albergaba a más de 400 enfermos mentales, mezclados todos ellos sin atender a sus propias necesidades por la falta de salas y medios técnicos adecuados.
Cada 50 enfermos mentales compartían dos baños, las camas se acomodaban en espacios reducidos y en algunos pasillos (separadas entre sí por 20 centímetros). Las goteras se hicieron frecuentes al tener restos colgantes de obras anteriores.
Es Japón ocurrió un caso similar. Una mujer japonesa que había pisado los treinta, murió congelada tras pasar más de 15 años encerrada por sus padres en una pequeña habitación (de unos 3 metros cuadrados sin calefacción) de su domicilio en el oeste del país asiático. Airi Kakimoto, de 33 años, falleció por el frío en su casa de la ciudad de Neyagawa, en la prefectura de Osaka. La mujer se encontraba en un estado de malnutrición extrema, con apenas 19 kilos de peso para sus 1,45 metros de altura.
Yasutaka Kakimoto, su padre, un hombre de 5 años, y su esposa, de 53, encerraron a su hija a los 16 años porque "padecía una enfermedad mental que le hacía ser violenta" y la habrían alimentado sólo una vez al día desde entonces, revelaron fuentes cercanas a la investigación a la agencia japonesa Kyodo.
La habitación fue construida por su padre, tenía una puerta doble que sólo podía abrirse desde el exterior y una cámara de vigilancia, detallaron los medios y contaba con un inodoro improvisado y un tubo conectado a un tanque de agua instalado en el exterior para que pudiera beber. Airi permaneció confinada allí más de una década y media.
Deveras que son historias tristes
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