miércoles, 28 de febrero de 2018

Increibles cosas encontradas dentro del cuerpo humano

El cuerpo humano es una máquina orgánica asombrosa y resistente que se puede auto curar dependiendo de las casos, pudiendo soportar una increíble cantidad de maltrato, sino lo crees, pregúntale a los médicos de salas de urgencias y te dirán con seguridad que han visto de todo un poco en su arduo tiempo de trabajo. Siendo una de las practicas más frecuentes, la extracción de extraños objetos del interior de pacientes. Claro, la lista de la presente entrada va más allá de las cotidianas monedas o las típicas llaves que por descuido terminan dentro de alguna persona, o materiales quirúrgicos olvidados dentro de los pacientes al terminar alguna operación. No importa la explicación, si fue por accidente o de manera voluntaria, lo cierto es que la naturaleza y el tamaño de estos objetos, y animales vivos en algunos casos, y la capacidad casi ilimitada del ano como orificio de entrada a estas cosas, causarán en ti tal impresión que no lo podrás creer.



Un bombillo en el ano


Un sujeto de nombre Fateh Mohammad cumplía condena en una cárcel paquistaní por contrabando, una noche se acostó en su cama y lo despertó un agudo e insoportable dolor repentino en la parte baja de su estómago. La suplica a los guardias fue tal que llevaron de inmediato al hospital. Los médicos quedaron perplejos al encontrar un gran bombillo atorado alrededor de su ano. Según Mohammad, esa noche fue drogado y otros reclusos le metieron el objeto de iluminación por el ano sin que él se diese cuenta. Muchos aseguran que se trata de una historia inventada.


Teléfono celular en el recto

Un abogado de Georgia, Atlanta, EEUU, de 39 años se encontraba en su baño duchándose con su dispositivo móvil, cuando por descuido se le cayó el jabón y se resbaló. Al tratar de sujetarse y caer, el teléfono celular se introdujo por completo en su ano. Según el abogado, se bañaba con su celular porqué le gustaba escucha música mientras lo hacia. Mientras se encontraba en su recto, el teléfono sonó un par de veces y al extraerlo, aún funcionaba.


Fue peor el remedio que la enfermedad

Un caso muy particular que hubiera pasado como banal, sino hubiera sido por otro objeto que los doctores tuvieron que extraer del recto del paciente. Este en cuestión, tenía atorado un juguete sexual en el ano. El paciente asegura que en su momento trató de extraerlo por sí mismo para evitar acudir al hospital y sufrir la humillación pública que esta conlleva, usando tácticas que podrían ser eficaces pero fracasaron. El último recurso que utilizó fue unas pinzas para ensalada. Las pinzas quedaron atascadas también mientras trataba de sujetar el escurridizo vibrador.


El frasco de perfume

Un individuo fue internado en un hospital universitario porque se insertó una botella de perfume femenino de 3x17 cm hasta fondo del recto. El abogado tuvo la idea de intentar sacar el frasco por sí mismo, pero fracaso en todos sus intentos. Los médicos pudieron retirar el objeto, a pesar de que el paciente tenía el ano completamente hinchado.


Varios objetos

Neil Lansing, un prisionero de 34 años, escondió dentro de su recto objetos que, como suele ser común en los presos, le ayudaría a pasar un pequeño tiempo tras las rejas. El hombre logró empaquetar en un solo condón, 1 jeringuilla, 1 cigarrillo, 1 envase de bálsamo labial, 1 recibo de farmacia, 1 pedazo de yesca, 6 cerillas, 1 cupón y 17 pastillas de oxicodona (una fármaco analgésico). Un total de 30 objetos en el interior del recto. Debido a este hecho, la marca de preservativos que utilizó el sujeto obtuvo una publicidad increíble y sus ventas subieron. Sin duda, todo un récord.


El cuchillo

Li Fuyan, un hombre de 30 años de la provincia de Yunnan, en el sur de China, se quejó durante años de fuertes dolores de cabeza y de mal aliento. Sospechaba que su sufrimiento tenía algo que ver con el hecho de que en una ocasión hacía cuatro años atrás, fue apuñalado cuando le robaron. Cuando finalmente se sometió a una cirugía, los médicos encontraron y retiraron una hoja de cuchillo oxidada de 10 cm de su cráneo. Al parece, el ladrón había roto la hoja del cuchillo cuando apuñaló a Fuyan en la mandíbula inferior derecha y esta se quedó alojada en su cabeza. El hombre nunca se dio cuenta y siguió con su vida agradeciendo que estuviera vivo después del brutal incidente.


Los cubiertos

Una mujer llamada Margaret Daalman, de 52 años, sufría algún tipo de desorden cognitivo que le obligaba a tragar cubiertos enteros en vez de comida. Fue tanto así, que llegó a acumular hasta 78 piezas de cubertería en su estómago. Los médicos ya la habían atendido antes por tragar tenedores y cucharas al ser ingresada en el hospital, pero su consumo no incluía cuchillos. Los médicos no descartaban la posibilidad que la mujer vuelva a hacer otra visita por motivos similares.


El bebé de piedra

Una anciana de 84 años llamada Huang Yijun, esperó 60 años para dar a luz a su “bebé”. Un caso médico sumamente extraño catalogado como "Litopedia", que sucede cuando el óvulo fertilizado se queda atrapado fuera del útero. En el caso de Huang Yijun, sin embargo, el feto no fue retirado a tiempo y este comenzó a calcificarse, dando como resultado un bebé de piedra. Ella le explicó a los médicos que hace 59 años había quedado embarazada y después de sentir fuertes dolores de panza acudió a un curandero dado que en la época no habían médicos en la localidad donde vivía, en Natividade. 


"El hombre le dio remedios y ella dice que se sintió mejor. Su panza no creció más, formándose una extraña protuberancia y el bebé dejó de moverse. Así que ella pensó que había abortado", afirmó Saraiva Kratka, la médico de cabecera que examinó a la anciana. El feto calcificado fue detectado por medio de Rayos X y se llegó a la conclusión de que este murió entre la semana 20 y 28 de gestación. La anciana expresó su deseo de seguir manteniendo el feto ya que en el transcurso de los años no le había ocurrido nada, aunque la doctora insistió en la necesidad de realizar una cirugía para evitar futuras complicaciones.

La bola de pelos

Una joven de 18 de Kirguistán, un país de Asia Central, estuvo cercana a la muerte ya que no podía digerir ningún alimento o beber agua sin estar enferma durante meses. Cuando los doctores de la ciudad de Bishkek la abrieron encontraron una gigantesca bola de pelo alojada en su estómago que alcanzaba un peso increíble de 4 kilos. La masa de pelo había ocupado todo su estómago y la había acarreado la perdida de un total de 15 kilos. La chica sufría un trastorno raro conocido como "Síndrome de Rapunzel" por el cual se come sus propios cabellos de forma compulsiva y como el cuerpo humano no produce enzimas capaces de digerir el pelo, la masa creció durante años en su estómago.


El árbol dentro de un pulmón

Suena como una leyenda urbana pero es totalmente verídico. Un caso documentado con radiografías y fotos. Artyom Sidorkin, un hombre ruso de 28 años, acudió al hospital de Izhevsk, en Rusia Occidental, a causa de un fuerte dolor en el pecho a la vez que tosía sangre. Le realizaron unos Rayos X y revelaron una formación que se asemejaba a un tumor, pero cuando los cirujanos abrieron a Sidorkin para realizarle una biopsia, descubrieron unas extrañas agujas verdes clavadas en el tejido. 


En lugar de encontrar un tumor se encontraron una rama de abeto de 5 cm de largo creciendo en uno de sus pulmones. Se cree que el hombre debió inhalar una semilla que luego brotó en su pulmón.


Teratoma

Mientras se realizaba una apendicectomía de rutina a una joven de 16 años, un grupo de médicos japoneses descubrió un tumor de ovario que contenía trozos de cabello enredado, una delgada placa de hueso y un cerebro en miniatura bien formado (de 3 cm). Después de un detallado análisis, resulto ser un cerebelo, la parte del cerebro que se encarga del movimiento y se encuentra en la parte baja de los dos hemisferios. 


Era un teratoma ovárico, conocido también como los "tumores monstruos" ya que pueden contener huesos, dientes, cartílago, grasa, músculos y órganos complejos como ojos, torso, manos, pies y otros miembros. Se cree que puede ser el origen de los "gemelos parásitos", una formación humana sin vida adherida al cuerpo.


Larvas de moscas

Rochelle Harris, una mujer de de 27 años, comenzó a sufrir dolores de cabeza tremendos tras volver de unas vacaciones en Perú. No prestó mucha atención a los dolores hasta que una noche se despertó con un sonido extraño que parecía venir del interior de su cabeza. Al ser evaluada por el médico, reveló que el viaje a Perú le había dejado, además de unas gratos recuerdos, una colonia de larvas de mosca viviendo en su oído. Denominado "Miasis", los cirujanos lograron eliminar un total de ocho gusanos de tamaño mediano. Si no hubiesen sido retirados a tiempo, existía la posibilidad de que hubiesen llegado hasta el cerebro y hubiesen causado la muerte de Rochelle.


La anguila

Un hombre de 50 años de la provincia de Guangdong, en el sureste de China, acudió sin fuerzas a un hospital cercano por un fuerte dolor abdominal. El examen físico mostró que el hombre sufría peritonitis, sin embargo, lo que la radiografía reveló dejó en shock a los médicos de la sala de emergencias. Dentro de los intestinos del paciente había una anguila de 50 cm. El hombre relató que se había insertado una anguila por el ano para aliviar su estreñimiento, aunque más tarde admitió que lo había visto en una película porno y que quiso probarlo. Aunque al principio la anguila pudo haberle proporcionado cierto placer sexual, al final se desplazó través de su colon hacia el interior antes de que se quedase atrapada. Debido a su experimento sexual, el sujeto tuvo que someterse a una operación que duró toda la noche para que le retirasen la anguila.


Candirú

Un hombre en Australia asistió al médico motivado a un terrible dolor que iba desde su pene a sus entrañas. Los Rayos X revelaron que tenía un candirú llegando a su vejiga. Se había llevado este peculiar souvenir de un viaje reciente a Brasil.


El candirú es un pequeño pez que habita en el Amazonas y suele introducirse al cuerpo humano por la uretra al momento que el hombre orina en el río. Sino se extrae a tiempo, el animal puede causar una inflamación en el pene que terminaría en su amputación, y a la larga, la muerte del individuo.


Crías de calamar

Una mujer de 63 años en Corea del Sur, fue al mercado y compró unos calamares. Luego de hervirlos, mordió uno de los ejemplares y sintió algo extraño en su boca, algo que se retorcía en su interior. De inmediato dejó de comer y se fue al hospital más cercano. Después del análisis, se reveló que en sus encías, mejillas y lengua se encontraban sujetas 12 microscópicas crías. Resulta que la mujer había ingerido el semen del animal. Dentro de la boca de la mujer habían varios puntos blanquecinos, como una especie de picadura. Dichas picaduras se removieron durante la biopsia y se descubrió que eran organismos vivos. Una limpieza a fondo eliminó el dolor de la paciente y se extrajeron las pequeñas criaturas.


Las mil y un crías de camarón

Susan DeLucci, una chica de 22 años de Kittery, Maine, EEUU, despertó una mañana alrededor de las 5 am con una dolorosa necesidad de orinar. Al principio pensó que tenía diarrea, excepto que se trataba del orificio corporal incorrecto. Se aproximó al baño y de su vagina brotó el ruido más horripilante y nauseabundo jamás oído. Con un dolor paralizante, DeLucci continuo unos minutos empujando y expulsando chorros de inmundicia de su vagina. Pronto la desesperación y el dolor la obligaron a gritar, hecho que alertó a sus vecinos que llamaron a la policía. Cuando el grupo policial llegó, encontró a la chica retorcida e inconsciente, tirada en el suelo de su baño, sin nada más encima que su bata de baño. Se llamó a una ambulancia y los camilleros trataron de enderezarla, observando que de su entrepierna chorreaba una corriente de líquido marrón verdoso. Al exponer su vagina, una criatura no más grande de la extremidad de un dedo emergió de esta y aterrizó en el suelo haciendo un sonido húmedo. Se trataba de un camarón del fango minúsculo que se retorcía en la baldosa del baño jadeando por agua. La escena invadió de nauseas a los presentes pero no sería nada comparado con la visión que tendrían luego. 


La poceta se encontraba repleta de crías de camarón del fango marrones que se movían saltando y salpicando la totalidad de la taza con su mucosidad. Susan se encontraba muerta, siendo el resultado de una combinación de impresión y traumatismo craneal. Se cree que la impresión al ver lo sucedido le ocasionó un desmayó que le rompió la cabeza contra el suelo del baño.


Dos noches antes del incidente, Susan había ido a la pescadería y había comprado una langosta viva. Ya en casa y descansando en su tina, insertó suavemente la cola del animal en su vagina con el fin de darse placer. Para ello, sostuvo un mechero en la cara de la langosta para que moviera la cola con movimientos violentos y espasmódicos. La policía encontró una cinta XXX de contenido lésbico en el reproductor y la TV frente a la tina de la chica. La langosta fue encontrada en la basura de la cocina envuelta en una bolsa de papel. Se hallaron restos de ADN de DeLucci en el animal, junto con vellos púbicos entre las juntas de la cola de la langosta. Además de encontrarse que el intestino y el colon del animal estaban llenos de huevos de camarón del fango. Los especialistas en el caso opinan que la langosta los había comido previamente por lo que se supone que luego excretó los huevos en la vagina de Susan cuando esta lo torturaba. Cabe señalar que estos huevos son muy comunes en las aguas de las pescaderías de los mercados y son generalmente inofensivos ya que mueren al cocerse.


La explicación del caso es que el camarón del fango de Maine tiene solamente dos días de gestación y Susan estaba solo a cuatro días de su periodo. En este punto de su ciclo menstrual, su matriz tenía el equilibrio perfecto de pH para incubar al camarón del fango. Durante la noche, los juevos comenzaron su ciclo y el camarón del fango empezó a doblar su tamaño cada 10 minutos. Para resumir, la chica Susan DeLucci dio a luz a mil crías de camarón del fango.

2 comentarios:

  1. Hay gente para todo pero a los que hacen esas cochinadas me alegro que luego pasen verguenza en el hospital

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    1. Si amigo Jorge mayormente pasan pena en alguna sala de hospital de su país. Aunque es muy común este tipo de situaciones, estas solo son las cosas más increíbles. ¡Saludos y gracias por comentar!

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