miércoles, 15 de agosto de 2018

Villa Epecuén - El pueblo fantasma bajo el agua en Argentina

Con un panorama extraño y desolador casi salido de una película con tonos apocalípticos o un escenario de pruebas nucleares, Villa Epecuén es un pueblo turístico argentino, ubicado en el partido de Adolfo Alsina, provincia de Buenos Aires, situado 7,3 km de la ciudad de Carhué, a 550 km de la capital, que se encuentra en ruinas desde el año 1985. Fue fundado por Arturo Vatteone el 23 de enero de 1921 con la inauguración del primer balneario sobre la laguna, por ese motivo se encuentra a orillas de dicha laguna y llegó a tener cerca de 1.500 habitantes, siendo visitada por un promedio de 25 mil turistas durante el verano.


Epecuén proviene de la lengua mapuche y su interpretación mas aceptada es la que se deriva de "epe" (casi) y "cuel" (límite), debido al blanco que da la hipersalinidad del agua de la laguna que divide las tierras buenas de las malas. Otros opinan que ese no es su significado, dando a relucir que su nombre significa "eterna primavera" o "flor de ceniza". Las aguas termales altamente mineralizadas de la laguna Epecuén poseen un alto nivel de salinidad, de casi 350 gramos de sal en un litro de agua, similar al del Mar Muerto de Israel, de ese modo, han tenido una función curativa y la OMS (Organización Mundial de la Salud) la incluyó dentro de la medicina tradicional, lo cual generó un creciente interés turístico y medicinal hacia la zona en su momento. El lugar fue denominado "Mar de Epecuén" y comenzaron a lotearse tierras para conformar un pueblo.


Otro factor importante fue la confluencia de varias líneas ferroviarias en la zona. El Ferrocarril Oeste, hoy llamado Sarmiento, servía para la estación Villa Epecuén y tenia once vagones, mientras que el Ferrocarril Midland y el Ferrocarril del Sud llevaba pasajeros hasta la estación Carhué. 


Desde ese entonces, el pueblo no dejó de expandirse, desarrollando la infraestructura urbana e inaugurando hoteles, residencias de lujo e industrias explotadoras de sal y productos derivados. Pronto, se generó una población estable, entre trabajadores y propietarios, de modo que hacia 1930 la ciudad ya contaba con todas las instituciones de un poblado permanente. 


En el año 1938, específicamente el 3 de diciembre, fue inaugurado el famoso Matadero del pueblo. 


Hacia el año 1970, recibía 25 mil turistas durante la época veraniega, con 6 mil plazas hoteleras declaradas y 250 establecimientos comerciales. La población estable rondaba las 1.200 personas.


En 1960 hubo una temporada de sequía por lo que, en 1975, el gobierno provincial comenzó a trabajar en un planeamiento urbanístico, por ello, construyó el canal Ameghino, una obra de ingeniería que conectaba varias cuencas y regulaba el caudal de agua en todas las lagunas de la región. 


Con este sistema ninguna se secaría y no había riesgo de inundación. La idea era estabilizar el caudal irregular de la laguna, una característica natural e inherente a su condición, pero que causaba serios trastornos a la actividad turística. 


Los trabajos comenzaron con la construcción de un canal recolector de agua, pero con la llegada de la dictadura militar en 1976, la construcción fue abandonada y los trabajos quedaron incompletos. En 1978, se produjo una grave crisis con Chile por los límites en la zona del canal Beagle, que llevó a ambos países al borde de la guerra.


Este panorama comienza a verse agravado desde 1980 con el surgimiento de fuertes lluvias, que amenazan con inundar al pueblo. La laguna crecía entre 50 y 60 centímetros por año y amenazaba con rebasar el terraplén defensivo o muro de contención de cuatro metros de altura sobre la costa, construido para proteger al pueblo. 


Luego, desde el 2 abril hasta el 14 de junio de 1982 se desarrolló la Guerra de las Malvinas, o también conocida como el Conflicto del Atlántico Sur,un enfrentamiento bélico entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte por el intento por parte de la Argentina de recuperar la soberanía de las islas, a las que las Naciones Unidas consideran territorios en litigio entre Argentina y el Reino Unido, aunque este último los administra y explota. 


Ya para 1985, Epecuén se preparaba para la temporada estival de 1986, pero una gran inundación vino luego de una colosal tormenta, ocasionando que cuatro millones y medio de hectáreas quedaran sumergidas por un desborde del río salado luego que la presa del lago cedió. Las pérdidas, por evacuación, por poblaciones incomunicadas y por deterioro global de la economía de los distritos afectados, se evaluaron en mil quinientos millones de dólares.​ 


Durante una fuerte crecida ocurrida a principios de noviembre de 1985, algunos vecinos del pueblo, entre ellos, los bomberos de la zona, comentaban que el terraplén que los separaba del lago podría caer, mientras que los funcionarios municipales y provinciales sostenían que cualquier desborde no superaría los diez centímetros y que esta villa del suroeste de la provincia de Buenos Aires seguiría siendo uno de los principales centros de salud del país.


Pero el 10 de noviembre de 1985, el terraplén cedió y los excedentes hídricos inundaron el pueblo, que tuvo que ser evacuado. El trabajo “fuerte” de evacuación duró 15 días y no hubo ninguna fatalidad, si bien hubo que trasladar hasta a los féretros del cementerio, ya que se encontraban flotando en medio de la inundación, una imagen que quedarán grabados para siempre en los habitantes que tuvieron que evacuar el lugar a la municipalidad de Carhué, a unos ocho kilómetros. Epecuén se fue cubriendo de agua lenta y paulatinamente y sus casi 1.500 residentes estables perdieron todo. Dos años después llegó a su pico máximo de inundación; las ruinas quedaron bajo el agua durante dos décadas.


Se ha imputado al entonces gobernador Alejandro Armendáriz de haber ordenado sacar los sistemas de defensa que paraban el agua de un sistema hídrico que, como el de las seis lagunas "Encadenadas" al norte de Carhué no tenía contención. Las indemnizaciones en australes fueron afectadas por la hiperinflación reinante.


Varios funcionarios serían posteriormente imputados por desvío de fondos públicos que estaban destinados a las obras públicas contra las indundaciones, entre ellos el vicegobernador, y el ministro Conrado Storani y el ministro Aldo Neri, quién sería acusado por los vecinos damnificados de desviar la ayuda alimentaria a punteros, siguiendo criterios políticos partidistas a cambio de votos. 


El pueblo fue evacuado en su totalidad, y el agua no retrocedió. Se cuenta que, como hasta el cementerio quedó sumergido, los pobladores tuvieron que contratar a buzos para recuperar los cuerpos de sus familiares muertos. Los buzos cobraban sumas de dinero muy altas y a veces, recuperaban cualquier cuerpo que encontraban en las profundidades y se lo entregaban a la familia.


Hacia mediados de 1993, Villa Epecuén se encontraba a 7 metros bajo el agua. Durante esos años se realizaron obras para impedir el ingreso de caudales externos a la laguna, por lo que la cota comenzó a descender lentamente.


En tiempos actuales, el nivel del agua ha retrocedido casi en su totalidad. Aun es visible el trazado de las calles, el dique de contención y las ruinas de las casas, hoteles y edificios emblemáticos. Abundan árboles muertos, edificios en ruinas y vehículos oxidados. 


En 2010 quedaban ya pocas manzanas inundadas, si bien el pueblo continúa "deshabitado" y en ruinas, estas son frecuentemente visitadas por fotógrafos, antropólogos, turistas de distintas partes del mundo, periodistas y entusiastas de los deportes extremos. El pueblo dispone de varios circuitos turísticos que reviven aquella época de esplendor, como por ejemplo; El Matadero, playas sustentables, Spa termales y el Museo Regional de Adolfo Alsina.


Sin embargo, Villa Epecuén no está totalmente deshabitada, el lugar es habitado desde el año 2010, solamente por Pablo Novak, un hombre de 85 años, nacido en 1930, que tenía 60 años cuando el agua empezó a sumergir poco a poco al pueblo. Su familia estaba firmemente ligada a la ciudad mediante distintos emprendimientos. 


Novak, que solía vender huevos en las calles del pueblo, se resiste a abandonarlo, permaneciendo allí como único habitante, recorriendo todo el lugar en bicicleta en compañía de su perro "Chozno". Novak afirma que, usualmente, a un kilómetro de las ruinas, se pueden observar la presencia de flamencos rosados que agregan un toque de vida a ese pueblo desolado. 


Los árboles están muertos y blanqueados por los efectos corrosivos del agua salada y, junto con los restos oxidados de los autos y las nubes de mosquitos, dan al sitio un aire surrealista. El matadero abandonado a la entrada del pueblo le da un tono gótico. 


En el caso de Novak, se sabe qué, todos los días, el nieto de Novak, Christian, viene a ayudarle con sus dos vacas y le trae comida. Sus hermanos viven en el pueblo vecino de Carhue y su esposa jubilada no quiso seguirlo al pueblo. Novak dice con resignación: "Vi nacer este pueblo y lo vi morir. Ya no me afecta. Éste es mi hogar y aquí me quedo".


La filmación de una publicidad del energizante RedBull, con el ciclista Danny MacAskill rodando entre los escombros, catapultó a la localidad a los cuatro rincones del planeta. 


Asi pues, en el año 2017, el desolado sitio sirvió de escenario principal para la película argentina de terror llamada "Los Olvidados", llamada internacionalmente "What The Waters Left Behind", cuya sinopsis es: Un grupo de jóvenes viaja al pueblo abandonado de Villa Epecuén para rodar una película documental sobre el lugar y una de sus antiguas residentes, pero en lugar de encontrar soledad y silencio, se toparan con un desesperante grupo de sádicos que los acecha y gritos desesperantes por doquier.


La inspiración de sus directores y co-escritores; los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, fue la comparación evidente de The Texas Chainsaw Masacre (1974), ya que...


El grupo de asesinos que persiguen a los jóvenes son una familia que se quedaron en el pueblo de Villa Epecuén después de la inundación a la espera de ayuda y recuperación de su hogar, pero en vista que ni las autoridades ni el gobierno volvió y el interés de restauración quedó atrás, ellos tuvieron que sobrevivir por medio del canibalismo de aquellos desdichados que transitaban cerca del camino al pueblo. Son personas necesitadas, son personas vengativas, son personas olvidadas, de allí el titulo del film.


Las tomas aéreas y externas son un gran atractivo visual en la película que, la mayor parte se limita a sadismo, sangre, escenas eróticas y torturas. Es una película para los amantes de lo perturbador que provoca todo tipo de sentimientos, cosa que hoy en día es de aplaudir. En su versión en inglés, el trailer logró récords de audiencia para una película argentina con más de 2 millones de visitas. Actualmente posee más de 6.4 millones. Es importante mencionar que resultó ganadora en la categoría de mejor película el 28 de octubre de 2017 en el  Festival Obscura de Berlín.


Casi 33 años después de la inundación que cubrió sus calles, los habitantes de Villa Epecuén se resisten a olvidar la desgracia que terminó con esta localidad de Argentina. El pueblo estuvo bajo el agua durante dos décadas y desde hace un tiempo su retirada permite observar de lo que es capaz la naturaleza ante la desidia y los errores del hombre.

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