Como he mencionado en publicaciones anteriores, México es un país hermoso con gente maravillosa, paisajes extraordinarios, una cultura riquísima y un destino turístico que me encantaría visitar. Una de sus ciudades es Querétaro, llamada oficialmente Estado Libre y Soberano de Querétaro, siendo el quinto estado menos extenso y uno de los treinta y un estados que, junto con la Ciudad de México, forman México. Está ubicado en la región centro-norte del país, y limita al norte con los Estados de Guanajuato y de San Luis Potosí, al sur con el estado de Hidalgo y el estado de México, y al oeste con el estado de Michoacán. Se fundó el 23 de diciembre de 1823 y forma parte de la Alianza Bajío-Occidente.
Más allá de su turismo y zonas declaradas Patrimonio Cultural de la Humanidad, sus recintos culturales, zonas arqueológicas, gastronomía, patrimonio, economía y deportes, ese estado ha sido escenario de tragedias. Una de ellas y la más reciente fue lo acontecido el sábado 5 de marzo del presente año 2022 en el estadio La Corregidora donde se presentó el encuentro de los equipos Querétaro y Atlas que quedó opacado por los actos de violencia que dejó altas cifras de heridos y también fallecidos como partes de los hechos. Otra tragedia fue el sonado crimen de Claudia Mijangos, conocida como La Hiena de Querétaro. La historia trágica a continuación para muchos es una leyenda, para otros una historia totalmente verídica que también ocurrió en Querétaro.
La "Casa de los Espantos" es un lugar interesante por ser una de las mayores expresiones de la arquitectura civil de Querétaro. Se encuentra ubicada sobre la calle de Pasteur muy cerca de Plaza de Armas en el centro histórico de la ciudad de Querétaro y presenta una hermosa fachada de líneas eclécticas que combinan rasgos de los siglos XVII y XVIII. Dicha vivienda perteneció a un hombre llamado Bartolo Sardanetta y Legaspi, Conde de Rayas, mejor conocido como El Segoviano. Vivía junto a su hermana, una mujer de grandes virtudes a quien tenía como ama de llaves.
Mediados del siglo XVII, aproximadamente 1650. Don Bartolo era conocido por ser un hombre acaudalado que llevaba una vida llena de lujos sin tener que trabajar. Aunque antes no era de ese modo. De la noche a la mañana cambió su situación económica a tal grado que decidió poner diversas tiendas en donde vendía productos importados de España y porcelana traída de China. También decían que era un prestamista, pero uno muy cruel ya que si uno de sus deudores no cumplía con el plazo convenido de pago, le entregaría sus casas, haciendas o propiedades, para liquidar el crédito adeudado. Además se corría el rumor que él estaba perdidamente enamorado de su hermana y sostenían relaciones incestuosas, razón por la que no había querido contraer matrimonio con alguna otra mujer. Ambos eran muy apegados a la iglesia y hacían generosas donaciones. Su relación profana daba de qué hablar y ellos trataban de mantenerla en secreto y con grandes cantidades de dinero trataban de ocultar lo que ya todos sospechaban.
A pesar de ello, cada año el día de su cumpleaños, el 20 de mayo, Don Bartolo celebraba una gran y deslumbrante fiesta con carrozas y banquetes en donde realizaba un brindis especial: "Brindo por la señora mi hermana, por mi alma y por el 20 de mayo de 1701." Nadie entendía la razón de su frase por una fecha que estaba a casi cincuenta años de diferencia.
El tiempo pasó y la vida del Don Bartolo El Segoviano continuó sin mayor novedad, siempre con lujos y placeres. Transcurrieron casi un decalustro (cincuenta años) y llegó la fecha de la celebración, el 20 de mayo de 1701. Esa noche fue como ninguna otra y dicen que la cuando comenzó el crepúsculo, el cielo se tornó rojo como la sangre con tintes amarillos como el fuego. Esa noche no hubo celebración a pesar del ya conocido cumpleaños de Don Bartolo y el sospechoso silencio puso curiosidad a los vecinos de la gran casa. Dicen que solo se escuchó una gran detonación, seguidamente de silencio absoluto. Al día siguiente, muy temprano en la mañana, los vecinos se extrañaron al notar un fuerte olor que salía de la casa. Tocaron la puerta pero no recibieron respuesta, por lo que llamaron al alcalde para que abriera la vivienda.
La sorpresa y horror fue tal para los presentes que no hallaron explicación aparente para algunas cosas. La hermana de Dos Bartolo se encontraba en su cama, estrangulada, pero el cadáver de Don Bartolo se encontraba desnudo, pegado al techo y totalmente carbonizado; su rostro reflejaba un gesto de terror. De inmediato fue llamado un sacerdote y monjes de San Francisco para bendecir la casa entera, en donde hizo particular énfasis en la habitación de Don Bartolo, en donde realizó una práctica similar a un exorcismo y el cuerpo inerte del hombre quemado cayó de inmediato al suelo.
Uno de los presentes encontró muy cerca de donde había caído el cuerpo un trozo de papel negro con escritos blancos entre las propiedades del difunto. Se trataba de un contrato, no uno cualquiera sino un en específico realizado con el Diablo. Según el acuerdo textual, había sido realizado en 1651 a cambio de gloria, riqueza, lujos, placeres y honores a cambio de su propia vida y de aquella a la que amaba, su propia hermana. El documento tenía una duración de cincuenta años y había sido sellado con una gota de su sangre. Los cincuenta años se cumplieron la noche anterior: el 20 de mayo de 1701.
La muerte de Don Bartolo "El Segoviano" Sardanetta y Legaspi se debió al pacto realizado con el Diablo a placeres y abundancia y que éste había venido a cobrar su deuda. Por muchos años la propiedad quedó abandonada ya que cada noche se escuchaban gritos desesperados, olor a carne quemada, sonidos de angustia y extrañas apariciones.
En la actualidad, la casona alberga oficinas de la Secretaria de Educación Pública en el estado, pero por las noches se abre a algunos grupos turísticos para que puedan conocer la leyenda, interesarse aún más y asustarse. Escuchando además los relatos y experiencias de los guardias de seguridad que afirman que irregularidades ocurren dentro de los espacios del complejo, particularmente de noche. Sin duda, una leyenda escalofriante.
Versión Chilena
Como en todos los países, existen variantes de personajes de leyendas que cambian un poco su historia, su apariencia y su nombre, también se da en el caso de Bartolo. En este caso, Bartolo Lara, siendo un personaje del folclore chileno, representando al típico habitante de campo del sur de Chile. Se dice que al hallarse con problemas económicos recurre a realizar un pacto con el Diablo. Con el paso de los años y sabiendo que el maligno vendrá por su alma, Bartolo opta por engañarlo. En cada aparición del Diablo en busca de su convenio, Bartolo lo engañaba por lo que el Diablo desiste de buscarlo y se da por vencido. Así, Bartolo representaría la astucia del ciudadano chileno, al engañar al mismísimo Satanás.
Según la leyenda, al hacer el trato, el Diablo le peguntó que cuando quería que se lo llevara a lo que Bartolo respondió: "Mañana mismo". El demonio, extrañado porque usualmente la gente desea varios años para disfrutar lo que pidieron, aceptó el trato, pero le dió un día. Allí Bartolo solicitó que registrara el pacto en papel y quedara establecido: Bartolo Lara, no te llevo hoy, pero te llevo mañana.
Hecho el trato, Bartolo disfruta de su dinero durante el resto del día, y en la mañana parte para juntarse con el diablo. Este hace aparición y le dice que ya ha llegado el momento de cobrar el trato, pero Bartolo pide que el diablo muestre el contrato firmado por ambas partes. Allí el mismo diablo lo lee, y se da cuenta de que el final del plazo no era para ese día, si no para el siguiente. Por la molestia de haber vuelto al mismo lugar, Bartolo pide otra vez dinero al diablo, generalmente se cuenta como la misma suma que la primera vez, de modo que cada vez que el diablo volvía a buscar el alma de Bartolo, este pedía que revisara el contrato y luego reclamaba por más dinero. Así transcurrió bastante tiempo hasta que el diablo se da cuenta de que lo habían engañado, y desiste de buscar a Bartolo. El fin de la historia es incierto, pero muchos cuentan que Bartolo disfrutó del dinero obtenido el resto de su vida, otros dicen que el Diablo solo se divertía con el mortal al encontrarlo tan creativo pero al final se cansó y se lo llevó.
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