El 19 de octubre de 1862, la tripulación de un barco holandés de exploración con fachada de barco mercante llamado Christine quedó atrapado en medio de una torrencial e inusual tormenta en medio del Océano Indico, trayendo como consecuencia el hundimiento del navío. Los miembros sobrevivientes de dicha tripulación se aferraron a algunos objetos flotantes del barco y naufragaron hasta una isla desierta.
Uno de los marineros notó la particular ausencia de vida animal en la isla, no se encontraban cangrejos en la arena ni peces en los alrededores. Fue entonces cuando, al día siguiente durante el crepúsculo, sucedió algo sorprendente y aterrador, un inmensa mezcla de luces de gran tamaño cayo del cielo, estrellándose en un irregular acantilado cercano a ellos. El marino lo describió como algo colosal, del tamaño de un barco acorazado, con un color brillante cambiante y dotado de cuatro apéndices mecánicas en sus extremos. Era un Ovni.
Confundidos y atónitos, se aproximaron para examinar los restos del objeto volador caído, encontrando en el acantilado y sus cercanías, escombros de la dura nave que parecían palpitar entre sus manos. Aunque lo más aterrador fue la localización de sus tripulantes, quienes habían fallecido por el duro golpe al estrellarse o posiblemente por el contacto con el aire terrestre. Eran en total 18 hombrecillos de menos de un metro de altura, con piel verde clara, ropajes extraños y finos, provistos de una barba de color bronce y muy sedosa.
El hallazgo fue suficiente para volver a los desesperados marinos y demás sobrevivientes por el hambre y ser rescatados, inestables mentales. Lo más macabro fue ver como uno de los hambrientos y angustiados hombres tomaba el cuerpo sin vida de uno de los hombrecillos y lo devoraba. Muriendo a los pocos minutos, mientras masticaba.
Un barco de arrastre ruso rescato a un pequeño grupo de hombres, los únicos que sobrevivieron a la estadía de la desierta isla. El percance se hizo público el 2 de mayo del año 1897, en un artículo del The Houston Daily Post, un periódico de Houston, Texas, Estados Unidos. La historia fue contada por uno de los sobrevivientes, un marinero holandés.
Muchos pensaron que la noticia era un timo o los delirios de un marinero ebrio o ilusiones por la insolación y falta de alimentos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario