Muchos son los misterios que involucran a la Iglesia y El Vaticano, desde acuerdos durante la Segunda Guerra Mundial con el mismo Adolf Hitler, hasta los casos de pedofilia con niños de la parroquia o jóvenes párrocos. Éste entrada en particular tratará sobre un artefacto realizado como un proyecto científico por un grupo de sacerdotes con el fin de "viajar" en el tiempo.
El nombre del aparato era El Cronovisor, una máquina con un gran parecido a un televisor antiguo promedio que servía para recibir imágenes del pasado y ver eventos históricos de gran importancia, como algunos momentos en la vida de Jesús de Nazaret. Se decía que dicha máquina funcionaba mediante el sonido realizado en el pasado en forma de ondas y partículas de luz que viajaban por el espacio.
El 02 de mayo del año 1972, un grupo de científicos del Vaticano en compañía de algunos sacerdotes, encabezado por el padre italiano Marcello Pellegrino Ernetti, afirman que lograron una imagen de Jesucristo crucificado obtenida con el aparato, pero inicialmente trataba de captar unos antiguos cantos gregorianos ya que él daba clases de música antigua en la iglesia de San Giorgio, en Venecia. Cabe señalar que entre los presentes se encontraban Enrico Fermi, el desarrollador de la bomba atómica y Wernher Von Braun, un ingeniero aeroespacial alemán, posiblemente Albert Einstein, entre otros 12 científicos de gran renombre.
En el año 1972, Ernetti declaró al diario de Italia llamado "Domenica del Corriere" que él junto a su equipo habían realizado la máquina y que recientemente habían visto la fundación de Roma en el año 753 A.C. y la destrucción de Sodoma y Gomorra. Muchos consideraron sus palabras como una historia interesante y otros pidieron pruebas al respecto pero Ernetti nunca presentó evidencias de la existencia de la máquina. La razón de ello se debe a que después de las declaraciones al diario, altos miembros del Vaticano, por ordenes del Papa Pablo VI (Giovanni B. Montini), confiscaron el artefacto junto con sus planos de construcción clasificandolo como un "Secretum Omega" y dieron órdenes de guardar absoluto silencio. El proyecto del aparato había sido controlado desde el principio por el Papa Pío XII, quien estaba interesado en la historia y calificaba el tema como un gran secreto.
Un padre francés llamado François Brune le confesó en el año 1995 al escritor español Javier Sierra que El Cronovisor había sido desmontado durante el tiempo del Papa Juan Pablo II y dividido en pedazos y los planos fueron partidos a la mitad siendo una de las partes depositada en una notaría en Suiza y la otra en una caja fuerte en Japón. Esa información la supo ya que su gran amigo Ernetti había fallecido el año anterior y le había dejado una carta explicándole desde un inicio la función del aparato y que permitia ver el pasado, como una cámara de seguridad conectada a una grabadora de vídeo, siendo algo tan simple como un espejo. Brune y Ernetti se conocieron en el año 1960 durante un viaje en ferry a través del Gran Canal de Venecia.
Ernetti afirmó que "las voces e imágenes del pasado quedarían grabadas en un éter desconocido, siendo posible su recuperación a voluntad por medio de las técnicas adecuadas", una teoría de conservación del pasado que no tiene respaldo en la física. Con el pasar de los años han comenzado a circular fotos de mala calidad que fueron, supuestamente captadas con El Cronovisor.
En un libro titulado Father Ernetti's Chronovisor: The Creation and Disappearance of the World's First Time Machine (El Cronovisor del Padre Ernetti: la creación y desaparición de la primera máquina del tiempo del mundo) del escritor alemán Peter Krassa, explora la autenticidad de las fotografías obtenidas del Cronovisor, teniendo una confesión de Ernetti que afirmaba que todo era falso y que las fotos eran ediciones de esculturas y cuadros famosos.
Una de las fotos muestra a Jesús en el momento de la crucifixión. Dicha fotografía es una falsificación ya que se trata de la imagen invertida del Cristo venerado en el crucifijo del Santuario del Amor Misericordioso en Collevanza, Perugia en Italia, una escultura realiza por el artista español, Lorenzo Cuollaut Valera (1876-1932).
Una fotografía muestra a Jesucristo caminando con sus discípulos pero después de una averiguación realizada por el investigador mexicano Edgar Gómez, descubrió que es un fragmento de un cuadro pintado por el alemán Johannes Raphael Wehle (1848-1936).
Otra fotografía supuestamente obtenida por un turista chileno en el Río Jordán, que deseo fervientemente en ese momento que se manifestará una imagen de la vida de Jesús. La imagen es considerada una “foto milagrosa”.
Quizás la confesión de Ernetti, que solo se encuentra en la versión americana del libro Father Ernetti's Chronovisor: The Creation and Disappearance of the World's First Time Machine (El Cronovisor del Padre Ernetti: la creación y desaparición de la primera máquina del tiempo del mundo), fue colocada a propósito para evitar que muchos interesados siguieran la búsqueda del Cronovisor y sus planos, ocultando así su existencia. Es posible que dicho artefacto si existiera, como muchos lo piensan.
Yo soy catolico pero hay cosas de la iglesia que no me gustan a saber los secretos que habrá en los sótanos de la santa Sede
ResponderBorrar¡Jorge saludos y gracias por dejar tu comentario! Considero que todo debe de tener una cara oculta, una parte oscura que muestre acciones quizas no realizadas del modo correcto. Así es el Vaticano, pronto realizaré una entrada dedicada especialmente a los Secretos de la Santa Sede.
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