jueves, 18 de noviembre de 2021

La monstruosa criatura de la Isla Hook

A diario, se dan manifestaciones de que existen entidades, animales, lugares y objetos rodeados de misterio y fascinación, manifestaciones de las que solo un puñado llegan a conocer y a los años, muchos años quizás, se dan a conocimiento púbico. Siempre ha sido así y ahora, con el uso de la tecnología, las redes sociales, el uso de mapas satelitales y demás, la información sobre cualquier eventualidad llega a tiempo, en cuestiones de minutos. Antes no era de ese modo, mucho menos si eran lugares inhóspitos. La cuestión es que, a pesar de haber la tecnología avanzada con la que contamos en tiempos actuales, ejemplos como el de la presente entrada continúan pasando y se mantienen en resguardo y, con el pasar del tiempo y un poco de suerte, podemos llegar a saber de ellos.

La Isla Hook es una de las setenta y cuatro islas continentales del archipiélago de Whitsunday, frente a la costa del estado noreste australiano de Queensland, dentro del Mar de Coral, un mar marginal del Pacífico Sur en la costa noreste de Australia. La isla tiene pocos habitantes, se encuentra bastante accidentada y casi completamente contenida dentro de una sección del Parque Nacional de las Islas Whitsunday. La isla tiene dos accidentes geográficos prominentes en el lado sur de la isla Hook; las ensenadas de Nara y Macona, dos recovecos parecidos a fiordos que sirven de fondeaderos a la flota turística de Whitsunday. La costa norte de la isla se caracteriza por sus coloridos corales submarinos, que atraen a los entusiastas del snorkel y el buceo.

A finales del mes de noviembre del año 1964, el fotógrafo francés Brenton Robert Le Serrec y su familia fueron a la isla a vacacionar. El 12 de diciembre, la familia junto con su amigo australiano Henk De Jong, se encontraban dando un paseo en el bote de Le Serrec por la bahía de Stonehaven cuando de repente se encontraron con algo completamente sorprendente y diferente a cualquier cosa que hubiesen visto antes. La esposa de Le Serrec fue la primera que se dio cuenta de que algo extraño parecía venir desde las profundidades del agua, así que de inmediato tuvieron preparada la cámara fotográfica. Una colosal forma se hizo presente muy cerca de ellos, parecía ser una criatura descomunal con la forma de un renacuajo, con una medida de casi diez metros de longitud. La bestia avanzaba directo hacia ellos así que Brenton y Henk comenzaron a tomar fotografías. Al acercarse más, descubrieron que la criatura alcanzaba un tamaño mucho mayor: casi de treinta metros. Los familiares comenzaron a remar con gran rapidez cuando observaron que el animal abrió su gran boca y nadó directo a ellos. Pronto llegaron a la parte más próxima de la costa de coral, donde la criatura se devolvió a las profundidades. 

De no haber sido por las fotografías, su experiencia aterradora en el agua no hubiera sido creída. Los testimonios de Brenton Robert Le Serrec ante aquel escalofriante instante narran textualmente lo siguiente:

"Fue ya que estaba a casi seis metros, que pudimos ver con claridad la cabeza del animal. Su cabeza era grande, de casi un metro veinte de largo, con quijadas anchas y planas como las de un lagarto. Su piel era lisa, pero de un apagado color café negruzco, los ojos parecían de un verde pálido, casi blanco. La piel se veía más como la de un tiburón que la de una anguila, y no tenía escamas visibles…. No tenía aletas o espinas, ni un aparato respiratorio visible; aunque estoy seguro que debía haber alguno. Quizás no los vimos porque nuestra atención estaba posada principalmente en la boca amenazadora de la bestia, la cual parecía blanca en el interior y llena de pequeños dientes. Había un fragmento oscuro colgando de los dientes superiores, quizás un pez. 

Cuando el monstruo yacía en el fondo, no podíamos ver el color de su panza. Debía medir más de quince metros de largo. El cuerpo debía tener un grosor de más de noventa centímetros y se hacía más y más ligero hasta convertirse en una cola como látigo. El color general del cuerpo era negro, con anillos cafés cada metro y medio…."

Para marzo de 1965, las fotos comenzaron a circular por todo el mundo iniciando por la revista Everyone de Australia, después de que se mencionara que se trataba de una especie de monstruo marino, alguna especie de animal marino sin clasificar o un dinosaurio prehistórico. Pronto con evaluaciones, dichas fotografías fueron declaradas auténticas, indicando que el animal podía tratarse de un tipo de anfibio aún no descubierto que posiblemente se albergaba por debajo de las cuevas y basureros del pueblo aborigen Ngaro de la isla Hook. 

La noticia continuó siendo fuente de polémica y especulación. Muchos indicaban que eso no era posible, que un animal nuevo y grande no podría existir porque ya hubiera sido visto o descubierto con anterioridad, manifestando que todo era un truco fotográfico por parte de Brenton que había usado una enorme lona del ejército, un globo aerostático desinflado y hasta arena para darle forma a la "criatura". Por su parte, el biólogo y criptozoologo escocés Ivan Terrence Sanderson buscó la adquisición de las fotos originales ya que al estudiar el caso, sugirió de que se trataba de una anguila de pantano gigante o una especie relacionada; lo que significaría un gran descubrimiento zoológico, debido a que estos animales rara vez sobrepasan los sesenta centímetros de largo.

Científicos supusieron que lo que Brenton Robert Le Serrec había visto y capturado en las fotografías se trataba de un espécimen sobreviviente de los Temnospondyli o Temnospóndilos, un importante grupo extinto de anfibios tetrápodos primitivos, muy feroces y resistentes, que prosperaron durante los períodos Carbonífero, Pérmico y Triásico. No sería descabellado pensar que alguna especie o mutación hubiera sobrevivido no solo la extinción de los dinosaurios, sino la evolución de los grandes mamíferos y el reemplazo de los grandes saurios marinos por ballenas, delfines y tiburones.

Curiosamente, la descripción suministrada por Brenton Robert Le Serrec, guarda relación con una criatura críptida conocida como "Yellow Belly" o "Panza Amarilla" del libro Le Grand Serpent-de Mer (La Gran Serpiente de Mar) escrito por el científico, explorador, investigador y escritor belga-francés Bernard Heuvelmans en el año 1965. 

Según el texto, el animal marino tiene una longitud entre veinticinco y treinta metros de largo, posee un color ocre y tiene forma de renacuajo, encontrándose en las aguas tropicales de los Océanos Índico y Pacífico. Siendo una especie desconocida de tiburón, anguila o anfibio. Entre esta curiosidad hay hacer énfasis en que Heuvelmans menciona en el libro que dicho animal críptido fue visto tres veces durante el año 1965.

¿La realidad superó nuevamente la ficción? ¿Tanto Brenton Robert Le Serrec como Bernard Heuvelmans trabajaron juntos para hacer la noticia entre las fotografías y el libro y lucrarse? ¿Estará "Yellow Belly" basado en la criatura de la Isla Hook? ¿Existirá ese colosal animal? Tu eres el juez en ésta publicación.

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