Desapariciones por temáticas de ovnis, hay muchas. Algunas muy famosas y sonadas, otras que son tan remotas que quedan allí, por las circunstancias que sean. Lo que le ocurrió a Nestor Angelucci es una de esas historias que se cuentan en voz baja, con mezcla de dolor, curiosidad y asombro. No se trata solo de un nombre perdido en los archivos sin resolver, sino de una vida interrumpida que conecta lo humano con lo desconocido. Su vida terminó por un hecho extraño y su hermano, que continuó en su búsqueda, quedó marcado por su ausencia y las secuelas. Tanto su desaparición como última fotografía en su cámara, quedaría inmortalizada, además del impacto que dejó en su familia y en quienes lo recuerdan.

Nestor Angelucci era un joven de veinte años de edad, originario de La Pampa, en Argentina. Nestor era un joven un estudiante que hacía sus labores en la mañana y por las tardes, ayudaba a su madre en tareas del hogar o con su padre en su negocio. Un día de marzo del año 2020, en plena pandemia, Nestor se acostó a dormir luego de un día rutinario pero al día siguiente no se encontraba en su cama. Había desaparecido. Nadie de la familia sabía de él, no lo habían visto desde la noche anterior. De inmediato, su desaparición fue reportada a las autoridades. La policía realizó investigaciones sobre posibles nexos con drogas o el crimen organizado, también investigaron si tenía alguna novia con la que pudiera escaparse, o si tenía problemas familiares o incluso depresión que le hayan orillado a huir, o suicidarse. Pero Nestor no tenía antecedentes de ningún tipo.

La desaparición era aún más extraña al haber dejado todo en su lugar; desde su ropa hasta su celular, objeto que su hermano Javier inicialmente tomó y revisó sin mayor pistas que le sugirieran algún indicio hasta que, días después de la desaparición, a Javier se le ocurre ver la galería fotográfica del celular y cual fue su sorpresa al ver la última foto que guardaba en su dispositivo. La fotografía parecía irreal; era la foto de una figura humanoide, de color gris, ojos grandes, gran cabeza, boca pequeña y una extraña mirada fija y profunda. Poco a poco, Javier comenzó a vincular dicha foto con la desaparición de Nestor. La imagen fue mostrada a sus padres, luego a la policía, pero ninguno estuvo de acuerdo con el vínculo de la foto con su desaparición, parecía ser una broma y pensaron que era poco creíble. Javier estaba convencido de que ese ser tenía que ver con la desaparición de Nestor.

Las investigaciones continuaron, dándole prioridad a que el joven desapareció porque había huido o se había suicidado. Los padres de Nestor y Javier estaban a la expectativa de cualquier pista de la investigación, mientras que Javier, estuvo atento al cielo durante largas horas de la madrugada. Cierta noche, Javier notó que el ambiente nocturno había cambiado, se notaban luces extrañas entre las nubes y sonidos vibrantes que hacían retumbar las ventanas. Un brillo se hizo presente en la habitación de Nestor, por lo que Javier fue directamente a su habitación a ver qué pasaba. El brillo parecía desplazarse y se movió a la ventana, cuando el joven pegó al vidrío para que que podía observa, vio a su hermano Nestor del otro lado. Javier quedó en shock, frío y sin habla, observando como su hermano Nestor se ponía un dedo en la boca, para indicarle que no hiciera ruido.

Nestor pasó a la habitación e hizo reaccionar a Javier, el cual estaba conmocionado con todo lo que ocurría. Nestor le dijo a Javier que todo estaría bien, que no se preocupara, pero que él no iba a regresar más. De manera precisa, como si estuvieran esperándolo, Nestor le contó a su hermano que, la noche de la desaparición, había sido una noche similar a esa y que extraños seres habían aparecido en su ventana. Lejos de tener miedo, la sensación que tuvo fue de calma y tranquilidad. Uno de ellos se paró frente a él y Nestor, la primera reacción que tuvo fue tomarle una fotografía con su teléfono celular. El mismo ser le extendió la mano y le dijo "Ven conmigo", con un acento extraño, como si le costara pronunciar las palabras. Y fue así que Nestor viajo a un lugar desconocido. Javier le preguntó que qué lugar era ese, como era. Nestor solo le respondío "Es el futuro. Ellos son gente del futuro y me llevan a mí a allá".

A partir de allí, Javier vio como la habitación se llenó como de diez seres similares a la fotografía del celular de su hermano. Algunos eran altos, otros muy bajitos. Se pusieron alrededor de su hermano Nestor y este solo le dijo a Javier algo que le heló la sangre: "Hermano, el futuro es oscuridad". Seguidamente, el brillo se fue, y con eso, se fue su hermano Nestor, los seres alienígenas, las luces en el cielo y los extraños ruidos. Javier no durmió esa noche. A la mañana siguiente les dijo todo lo ocurrido a sus padres, la policía llegó horas después por aviso de los padres e interrogaron a Javier, el cual volvió a repetir la historia con los mismos detalles. El caso fue clasificado como uno más por resolver, se sabe que los padres se mudaron a Chile después de la pandemia, a mediados del año 2023 y Javier, bueno, Javier sigue en Argentina, pero es un paciente psiquiátrico del Hospital Dr. Luis Federico Estéves en Temperley, Provincia de Buenos Aires. Poco a poco perdió la razón por lo vivido y las palabras que le indicó su hermano Nestor.

La desaparición de Néstor Angelucci nos recuerdan que hay historias que no se pueden explicar con palabras simples. Su última foto y las sospechas de una abducción ovni abren la puerta a preguntas que siguen sin respuesta. ¿Fue realmente llevado por seres de otro mundo? ¿Realmente es verdad lo que le dijo a Javier sobre el futuro?
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