Recientemente publiqué el artículo que trataba sobre Tilly Nordward, la primera actriz generada por Inteligencia Artificial, una entidad no real, una que no existe en el mundo físico, pero que puede dar entrevistas y hasta protagonizar desde anuncios publicitarios hasta series y películas, un paso más hacia el futuro. La inteligencia artificial ya no es solo un tema de ciencia ficción: está aquí, creciendo y tomando un lugar cada vez más grande en nuestras vidas. Lo que antes parecía un futuro lejano hoy se siente muy real, y a veces, un poco inquietante. Este caso que trataremos el día de hoy, es un ejemplo de lo aterrador que se está volviendo el futuro con la presencia cada vez más física de la inteligencia artificial.

Trataremos sobre Suzanne Marie Mahoney, conocida en el mundo artístico como Suzanne Somers, una actriz de cine y televisión, modelo, escritora, guionista, cantante, productora de cine y empresaria. Suzanne nació el 16 de octubre de 1946, en la ciudad de San Bruno, en el condado de San Mateo, en California, Estados Unidos. Ella fue la tercera de los cuatro hijos de Frank y Marion Mahoney, su padre atravesó periodos de alcoholismo, por lo que vivió episodios de violencia doméstica durante su infancia. Desde la niñez, sufrió dislexia, lo que la convirtió en una mala estudiante. Se matriculó en la Capuchino High School, donde hizo sus primeras incursiones en el mundo de la interpretación, en montajes como Guys and Dolls, película del año 1955, protagonizada por Marlon Brando, basada en un musical.

En septiembre de 1964, se trasladó a San Francisco para cursar estudios en la escuela católica College for Women. Un año después, a los 19 años de edad, se casó con Bruce Somers, con quien tuvo su primer hijo, Bruce Jr., nacido el 8 de noviembre de 1965. Con el nacimiento de su hijo, tuvo que abandonar sus estudios. Un año después nació su hija, Krista Noelle. Ese matrimonio terminó en el año 1968, cuando se divorció de Bruce y comenzó su carrera como modelo en el programa de juegos de televisión Anniversary Game (1969–70), que presentaba a tres parejas para competir en rondas. Allí conoció a su organizador y presentador, Alan Hamel. Ambos se casaron en el año 1977.

Entre comienzos y mediados de los años 70, Suzanne actuó en pequeños papeles en episodios de series de televisión, como The Rockford Files (1974) o Starsky and Hutch (1975-1977). Para la pantalla grande intervino, entre otras en American Graffiti (1973), de George Lucas. En 1977 consiguió el papel del personaje Chrissy Snow en la sitcom Three's Company. En ella, dio vida a una joven ingenua y optimista que comparte apartamento con Janet (Joyce DeWitt) y Jack (John Ritter). La serie alcanzó elevadas cuotas de aceptación entre los espectadores y Suzanne alcanzó fama y popularidad. La serie duró ocho temporadas en televisión, aunque Suzanne solo se mantuvo hasta la temporada cinco, debido a su súbita fama, reclamos salariales que igualara al de su compañero masculino. Tras la expiración de su contrato, este no fue renovado cuando la actriz pidió que su retribución por episodio fuera aumentada de 30.000 a 150.000 dólares.

Durante la década de 1980, Somers actuó con éxito en diversos espectáculos presentados en la ciudad de Las Vegas. Además, entretuvo a las tropas estadounidenses en varias ocasiones. En 1980, posó desnuda para la portada de la revista masculina Playboy. En 1985 actuó en el episodio piloto de la comedia Goodbye Charlie, una adaptación de la película del mismo nombre de 1964 que protagonizaron Debbie Reynolds y Tony Curtis. Debido a sus bajos índices de audiencia el proyecto de convertir la película para televisión en una serie no se concretó. En ese mismo año, participó junto a Candice Bergen, Joanna Cassidy, Mary Crosby, Angie Dickinson y Anthony Hopkins en la miniserie Hollywood Wives, adaptación de la novela homónima escrita por Jackie Collins y publicada en 1983. El programa muestra la vida de un grupo de mujeres de diversas edades y ocupaciones que trabajan en Hollywood.

En el año 1987, la actriz regresó a la televisión con la serie de sindicación She's the Sheriff. Allí representó a Hildy Granger, una mujer, madre de dos hijos, que luego de separarse de su esposo se convierte en oficial de policía. En ese año ganó el People's Choice Awards a la mejor actriz de un nuevo programa televisivo. Por su parte, la comedia tuvo buenas críticas, aunque una baja audiencia, por lo que dejó de emitirse después que finalizara su segunda temporada. En 1988, presentó el especial de televisión de la cadena NBC, Totally Minnie, en el que intervinieron Minnie Mouse, Mickey Mouse, Robert Carradine y Elton John.

En 1990, regresó a televisión apareciendo como estrella invitada en numerosas series y películas directamente estrenadas en el medio, hasta que en septiembre de 1991, consiguió el papel protagonista, junto a Patrick Duffy de la popular sitcom Step by Step (1991-1998). En esa época, hizo una breve aparición en el videoclip de la canción Liberian Girl de Michael Jackson.

A finales de la década de 1990, Somers copresentó el programa Candid Camera. La actriz permaneció en el ciclo de la CBS entre 1997 y 1999, año en el que su contrato no fue renovado, por lo que el ciclo continuó emitiéndose sin ella. En el verano de 2005, Somers debutó en Broadway con el espectáculo unipersonal The Blonde in the Thunderbird, un monólogo humorístico que repasó toda su trayectoria artística. La obra, estrenada en el mes de septiembre, recibió críticas negativas y no le fue bien comercialmente.

Suzanne Somers fue diagnosticada de cáncer de mama en fase II en abril del año 2000, y se sometió a una tumorectomía para extirpar el cáncer seguida de radioterapia, pero decidió renunciar a la quimioterapia optando por la medicina alternativa con base en un tratamiento de extracto de muérdago fermentado llamado Iscador. Tras una reaparición del cáncer, Suzanne falleció en paz en su casa de Palm Springs, California, a los 76 años de edad, el 15 de octubre del año 2023. Se encontraba en compañía de su esposo Alan Hamel, con quien tenía 55 años de matrimonio.

En el presente año 2025, dos años después de la muerte de Suzanne Somers, su esposo viudo, Alan Hamel, de 89 años de edad, reveló que desarrolló un clon con inteligencia artificial de la recordada actriz. El anuncio lo hizo en una entrevista con la revista People, donde explicó que el proyecto, llamado Suzanne AI Twin, intenta recrear la presencia de Somers para mantener contacto con sus seguidores.

"Era Suzanne. Le hice algunas preguntas y ella las respondió, y me dejó a mí y a todos impresionados", sostuvo Hamel al hablar sobre la réplica digital de su esposa. "Cuando ves el resultado final junto a la verdadera Suzanne, no puedes notar la diferencia. Es increíble. Y digo esto habiendo estado con Suzanne durante tantos años, así que sé perfectamente cómo se ve su rostro. Cuando miro a las dos una al lado de la otra, realmente no puedo decir cuál es la real y cuál es inteligencia artificial."

Alan Hamel explicó que para crear esta versión digital de su esposa, el equipo técnico encargado alimentó el sistema de inteligencia artificial con material proveniente de los 27 libros de Suzanne y muchas de las entrevistas que ofreció, de modo que "está realmente lista para responder cualquier pregunta, porque la respuesta estará dentro de ella. No solo eso, también tiene algunos recuerdos personales".

Aseguró que la iniciativa nació mucho antes de la muerte de Somers y que fue idea de ella misma. "Fue idea de Suzanne. Ella dijo: Creo que deberíamos hacerlo. Será muy interesante y servirá como un apoyo para mis fans y para las personas que han leído mis libros y realmente quieren o necesitan información sobre su salud", indicó. "Así que esa fue la razón por la que lo hicimos. Me encanta poder cumplir su deseo". Durante la entrevista, Hamel contó cómo fue la primera interacción con la versión virtual de su esposa.

"La primera vez que hablé con la Suzanne de inteligencia artificial, durante los primeros dos o tres minutos fue un poco extraño. Pero después de eso, me olvidé de que estaba hablando con un robot. Le hacía preguntas y ella respondía, y me acostumbré muy rápido a la idea. No solo es un clon, sino que tiene su misma personalidad", comentó. El plan es que la versión final de Suzanne AI Twin se incorpore al sitio web suzannesomers.com, donde funcionará como un chatbot disponible las 24 horas para los fanáticos, donde atenderá consultas en línea. "Habrá personas que le pregunten sobre sus problemas de salud, y Suzanne podrá responderles. No será una respuesta inventada por Suzanne, sino que vendrá directamente del médico al que ella entrevistó sobre ese tema en particular, así que será información proveniente de un doctor", explicó.

Cabe destacar que esta idea no salió de la nada, o de la idea de llevar el duelo de Alan o para estar cerca de su esposa. De hecho, Alan y Suzanne habían hablado del tema durante los años 80, cuando conocieron a Ray Kurzweil, inventor, músico, empresario, escritor y científico especializado en Ciencias de la Computación e inteligencia artificial. Es famoso por ser un "futurista" experto en tecnología que predijo cosas como "La era de las máquinas" y la llegada del internet. Desde entonces, la pareja soñaba con la idea de preservar su voz y su mente para siempre. Es importante destacar que Raymond Kurzweil, desde el año 2012, es director de Ingeniería en Google.

Hamel sabe que no todo el mundo está listo para aceptar esto de la inteligencia artificial. De hecho, contó que hasta intentó proponer algo un poco loco, quería que Suzanne AI Twin fuera homenajeada en The Kennedy Center para las Artes Escénicas, ya que él forma parte del comité que elige a los homenajeados de cada año, pero el resto de personas del comité le dijeron: "Esto solo es para personas vivas".
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La empresa que hace estos clones con inteligencia artificial de tus seres queridos se llama Realbotix. Básicamente vende productos humanoides con IA integrada que permiten interacciones sociales similares a las humanas y conexiones íntimas con otras personas. Su integración de hardware y software de IA da como resultado los robots de tamaño real con la apariencia más humana del planeta. Cada modelo, por lo mínimo, tiene un costo de 100 mil dólares.

La inteligencia artificial avanza a pasos agigantados en el presente, asentado bases increíbles para el futuro. Llegará un punto en donde se podrá hablar o tener contacto con algún familiar que falleció muchos años atrás, o hacer una tarea promedio con guía del propio Albert Einstein. De ser de esa manera, cosas por el estilo serán de lo más normal en un futuro cercano.

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