miércoles, 22 de agosto de 2018

Ozersk - La ciudad radiactiva oculta en Rusia

Ozersk, Ozyorsk u Озёрск en ruso, es una pequeña ciudad cerrada que se asemeja a una ciudad suburbana de los años 50 en Europa. Está ubicada en las profundidades de los vastos bosques de los montes Urales, entre cuatro lagos, al sur del óblast de Kaliningrado, Rusia. Según el censo del año 2002, la población era de 91.760 habitantes, pero luego, en el censo de 2010, la población bajó a 82.164 habitantes. Su código postal es 238120 y su prefijo telefónico 40142.


El lugar fue mencionado por vez primera en un documento escrito del año 1539 bajo el nombre Darkeym, que poco después fue conocido como Darkehmen. En el año 1725, Darkehmen recibió el título de ciudad por el Rey Federico Guillermo I de Prusia. Cabe hacer mención que Darkehmen fue la ciudad con el primer alumbrado público eléctrico en Prusia Oriental. 


Se sabe que al llegar el año 1947, en los albores de la Guerra Fría, se fundó en las orillas del lago Irtyash y su nombre se cambió a Chelyábinsk-40 y luego a Chelyábinsk-65 (los números son los últimos dígitos del código postal, y el nombre de la ciudad grande más cercana; lo cual era una práctica común de dar nombres a ciudades vecinas) hasta el año 1994, que se le concedió el estatus actual de ciudad y fue rebautizada como Ozyorsk.


Cuando se llamaba Chelyábinsk-40 o Ciudad 40, Joseph Stalin desde su despacho en el Kremlin y junto a su mano derecha, Lavrenti Beria, ideó un plan para activar todos los mecanismos al alcance para desarrollar un arma letal, así pues, la tomó por su zona geográfica, ya que durante varias décadas, Ozersk ni siquiera aparecía en los mapas, para que así fuera el lugar de nacimiento del programa de armas nucleares después de la Segunda Guerra Mundial. 


Miles de personas fueron reubicadas en esta remota población reconstruida por 70.000 presidiarios rusos; entre sus nuevos habitantes estaban los científicos y técnicos que posteriormente trabajarían en la construcción de la planta de reprocesamiento de combustible nuclear llamada Mayak o Asociación de Producción de Mayak, ubicada a 10 km al sureste de Ozersk, en donde se construyeron cinco reactores nucleares. Se inspiraron en Richland, la ciudad de Washington en la que el gobierno estadounidense creó la infame "Fat Man", la bomba de plutonio que arrasó Nagasaki al final de la Segunda Guerra Mundial.


En el año 1948, tras 30 meses de construcción rápida, el primero de los reactores de Chelyabinsk 40 ya estaba listo. En muy poco tiempo, los ladrillos de uranio-238 estaban siendo “bombardeados” con neutrones. Debido a las prisas para comenzar la producción, los ingenieros soviéticos no tuvieron tiempo para establecer procedimientos adecuados en el manejo de los desechos, por lo que la mayoría de los subproductos se trataron diluyéndolos en agua y arrojando el efluente al río Techa. Todos los residuos diluidos formaban un cóctel de elementos calientes que incluían productos de fisión de larga vida como Estroncio-90 y Cesio-137, cada uno con una media de aproximadamente treinta años. 


Tres años de operaciones después, en 1951, los científicos soviéticos llevaron a cabo un estudio del río para determinar si la contaminación radiactiva se estaba convirtiendo en un problema. En el pueblo de Metlino, a poco más de 6 kilómetros río abajo de la planta de plutonio, los investigadores y los contadores de Geiger hicieron saltar todas las alarmas a lo largo de la orilla del río Obi, ya que el río era la fuente primaria de agua para los más de 1.000 residentes de allí vivían. 


Además, las mediciones posteriores encontraron contaminación extensa en otras 38 aldeas a lo largo del río, poniendo seriamente en peligro la salud de 30.000 personas. Por si esto fuera poco, casi 100.000 residentes estaban expuestos a dosis elevadas, aunque no tan mortíferas, de radiación gamma, tanto del propio río como de la llanura inundable donde habían cultivos y ganado.


Un día de 1957, uno de los contenedores de residuos nucleares explotó. Los cristales de varios edificios de almacenamientos reventaron mientras la población no sabía muy bien qué estaba pasando. Esa noche, los habitantes de Ciudad-40 vieron como minúsculas partículas de polvo brillaban en la oscuridad como si fuera una aurora boreal. Una aurora boreal radiactiva que impregnó su piel. A las pocas horas, cayó la nieve. Los copos blancos cubrieron tejados, calles y árboles. Los copos blancos eran radiactivos. La evacuación comenzó 7 días más tarde después de que ocurriera el mayor desastre nuclear de Chernóbil.


A principios de los años sesenta, los trabajadores de la planta de producción de plutonio comenzaron a quejarse de dolores, baja presión sanguínea, pérdida de coordinación y temblores: todos síntomas clásicos del síndrome de radiación crónica. En muy poco tiempo, los técnicos descubrieron que los isótopos calientes en las aguas residuales tendían a causar cierta evaporación dentro de los tanques, resultando en una mayor flotabilidad de la que se había previsto. A mediados de 1967, una repentina tormenta de viento esparció materiales radioactivos que provenían de los sedimentos del lago Karachay.


En la época actual, la ciudad parece un paraíso, un lugar excelente para vivir y un sitio ideal para visitar. Ozersk tiene todo el encanto de una capital europea, desde sus hermosos parques, amplias e interesantes plazas hasta lagos y personas viviendo en armonía total. 


Sus habitantes tienen más que otros ciudadanos de cualquier ciudad; trabajos con buen ambiente laboral, buena remuneración, educación óptima, viviendas espectaculares y una gran seguridad. El problema es que la ciudad tiene elevados niveles de radiación, manteniéndose rodeada y protegida por una doble verja con alambres filosos y vigilada constantemente por guardias de seguridad. 


Pero todo tiene un precio, y en este caso es que los que allí vivan debían de renunciar a su libertad y a todo contacto con el mundo exterior. Nadie allí habla al respecto sobre lo que ocurre, a pesar que la mayoría de sus habitantes piensan que su hogar es un lugar perfecto. 


Si se trata ese tema, se es considerado como un traidor que ha tentado contra su ciudad, su país y su patria, algo delicado para ellos. Hoy en día, poco a cambiando en Ozersk, ya que se siguen almacenándose gran parte de las reservas nucleares de Rusia, la planta nuclear Mayak produce tritio y radioisótopos pero no plutonio, y la ciudad sigue siendo tan hermética como en sus comienzos.


Se sabe que la cineasta y periodista iraní Samira Goetschel, autora de documentales como Our Own Private Bin Laden, realizó hace poco un documental para Netflix llamado "City 40", en donde logró obtener acceso al interior de la ciudad y pudo hablar con sus habitantes, quienes asumieron un gran riesgo al decidir hablar frente a la cámara. 


El documental se estrenó mundialmente en el festival Hot Docs de Toronto. Goetschel comentó en una entrevista realizada por VICE Canadá que ella y su equipo técnico pasaron varios días alojados en las afueras de la ciudad, junto a una zona boscosa enorme, intentando averiguar si había algún modo de colarnos en el interior, pero era imposible por la presencia de la seguridad y la gran verja de alambres, por lo que optó por saltar por uno de los accesos no frecuentados por la vigilancia.


Los habitantes saben que no pueden hablar con nadie del exterior. Saben que se lo tienen prohibido y que los de afuera son vistos como enemigos; y no son solo los extranjeros sino también sus propios compatriotas que viven fuera de la ciudad. Todavía perdura esa mentalidad paranoica. 


Una vez que Goetschel saltó la verja, hubieron varios que estuvieron dispuestos a hablar con ella. Los habitantes de la ciudad son comparados con animales de un zoológico porque están cuidados y bien atendidos pero no tienen libertad. A pesar de ello, no hay bloqueo de información ni de paginas de internet, ni tampoco hay toques de queda.


En las conversaciones, muchas cosas salieron a flote; como que las identidades de todos los habitantes fueron borradas de los registros gubernamentales, sus derechos fundamentales son extremamente limitados y muchos no han asimilado esa idea, si alguien quiere irse de la ciudad, tiene que solicitar un permiso de visado de salida con una duración determinada, o permisos para salir a ciertas horas a lugares específicos, o que el hermoso lago de la ciudad conocido como “El Lago de Plutonio”, es un sitio artificial y contiene elevados niveles de radiación por ser una enorme balsa contaminada de plutonio en donde hay un cartel que dice: "prohibido el paso" avisa a los habitantes del peligro, que pueden matar a cualquiera que pase al menos dos horas cerca de allí. Las altas tasas de radiación explica la elevada tasa de cáncer entre sus ciudadanos. "La tasa de cáncer es enorme y sus hijos nacen con cáncer. Mueren de cáncer. Sin embargo, lo toman como parte de la vida", cuenta Goetschel.


"Actualmente un 60% de la población de la ciudad trabaja en Mayak produciendo componentes militares para el ejército ruso. No quiero juzgarles pero una de las cosas que entendí es que este es el único lugar que conocen. No han visto nada más. Esto es una bomba en marcha si hablamos de un desastre nuclear a escala global", asegura Goetschel. 


Samira contactó con Nadezhda Kutepova, una activista de los derechos humanos que nació y vive en la ciudad. Nadezhda, madre de 4 hijos, también creía que la ciudad era un paraíso, como todos los demás. Pero poco a poco se fue dando cuenta de lo que sucedía con el medioambiente, empezó a recabar información en secreto sobre sus derechos y sobre todas las cosas que se cuestionaba. 


Las autoridades de la ciudad sabían qué hacía Nadia, pero en el momento en que decidió dar visibilidad internacional a la historia, se metió en un gran lío. Las autoridades locales la comenzaron a perseguir; el FSB sustituto del KGB, la policía secreta de Rusia también la tenía entre ceja y ceja. Nadezhda finalmente arriesgó su vida para hablar con Goetschel. Ahora, está siendo interrogada por los servicios secretos rusos por ir en contra de la normativa y traicionar a su patria.


Hay otras ciudades secretas y cerradas para el público que están definidas bajo decreto del gobierno ruso. Las ciudades conocidas incluyen: 

Óblast de Arjángelsk—Mirni
Óblast de Astracán—Znamensk
República de Bashkortostán—Mezhgorye
Óblast de Cheliábinsk—Ozyorsk,Snezhinsk, y Triójgorni
Krai de Kamchatka— Vilyuchinsk
Krai de Krasnoyarsk— Zelenogorsk, Norilsk, Zheleznogorsk y Dikson
Óblast de Moscú— Krasnoznamensk
Óblast de Múrmansk—
Óblast de Nizhni Nóvgorod— Sarov;
Óblast de Penza— Zarechny
Krai de Primorie— Bolshoy Kamen y Fokino
Óblast de Sarátov— Shikhany
Óblast de Sverdlovsk— Lesnoi y Novouralsk
Óblast de Tomsk— Seversk

No hay comentarios.:

Publicar un comentario