Los sucesos misteriosos siempre han ocurrido. Unos reconocidos y afamados y otros que pasan por debajo de la mesa y que, años después, salen a la luz pero no dejan de sorprendernos. Éste en particular ha sido polémico, siendo catalogado como una leyenda aérea urbana, un rumor o una noticia falsa, aquí conocerás la verdad sobre este misterioso acontecimiento que continua generando interés y teorías.
La mañana del sábado 2 de julio del año 1955, a las 9:45 a.m. el vuelo 914 de Pan American despegó sin contratiempos con cincuenta y siete pasajeros y cuatro tripulantes desde el aeropuerto Internacional John F. Kennedy de New York con destino a la ciudad de Miami. El avión era un transporte comercial Douglas DC-4 de gran autonomía desarrollado por la constructora aeronáutica estadounidense Douglas Aircraft Company, con hélices en lugar de turbinas. En su mayoría, los pasajeros iban de vacaciones a disfrutar de las cálidas playas de Florida y el viaje rutinario tenía un tiempo de duración de 3 horas. Pronto, el avión desapareció de los radares, de todos. La torre de control de Miami revisó los radares y no se encontró evidencia del vuelo ni que estuviera próximo a llegar. Lo extraño fue que no se recibió ninguna señal de auxilio. Las autoridades competentes pensaron en el peor de los escenarios y ejecutaron el protocolo de emergencia correspondiente. Los operadores no se explicaban como era posible eso.
Ante la extraña situación, los operadores se contactaron con la torre de control de New York para informar lo ocurrido. No solo había desaparecido de los radares, también se había cortado toda comunicación por radio. La autoridad aérea junto al Gobierno norteamericano emprendieron una enérgica búsqueda operativa de la aeronave pero no hallaron ni el más mínimo vestigio del avión. De manera inexplicable, el vuelo 914 de Pan American se había desvanecido en el aire con sus pasajeros. No hubo rastro alguno en tierra ni en el vasto océano de esta transitada ruta. Poco después, se le comunicó a los familiares de los pasajeros que el avión se había estrellado en alguna parte de su recorrido.
Un suceso trágico y extraño que sorprendió, tanto a los familiares, como a la comunidad aérea y al gobierno. Un raro acontecimiento sin explicación aparente que dejó pensando a muchas personas, que formulaban teorías sobre lo acontecido. Algunos hasta trataron de recorrer la misma ruta para ver si encontraban pistas de la desaparecida aeronave, luego recorrer las zonas cercanas hasta tramos encima del océano atlántico, pero el resultado siempre fue el mismo.
Ahora bien, en Caracas, Venezuela, había una línea de vuelos fletados de servicios de pasajeros y carga no regulares nacionales e internacionales, llamada Línea Expresa Bolívar, C.A. (LEBCA) fundada en el año 1949 y operaba con transportes comerciales multimotores con rutas de Caracas - Maracaibo - Aruba - Miami. Dejó de operar en el mes de abril de 1964 tras caer en dificultades económicas y posteriormente fue comprada por el Banco Industrial de Venezuela en 1966 para ser adquirida por la línea aérea Venezolana Internacional de Aviación, S.A. (VIASA) en 1968, por lo que los activos, las operaciones y las posteriormente rutas fueron entregadas a VIASA. Luego, VIASA transfirió sus operaciones de carga a una nueva aerolínea la cual era subsidiaria en 100% de VIASA, bajo el nombre de Transportes Aéreos de Carga, S.A. (TRANSCARGA). Dicha filial mantenía su actividad económica principal en el transporte no regular de carga.
A muy tempranas horas de la mañana del miércoles 9 de septiembre de 1985, en el estado Vargas, Venezuela, un controlador de tráfico aéreo de la torre del aeropuerto de nombre Juan de la Corte, detectó algo inusual en el radar. La señal era de un avión en curso que no estaba previsto en el itinerario. Desconcertados, el operador y su equipo de trabajo visualizaron en el panorama de vuelo un antiguo avión con hélices en lugar de turbinas, un modelo que hace tiempo se había reemplazado por equipos modernos. Al haber contacto con el piloto y la torre de control, la sorpresa fue cuando preguntó: ¿Where are we? ¿En dónde estamos?, seguidamente para indicar que procedía de New York con fecha de 2 de julio de 1955. Todos quedaron sin palabras al escuchar los datos ya que habían transcurrido treinta años, pero aun así la pista fue despejada para apoyar en el aterrizaje.
El controlador de vuelo mantuvo la calma y esperó que el vuelo llegara a tierra para poder hablar con ellos. De manera inmediata, los controladores aéreos se dirigieron a la rampa para observar el inexplicable y extraño acontecimiento. El personal estaba sorprendido al ver desplazarse aquella vieja aeronave. El dialogo continuó a través de la radio y Juan le preguntó al piloto: "¿Usted sabe que hoy es 9 de septiembre de 1992?". Hubo una pausa larga, casi infinita. El piloto reaccionó nerviosamente y respondió: ¿What are you talking about? ¿De qué está hablando?. Los segundos pasaron con lentitud e incertidumbre. Juan envió al personal de seguridad al avión para salvaguardar la vida de los pasajeros y tripulantes pero, a pesar que la pista se encontraba despejada, el aturdido piloto hizo algo inesperado. Encendió nuevamente los motores, llevó la aeronave de nuevo a la pista, y levantó vuelo nuevamente. El avión se perdió entre las nubes y desapareció del radar.
Ninguno de los presentes pudo explicar lo ocurrido. Un antiguo avión de pasajeros que apareció de la nada y pudo aterrizar y despegar de manera fluida, una aeronave perdida en el tiempo a mil setecientos kilómetros de su ruta y, de la nada, nuevamente desapareció. The National Transportation Safety Board (NTSB) o Junta Nacional de Seguridad del Transporte, la organización independiente del Gobierno de los Estados Unidos que se dedica a la investigación de accidentes de aviación civil, carreteras, marinos, oleoductos y ferrocarriles de ese país, ha negado categóricamente la existencia de este evento y no tienen registros de este. Pero se filtró información de un trabajador anónimo que manifestó que miembros de dicha agencia y del gobierno, contactaron a torre de control del aeropuerto de Maiquetía, del estado Vargas, en Venezuela, con la finalidad de que esa información fuera borrada de cualquier registro aéreo. Dicho contacto fue en el mes de mayo de 1992.
Muchos han señalado que su aparición fue un evento ficticio, inventado con propósitos económicos o solo una noticia sensacionalista para avivar la imaginación y la credulidad de muchos que ocupa espacios en diversas plataformas informativas, mencionando que no existe ninguna evidencia real para comprobar que fue real. Algunos más positivos, decían que los pasajeros finalmente regresaron a sus hogares y extrañamente ninguno de ellos había envejecido.
Especialistas y teóricos dan por hecho que el avión del vuelo 914 de Pan American se desvió de su rumbo fijado y desapareció en el Triángulo de las Bermudas, otros mencionan una nueva hipótesis sosteniendo que la aeronave atravesó algún tipo de portal y viajó en el tiempo, o quedó en un sitio donde el tiempo y espacio es relativo, en donde para ellos solo fueron horas pero aquí, en nuestra realidad pasaron décadas. Hay quienes los relacionan con raros eventos atmosféricos como Los Langolieros o El Duende Rojo, lo cierto es que es una de las leyendas aéreas urbana más famosas.
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