Doreen Irvine - La ex bruja más grande del oeste de Europa

Doreen Irvine nació el 8 de septiembre de 1939, en el seno de una familia extremadamente pobre a las afueras de Londres, capital del Reino Unido. Su infancia fue difícil por la pobreza, sumado a esto la ausencia de su madre, el alcoholismo de su padre y el rechazo por parte de sus compañeros de escuela. Desde muy pequeña fantaseaba con escenarios extraordinarios relacionados a los poderes del más allá y el mundo de los espíritus.

A la edad de 14 años, Doreen decidió escapar a Londres junto a la única persona con la que había hecho un lazo de amistad; una chica mayor que ella que tenía el cargo de dama de honor en un grupo scout. Ambas se dedicaron a la prostitución, y por la edad de Doreen, fue prácticamente criada en ese entorno. La prostitución y su adicción a las drogas, especialmente a la heroína, provocaron un descenso y una miseria en la vida de la mujer, su vivencia en la calle y su posterior paso por la cárcel la afectaron mucho. Descubrió poco después, por una reunión secreta a la que asistió, una facultad de gran alcance e inusuales poderes sobrenaturales; la aplicación de la magia por medio del Satanismo.  

Doreen hizo de ésta práctica con la sociedad su nueva vida, logrando extraordinarios poderes sobrenaturales, llegando a convertirse pronto en Sacerdotisa de Satanás y poco después en La Reina de las Brujas Negras del Oeste de Europa. Se decía que podía materializar demonios con tan solo maldecir, volver a personas invisibles al escupirles el cuello, no podía quemarse con el fuego y realizaba rituales abominables que involucraba a niños menores de ocho años, a quienes violaban y sacrificaban después.

A pesar de todo ello, Doreen una noche despertó después de una oscura y terrible pesadilla que la hizo reflexionar en todas sus acciones. Así pues, con un miembro de la secta local de confianza, se trasladó a Tunbridge Wells, en el condado de Kent, al sureste de Londres, para escaparse de todo ese mundo. 

Allí, ella es testigo de que nada en este mundo es gratis y que todo precio debe pagarse, al ver como sectarios sobornaban a la policía para darle cacería. En su desesperación, la mujer se dirigió a la Iglesia Anglicana local para hablar con Roger, el cura. Roger y su esposa Margaret comenzaron una serie de sesiones de oración mientras que los satanistas la perseguían por las calles. 

Los sectarios la tomaron y la secuestraron, obligándola a hacer cosas desagradables (en palabras propias de Doreen). "Todo ese retorcido aquelarre me obligó a hacer cosas desastrozas en ese momento. Cosas que no sirvieron de nada porque la Sangre del Cordero es más fuerte que Satanás. Él sabía que tenía que dejarme ir, porque ya yo no estaba bajo su influencia. En ese momento estuve segura que me encontraba libre de su poder." Dijo. "Había participado en la brujería, así que realice una simple oración de arrepentimiento, a pesar de que no sería suficiente." Manifestó.

Margaret fue de gran ayuda para Doreen, consiguiendo otro cura para poder ayudar a la mujer ya que, presuntamente, Satanás se había presentado frente a Doreen y le había dicho que de alejarse de su poder, jamas llegaría a ser una cristiana, y para cumplir con sus palabras, quemó un biblia, marcando su promesa en las hojas del libro. 

Con la ayuda del otro cura, Margaret quemó la biblia, desvaneciéndose en una nube de humo verde. Allí, un grupo organizó la primera sesión de oración formal con Doreen, apoyándola en un gran salón a los ojos de su Señor Jesús como su guía y consejero, comprometiéndose al bien común, a la fe y la devoción. 

Margaret adoptó a Doreen y la guió a la recuperación de su esperanza espiritual. Abandonaron el condado de Kent y se mudaron a Oxfordshire para tener un entorno diferente y poder apreciar la gracia y el poder del Señor Jesús. 

Doreen Irvine, pasó de ser la Reina de las Brujas, a una mujer nueva y convertida al cristianismo. Dio su testimonio en el año 1986, contando su historia, su experiencia y su nueva vida.

Dejemos de estar distraídos y dejemos de dormir. Veamos como de forma efectiva combatir ese mal en términos espirituales, así como todos los demás. No olvidemos que sí tenemos lucha contra las tinieblas (Ef. 6: 12).

Vivimos en unos días en los cuales no nos podemos permitir el lujo de dormir la siesta espiritual. Hay que estar vigilantes, porque el enemigo se ha levantado como río. Pero damos gracias, porque cuando el maligno eso hace, el Espíritu de Jehová, levanta bandera contra él (Is. 59: 19b). Tenemos la victoria segura con Jesús.