domingo, 30 de julio de 2017

El lago Roopkund - El glaciar de los esqueletos humanos

Roopkund es un lago glaciar localmente llamado El Lago del Misterio, se encuentra en la falda del macizo de Trisul en Uttarakhand, un estado de La República de la India. El sitio se encuentra deshabitado al encontrarse a una altitud de unos 5.029 metros, es decir, 16.498 pies, en el Himalaya. Dicho lago se encuentra rodeado de glaciares de montañas cubiertas de nieve y rocas derramadas, lo que lo hace un destino agradable para realizar caminatas. 

La historia cuenta que en el año de 1942, un guardia forestal que realizaba una conocida ruta de senderismo como parte de su trabajo, se topó con algo que le helaría la sangre. El calor del verano hizo que aparecieran cientos de esqueletos humanos cerca del lago, al seguir el rastro, lo llevo directo al lago, donde habían restos que aun tenían carne y cabello.

Se pensó inicialmente que dichos huesos podían pertenecer a los soldados japoneses que transitaban por la zona y que perecieron en el inhóspito terreno, ya que la Segunda Guerra Mundial se encontraba presente. Los británicos realizaron una investigación para determinar si el enemigo había estado planeando un ataque sorpresivo por medio de las montañas, pero se reveló que por el tiempo que tenían los restos óseos, no podrían pertenecer a soldados japoneses.

Al hacerse pública la noticia, muchos estudiosos supusieron que la osamenta habría pertenecido al general Zorawar Singh de Cachemira y su banda de guerreros, que se comenta que perdieron el rumbo y perecieron en el Himalaya, durante su viaje de regreso después de la Batalla del Tibet en el año 1841. Zorawar era el conquistador de la región montañosa de Kishwar y en 1834 condujo a sus guerreros Dogra a las regiones remotas e inaccesibles de Ladakh, que en la actualidad forma parte del estado de Jammu y Kashmir de La India. 

Los exámenes se realizaron pero los resultados de las pruebas de carbono 14 realizadas en los cadáveres en la década posterior a 1960 desestimaron la teoría en su totalidad, ya que las investigaciones arrojaron que la primera datación de los huesos son de entre los siglos XII y XV. 

Nadie ha podido explicar a ciencia cierta la razón por la que se encuentra esa helada fosa común allí, tratándose de un lugar tan remoto como el Himalaya. Algunos expertos han señalado que puede haberse tratado de una epidemia, desprendimiento de tierras, suicidios colectivos o sacrificios rituales.

El lugar se ha convertido en un punto de asombro e intriga ya que a pesar que el lago glaciar tiene poca profundidad, alberga cientos de esqueletos humanos. El intenso frío de la zona durante todo el año, ayuda a preservar los restos óseos, a los cuales se les ha podido efectuar los correspondientes análisis de ADN recientemente, detectándose así que los restos pertenecieron a dos grandes tribus emparentadas entre sí, pero con características diferentes, que estuvieron allí alrededor del año 850 a.C. Muchos de los cráneos tenían pequeñas fracturas que los expertos relacionaron con impactos de granizo del tamaño de un puño regular. Pero otros análisis revelaron que otros restos eran más modernos.

Se calculan que los huesos de más de novecientas personas descansan en las laderas, el borde y el fondo del lago glaciar. En la actualidad se celebra un culto en el lago que tiene lugar cada doce años, en el que los creyentes se sumergen en las aguas del congelado lago para bañarse en él y así honrar a los que perdieron la vida en ese sacro lugar.

El misterio del faro de Eilean Mor

El faro de las Islas Flannan, en Escocia, se construyó a finales del siglo XIX con el proposito de guiar a los barcos que se dirigían hacia el cabo Wrath y el estrecho de Pentland Firth. Su construcción comenzó en el año de 1895 y, por la superficie inclidana de la isla, fue larga y laboriosa. Además del faro, también se edificaron las casas de los fareros y la construcción de un embarcadero junto con unas escaleras, y fabricación de una vía férrea pequeña para subir y bajar al faro los barriles de queroseno para encender la lámpara por medio de un pequeño motor de vapor. El faro comenzó a funcionar el 7 de diciembre de 1899 y la intensidad de la luz que emitía la lámpara era visible hasta a 24 millas náuticas.


Un año después, en 1900, los únicos que vivían en la isla de Eilean Mor, eran los tres fareros que se repartían la tarea de guardianes y se rotaban las actividades de funcionamiento y mantenimiento; James Ducat, el guardián principal con más de 21 años de experiencia,  Thomas Marshall, el segundo guardián y primer ayudante, y William McArthur, el tercer guardián, experimentado marinero y afamado peleador.  Donald Ross era un sustituto de labor, pero fue dado de baja por enfermedad.


El trabajo de farero no era una labor sencilla. Los miembros del equipo, mientras permanecían en la isla, estaban prácticamente incomunicados, siendo su único contacto con el mundo exterior, el barco llamado Hesperus, que le brindaba provisión al faro y un sistema de señales de bandera a colores que era visible desde las islas vecinas. 


El 15 de diciembre de 1900, unos días después del primer aniversario de la entrada en funcionamieno del faro, se dio la primera señal de que algo no marchaba bien. El capitán Holan, del barco de vapor Archtor que viajaba de Philadelphia, Pensilvania, Estados Unidos a Leith, Edimburgo, Escocia, se sorprendió al notar que el faro de Eilean Mor de las Islas Flannan no estaba encendido. Otro barco, el Fairwind, que navegaba en las inmediaciones también notó la ausencia de luz del faro. Se envió un mensaje al responsable de Northern Lighthouse Board,  la junta pública de reclutamiento de vigilantes de faros, encargada de la gestión de los faros de Escocia, pero dicho aviso no llegó.


La llegada del Hesperus estaba prevista para el día 20 de diciembre, pero las malas condiciones meteorológicas desde su punto de partida retrasaron su llegada a la isla hasta el 25 de diciembre. Ese día, al aproximarse a la isla, los tripulantes del Hesperus se dieron cuenta que los fareros no estaban esperando en el pequeño embarcadero de la isla para recibirlos como de costumbrey que la bandera de bienvenida no estaba izada. Los miembros del navío junto a su capitán, James Harvey, soplaron el cuerno y luego lanzaron una bengala, esperando que se produjera alguna actividad, pero eso no ocurrio. La situación fue reportada y fue enviado a investigar un guardián de reemplazo llamado Joseph Moore, quien comenzó a subir las estrechas escaleras que conducen al faro y percibió una sensación extraña de temor.


En el embarcadero habían algunos desperfectos, como cajas rotas, rieles doblados y salvavidas fuera de los soportes. La puerta de antesala estaba cerrada pero Joseph logró entrar, dándose cuenta que dos de las tres chaquetas impermeables que generalmente se mantenían en la sala para salir a recibir a los navíos, no estaban. Registró el lugar, entrando después a la cocina, encontrándose con restos de la cena de días anteriores, una silla tirada en el suelo y las  lámparas de queroseno consumidas en la sala superior. El reloj de la cocina se había detenido, al igual que todos los relojes del faro y las camas de los tres hombres se encontraban desordenadas en sus respectivas casas. Pero algo era seguro, los fareros no se encontraban allí. Algo había sucedido.


Llamaron por radio a la comandancia y a la seguridad civil para anunciar la desaparición de los tres fareros, quedandose esa noche para aguardar los refuerzos al siguiente día. La averiguación se realizó pero las pistas y desapariciones eran extrañas por lo que el 29 de diciembre, personalmente desembarcó en la isla el encargado de la investigación y reportes, que fue Robert Muirhead, superintendente responsable de la Northern Lighthouse Board, policía y amigo de los tres fareros.


Las investigaciones posteriores revelaron información adicional como las inscripciones en el registro del faro que eran irregulares e inquietantes. La última entrada fue del día 12 de diciembre había sido escrita por el segundo guardián, Thomas Marshall, y en ella él afirmó que la isla había sido golpeada por violentos vientos, siendo los más fuertes y severos que había experimentado en toda su carrera. También indicó que el guardián principal, James Ducat estaba tranquilo porque el faro era lo suficientemente sólido como para sobrevivir a cualquier tormenta. La entrada del registro terminaba con una anotación que decía que William McArthur no paraba de llorar y los demás estaban rezando.

¿Porqué lloraría McArthur y los demás rezaban? Todos lo conocían como un hombre valiente y en las tabernas donde bebía Whisky tenia fama de peleador. Además, fareros expertos en un faro de cincuenta metros sobre el nivel del mar se habían asustado hasta el punto de ponerse a rezar, era algo que a Muirhead le pareció sospechoso, como el hecho que McArthur, a quien conocía bien, llorara era extraño. No habían más pistas, además en la cercana isla Lewis, no se informó sobre ninguna tormenta el día de la última entrada del registro ni tampoco los días anteriores. La última anotación en el libro de registro no tenía fecha y solo se podía leer "La tormenta terminó. El mar está en calma. Dios está por encima de todo."


Muirhead también descubrió que la noche del 26 de diciembre, se pretendía sustituir a Thomas Marshall, James Ducat y William McArthur por el mencionado Joseph Moore, quien haría el trabajo con Donald Ross, que ya estaba recuperado y apto para el trabajo.

Muirhead concluyó en su informe que, posiblemente, los tres fareros fueron arrastrados por una gran ola mientras se encontraban en el exterior del faro, tratando quizás de rescatar algún objeto arrastrado por el efecto del clima pero ¿Donde estaba la chaqueta impermeable faltante? Las botas de agua de McArthur estaban del lado trasero del faro. Nuevas incógnitas surgían, al igual que teorías.


Locuras por aislamiento que llevo a McArthur a matar a sus dos compañeros y arrojarlos luego al mar para luego arrojarse él mismo, una criatura mitológica llamada Kelpie, con forma de serpiente marina, los arrastró al agua o que habían sido víctimas de la maldición de los espíritus de las islas, eran las teorías más sonadas en su oportunidad.


Después de las averiguaciones y búsquedas inútiles de pistas, se notificó que Thomas Marshall, James Ducat y William McArthur estaban oficialmente muertos y que sus espíritus seguían estando en el faro. ¿La razón? Tres sombras aparecían y desaparecían eran los rumores de aquellos que entraban y salían del faro por cualquier actividad relacionada a la investigación de los hombres desaparecidos o para mantenimiento del faro. Tres corrientes frías que erizaban la piel en las noches de tormenta, tres presencias silenciosas que hacían imposible poder pasar más de un día en el faro de Eilean Mor. Nadie fue capaz de enfrentarse o de dirigirse a las sombras para saber que les había ocurrido. ¿Cúal había sido su terrible destino? ¿Qué les había pasado?


Lo cierto es que el faro continuó su funcionamiento normal, contratándose a un nuevo equipo y se mantuvo el sistema de turnos cambiantes. En los siguientes setenta años se decía que habían tres sombras en los corredores, al final de las estrechas escaleras del faro, o incluso fuera de él en las noches de tormenta, pero el personal se acostumbraba al hecho de que no estaban solos desde ese diciembre de 1900. En el año de 1971, el faro fue automatizado, siendo innecesaria la presencia de personal humano permanente en la instalación, que ahora solo recibe gente cuando hace falta alguna revisión, mantenimiento a fondo o alguna reparación. Pero muchos son los que se sintieron aliviados desde que el las labores del faro quedaron mecanizadas. 


Dicen las leyendas urbanas que las sombras siguen allí, pudiéndoseles visualizar los días de tormenta.

sábado, 29 de julio de 2017

La ciudad secreta bajo Disney World Resort

Walt Disney World Resort o simplemente llamado Disney World, es un famoso y mágico espacio que contiene parques temáticos y acuáticos, múltiples atracciones, veinticuatro lujosos hoteles, seis circuitos de golf, dos centros comerciales, un complejo deportivo y numerosos restaurantes y tiendas que son operadas por su propietaria, la compañía Disney, que recrean fielmente en los terrenos y extensiones del parque, cada uno de los escenarios de sus películas animadas. Su apertura fue el 1 de octubre de 1971 y está localizado en la zona de Lake Buena Vista y Bay Lake en Florida.

En ese increíble y mágico lugar lleno de encanto y diversión para los niños y adultos hay múltiples leyendas y secretos que hacen del parque temático un sitio lleno tanto de esplendor como de misterio. Desde fantasmas dentro de la atracción de The Haunted Mansion (La Mansión Embrujada) y espíritus que corren alrededor de todo el complejo hasta una ciudad secreta debajo de todo el parque, son algunas de las leyendas urbanas que se suelen escuchar dentro y fuera del lugar.

Lo cierto es que, evidentemente, debajo de Walt Disney World hay algo, más no es una ciudad ya que la región de Florida es pantanosa como para albergar una ciudad subterránea. Se trata de una serie de plantas bajas que pertenece al mismísimo parque de atracciones. Está formada por una red octogonal de túneles que están conectados entre sí, siendo un túnel central que los corta por el centro y reciben el nombre de "Utilidors". Hay un punto de acceso a ésta inmensa área por medio de una puerta mediana por los alrededores de la atracción Magic Kingdom.


La primera planta baja de este submundo secreto cubre casi 9 hectáreas y algunos pasillos son tan largos que los empleados, tanto los poseedores de disfraces como los técnicos, deben usar carros pequeños como los de golf para llegar a su departamento de trabajo u oficinas, con sus respectivas entradas privadas. La segunda planta es un tipo de sótano que contiene casas medianas que tienen habitaciones, vestuarios y comedores. Además de ofrecer servicios bancarios, de belleza y lavandería y los sistemas informáticos que se responsabilizan por el buen funcionamiento y mantenimiento del complejo. 

La idea de ésta compleja red subterránea la tuvo el mismo Walt Disney para que se evitara cualquier situación que se presentase y arruinara la magia del lugar, ya que se dice que una vez visitó y observó en Disneyland de California que un miembro del equipo de reparto se disfrazaba de vaquero en frente del público mientras se dirigía a su puesto de trabajo en Tomorrowland. Walt se molestó y sintió que tal acto discordante le restaba valor a la experiencia soñada por los niños y demás huéspedes.

Este lugar subterráneo permite que la magia se cumpla de manera completa en la superficie, preparando la ilusión y haciendo que los sueños se cumplan para los más pequeños que disfrutan visitando este asombroso lugar.

jueves, 20 de julio de 2017

El Universo es una entidad consciente

Durante siglos, los filósofos y algunos científicos conocedores del área, han estado intrigados con la idea de que el cosmos puede ser consciente de sí mismo. Una idea interesante que  ha tenido una ola creciente de partidarios en la comunidad científica, a pesar de ser algo difícil de refutar categóricamente.

Conocido bajo el concepto de "Panpsiquismo", sugiere que el Universo es una entidad consciente de sí y que las estrellas y otros cuerpos celestes poseen la capacidad de pensar y tener el control de sus caminos y destinos.

El físico de la Facultad de Tecnología de la Ciudad de Nueva York, Gregory Matloff, publicó recientemente un nuevo artículo relaciono con el tema, sugiriendo que un "campo proto-conciencia" podría extenderse a través del universo entero y que, como los seres humanos, todo el cosmos puede ser consciente de si mismo y todos los acontecimientos a su alrededor, hasta de la vida en los planetas, los hoyos negros, los meteoritos y las muertes de las estrellas. Una de las evidencias encontradas por Matloff es que algunas estrellas emiten chorros fugaces que apuntan en una sola dirección, un proceso que es desequilibrado y que podría hacer que la estrella cambie su movimiento, acción que puede ser un proceso deliberado.

El trabajo del físico Sir Roger Penrose de hace 30 años, fue el pilar fundamental para generar el interés actual en el Panpsiquismo. Él expuso la idea de que el universo está enraizado en las reglas estadísticas de la física cuántica en relación con los espacios microscópicos entre las neuronas del cerebro, pudiendo ser un ser consciente.  La idea hizo eco en el físico alemán Bernard Haisch, quien sugirió que los campos cuánticos en el espacio vacío son responsables de transmitir la consciencia, esto se manifiesta entonces, no solo para el caso del cerebro humano, sino en cualquier estructura compleja.

Puede que en un futuro remoto, como especie, podamos encontrar la manera de llegar a comprender o tener una conexión con una pequeña parte del Universo y así sean respondidas esas preguntas existenciales que hay sobre el vasto cosmos.

martes, 18 de julio de 2017

Enriqueta Martí - La Vampira de la calle Poniente

La calle Poniente, hoy en día Joaquín Costa, queda en el barrio del Raval de Barcelona donde hace mucho, fue escenario principal de un hecho atroz envuelto de controversia y misterio. Enriqueta Martí Ripollés nació en San Felíu de Llobregat, capital de la comarca catalana del Bajo Llobregat, el 2 de febrero de 1871. Se cuenta que desde muy temprana edad, se traslada de su ciudad natal a Barcelona para trabajar como niñera, pero se dio cuenta poco después que ejerciendo como prostituta en los burdeles locales ganaba un poco más de dinero. Luego de estar más involucrada en el negocio, paso a otros lugares en donde también se realizaba ésta actividad, como El Puerto de Barcelona y El Portal de Santa Madrona.


En el año de 1895, se casa con un artista, un pintor bohemio y herbolario de nombre Juan Pujaló, cuyo matrimonio fracaso por el carácter misterioso, falso e impredecible de Enriqueta, quien además seguía frecuentando casas de libertinaje y mantenía su afición por los hombres. La pareja se separó y reconcilió alrededor de seis veces, en cuyo tiempo el ambiente de prostitución seguía activo en la vida de Enriqueta.


Pronto, otro tipo de negocio, relacionado a la ramería se presento ante ella; la prostitución de niños. En diferentes zonas, las familias de clase baja comenzaron a perder a sus hijos en mercados y plazas de la noche a la mañana, situación que poco a poco comenzó a ser frecuente en la ciudad. 


Enriqueta inició pronto una doble vida: durante el día iba a las casas de caridad y a los conventos a pedir y luego se la pasaba mendigando en algunas calles de las parroquias vecinas vestida con viejos harapos y llevando en la mayoría de las ocasiones a niños tomados de la mano que hacía pasar como suyos.  De noche, se vestía con ropa lujosa, collares, sombreros y pelucas y se iba a lugares como El Casino de Arrabassada y El Teatro del Liceo, entre otros lugares, en donde la clase alta de Barcelona frecuentaba para ofrecer sus servicios como proxeneta de niños.


Después que los niños eran prostituidos, muchos de ellos trataban de revelarse contra Enriqueta, por lo que terminaban asesinados o encerrados y atados en una habitación de su casa. Poco después comenzó a ejercer la profesión de curandera, ambos negocios le daban el dinero suficiente para vivir con todas las comodidades que quisiera sin necesidad de mendigar, pero ella debía de mantener las apariencias.

En 1909, Enriqueta fue detenida en su piso de la calle Minerva de Barcelona, siendo acusada de regentar un burdel en donde se ofrecían servicios sexuales de niños de edades comprendidas de entre 3 a 14 años de edad. Junto a ella, un joven de familia bien posicionada socialmente fue detenido también, pero gracias a sus contactos con altas personalidades de Barcelona que contrataban sus servicios como proxeneta infantil, ella no tuvo juicio por el asunto del burdel y el proceso judicial se perdió en el olvido burocrático.


El 10 de febrero de 1912, una niña de nombre Teresita Guitart Congost desapareció. Las siguientes dos semanas la policía y los ciudadanos buscaron cualquier rastro de la chiquilla ya que sus padres eran de clase acomodada y se encargaron de colocar carteles estampados por las calles pero no lograron encontrar nada. La indignación popular se hizo notar ya que el Governador Civil, Portella Valladares trataba de convencer al público que el temor de la población era fundado por los rumores surgidos de la pasada desaparición de niños de las familias de clase baja. Las autoridades habían sido pasivas con el tema y no se involucraban de lleno.


El 17 de febrero del mismo año, una vecina del lindero llamada Claudia Elías, vio a una niña con el cabello rapado mirando desde un ventanal del patio interior de su escalera.  La niña jugaba con otra pequeña y Claudia de inmediato le preguntó a Enriqueta si la pequeña era suya, ésta última sólo cerró la ventana sin decir una palabra al respecto. Extrañada de lo acontecido, Claudia le comentó el hecho al colchonero de la misma calle, un hombre humilde y gentil con el que tenía una buena amistad. El colchonero escucho atentamente a Claudia y le hizo suponer que podía tratarse de Teresita, diciéndole además los chismes que se decían sobre Enriqueta y su doble vida de perversión. El colchonero le contó la situación a José Asens, un agente municipal, y éste a su vez se lo comunicó a su jefe, el brigada Ribot, quien contacto a Claudia para escuchar con más detalle su testimonio, siendo ella quien daría la pista a la policía.


El 27 de febrero, con la excusa de una denuncia por tendencia de gallinas en el piso de su vivienda, el brigada Ribot y dos agentes más fueron a buscar a Enriqueta. Su piso estaba en el barrio del Raval, en el número 29, entresuelo primera de la calle Poniente. Ella se mostró sorprendida, más no puso resistencia, para no levantar sospechas. Cuando los agentes policiales entraron y revisaron dentro, encontraron a dos niñas, una de ellas era Teresita y la otra era una niña llamada Angelita, desaparecida, al parecer, unos cuando meses atrás. Después de haber declarado, Teresita Guitart Congost fue devuelta a sus padres.

La pequeña niña explicó como en un momento en que se alejó de su madre, Enriqueta la abordó, tomándola de la mano y prometiéndole caramelos, pero al notar que se la llevaba demasiado lejos de su casa, Teresita quiso regresar pero Enriqueta le cubrió la cara con un trapo negro, la sujetó con fuerza y se la llevó a su casa. Al llegar a su piso de vivienda, Enriqueta le cortó todo el cabello y le cambio el nombre por el de Felicidad, diciéndole que ya no tenía padres y que ella sería su madrastra y que así debía de llamarla a partir de ahora cuando salieran a la calle. No la golpeaba pero si la pellizcaba, la mal alimentaba con pan duro y papas, prohibiéndole entrar a una de las habitaciones y asomarse a los ventanales, ventanas y balcones. Teresita declaró que la solía dejar a solas con Angelita en el piso de vivienda y que un día se aventuraron a mirar en la habitación en la que no podían entrar y encontraron un saco lleno con ropa de niños con sangre, junto con un cuchillo para deshuesar repleto de sangre también. El miedo invadió a la niñas y, durante el tiempo que estuvo secuestrada, nunca intento escapar, limitandose a estar allí.

Angelita por su parte dio una declaración más perturbadora. Antes de la llegada de Teresita a casa, había un niño de nombre Pepe, que tenía cinco años. La pequeña había visto como un día Enriqueta, a quien llamaba mamá, llegó de la calle, sujetó a Pepito por el cuello y lo colocó en la mesa de la cocina, matándolo y cortándolo con un cuchillo de cocina. Enriqueta no se dio cuenta de la presencia de la niña ni de lo que había visto, Angelita se escondió en su cama y se hizo la dormida.


La identidad de  Angelita fue muy difícil de concretar ya que las declaraciones de Enriqueta podían no ser verdaderas. La niña no tenía apellidos y se sostenía que era hija de la detenida con el pintor Juan Pujaló. Pujaló se personó ante el juez por propia voluntad para saber lo ocurrido, declarando que llevaban más de cinco años viviendo separados y que no habían tenido hijos. Enriqueta al final declaró que había acogido a Angelita cuando era una recién nacida de su cuñada, Maria Pujaló, a la que le hizo creer que la niña había muerto al nacer. Enriqueta Martí fue procesada a la espera de juicio a la Prisión Reina Amalia, institución que fue demolida en 1936.

Se realizó una segunda inspección del piso de vivienda en donde se encontró el saco con ropa de niños llena de sangre que dijo Teresita en su declaración. También se encontró un saco con ropa sucia que tenía en el fondo huesos de niños humanos, al menos treinta vertebras. Al realizar la respectiva inspección, se demostró que los huesos tenían marcas de haber estado expuestos al fuego y que parte de ellos eran del niño Pepe. Había un salón que contenía un armario con vestidos hermosos de niñas y ropas de niños minuciosamente decorado, pero que contrastaba con el resto del salón, especialmente el piso, que olía verdaderamente mal. 


También pudieron entrar a la habitación que Teresita manifestó que tenían prohibido entrar, cuya puerta se encontraba cerrada con llave. Dentro de la habitación se encontraba el horror que escondía Enriqueta.

Cincuenta jarras, veinte envases de gran tamaño y doce palanganas, todas con restos humanos en conservación: grasa hecha manteca, sangre coagulada, cabello de infantes, esqueletos de manos, huesos en polvo, etc. Habían también  botes con pociones, pomadas, filtros, cataplasmas, ungüentos ya preparados o en preparación para su venta. Los restos humanos de niños variaban desde ser niños de pecho hasta de nueve años de edad. Todos sus "productos" servían de remedios para la cura de la tuberculosis, enfermedad tan temida en esa época, y otras enfermedades que no tenían cura en l medicina tradicional. Gente de clase alta y bien posicionada de muchas partes pagaba grandes sumas de dinero a Enriqueta, La Curandera por esta mercancía.


También se encontró una serie de libros muy antiguos, que tenían pergamino como cubierta, donde habían pociones y resetas escritas con caligrafía muy elegante. Un paquete de cartas muy exclusivo que al parecer había sido un regalo de algún cliente del Casino de Arrabassada, junto con una lista de nombres de familias importantes y otras personalidades de gran renombre de Barcelona. Esta lista provocó una gran polémica ya que la población creyó que se trataba de los clientes ricos de Enriqueta, clientes que debían de pagar por sus crímenes de pederastia y compra de restos humanos para preservar su salud propia. La policía intentó que la lista no trascendiera pero el rumor afirmaba que en ella se encontraban nombres de médicos, políticos, banqueros y empresarios. Las autoridades, por temor a un motón popular, calmaron los ánimos de la gente haciendo que el ABC, un conservador diario español, publicara un artículo explicando que en la famosa lista se encontraban los nombres de las personas a los que Enriqueta mendigaba y personalidades que habían sido estafadas por esta última. 

Al continuar con la inspección, se registraron dos pisos de vivienda más en Barcelona en donde había vivido un poco antes Enriqueta, uno de ellos en la Calle Talleres y otro en la calle Picalqués, además de una pequeña casa en la calle Juegos Florales. Al registrar con sumo cuidado, los agentes encontraron restos humanos en paredes falsas y en sectores de los techos. En el jardín de la pequeña casa se desenterró la calavera de una niño de tres años y una serie de huesos que correspondían a niños de edades de tres, seis y ocho años, algunos de ellos aun con prendas de ropa.

Enriqueta tenía la costumbre de secuestrar niños de familias muy pobres y escasos recursos para buscar a sus hijos desaparecidos. Se encontró que en la propiedad de la familia de Enriqueta, en San Felíu de Llobregat, habían restos de recién nacidos en jarrones y libros de remedios. La casa pertenecía al padre de la detenida pero se encontraba cerrada por la mala administración realizada.


Se supo poco después que, en la prisión, Enriqueta intentó suicidarse cortándose las venas con un cuchillo de madera, hecho que hizo estallar aun más indignación popular que quería que la acusada llegase a juicio y fuera ajusticiada en el garrote vil, una máquina que se usaba para aplicar la pena capital, que ocasionaba la rotura del cuello al ajustarlo en un collar de hierro. Las autoridades de la prisión hicieron saber mediante un comunicado de prensa que se habían tomado las medidas preventivas para que Enriqueta no se quedara sola, haciendo que tres reclusas compartieran celda con ellas. Tenían instrucciones de destaparle las sábanas en caso de que se tapara para evitar que se abriera las venas con los dientes, acción que había pasado en oportunidades pasadas.

Pero Enriqueta nunca llegó a juicio por sus crímenes. Exactamente un año y tres meses después de su detención, y ya calmado el alboroto popular, por otra noticia de interés, el hundimiento del Titanic, la muerte le llegó. El 12 de mayo de 1913, en uno de los patios del penal, sus compañeras de prisión le propinaron una brutal paliza, matándola por linchamiento. Se dice que las compañeras de prisión habían recibido órdenes de eliminarla a cambio de rebajarle sus años de condena ya que el proceso de juicio de Enriqueta se encontraba en fase de instrucción y muchas personalidades no querían que ella dijera toda la verdad ante el juez. Todos los secretos que la siniestra mujer sabía se perdieron, llevándoselos consigo a la tumba, al igual que toda la realidad al respecto del caso. Oficialmente, se manifestó que había  fallecido ese día en la madrugada a causa de una larga enfermedad, cáncer de útero. Fue enterrada con mucha discreción en una fosa común del Cementerio del Sudoeste, situado en la montaña de Montjuic de Barcelona.


Las investigaciones aseguran que en realidad era una persona con trastornos mentales, poniendo en duda muchas cosas relacionadas a su vida. No se sabe con exactitud cuantos niños secuestro en total Enriqueta pero si es considerada como una de las asesinas seriales más mortíferas que ha tenido España, siendo la sangre una mercancía preciada, los niños su proveedores y una burguesía enferma sus clientes. Las investigaciones descubrieron que Enriqueta había sido marcada por un hecho que le destrozó la vida, la muerte de un hijo de diez meses a causa de una malnutrición.


Un escritor de Barcelona llamado Jordi Coromitas, en su libro Barcelona 1912 publicado en el año 2014, al repasar unas crónicas periodísticas de esa época, manifiesta que los restos de sangre en la vivienda de Enriqueta se debían a las hemorragias vaginales que sufría a causa del cáncer de útero, los restos óseos encontrados en los pisos de vivienda habían sido  exhumados de algún cementerio por ella y utilizados como amuletos mágicos y ungüentos. Por su parte, Elsa Plaza, escritora e historiadora de arte, afirma que Enriqueta secuestro a Teresita, su sobrina que ella cuidaba, por su frustración de no poder haber sido madre y que en aquella época se pensaba que tener huesos en su casa traía suerte y buena fortuna.


El caso de Enriqueta Martí fue la base para crear un perturbador cortometraje en el año 2010, titulado originalmente como Les Bessones del Carrer de Ponent (The Twins Girls of Sunset Street/ Las Gemelas de la Calle Poniente) cuyo argumento transcurre en el año 1912, en la calle Poniente de Barcelona, en donde viven Enriqueta y Ramoneta, dos ancianas gemelas unidas por una perversa y ambigua relación que se dedican a raptar niños, siendo Juanito el más reciente. El corto sin diálogos es de España, con una duración de 13 minutos, con un guión y dirección de Marc Riba y Anna Solanas. Su productora tiene su propia página ver que puedes visitar dándole click aquí. Ganó en la sección competitiva de cortometrajes del Festival de Sitges en el año 2010 y el Premio Kodak de Mejor Fotografía en el 2011. A continuación puedes ver dicho cortometraje.