No todos nacen para hacer lo mismo que sus padres, hay generaciones que emprenden un camino diferente. Esa es la premisa de la presente publicación ya que se tratará de un personaje que decidió seguir sus sueños a pesar de representar un legado mayor: Michael Rockefeller era su nombre y aquí te cuento su historia.
Michael Clark Rockefeller nació el 18 de mayo de 1938, siendo el miembro de la cuarta generación de la familia Rockefeller, el quinto y el más joven de los hijos del gobernador de Nueva York y posteriormente, vicepresidente de los Estados Unidos, en la presidencia de Gerald Ford, Nelson Aldrich Rockefeller y de Mary Todhunter, siendo bisnieto del inversor, industrial y empresario John Davison Rockefeller (1839-1937), fundador de la Standard Oil.
Michael se graduó en la Universidad de Harvard con título honorario Cum Laude en Historia y Economía en el año 1960. El joven Rockefeller se dedicó a la antropología y se lanzó a la aventura de estudiar la vida de tribus exóticas.
Sirvió durante seis meses como soldado del Ejército estadounidense y tiempo después participó en una expedición del Museo Peabody de Arqueología y Etnología de Harvard para estudiar a la tribu Dani, localizada en el oeste de la denominada Nueva Guinea Neerlandesa por aquel entonces.
Nueva Guinea se encuentra al norte de Australia, un territorio que para ese entonces estaba dominado por los holandeses, pero en el que vivían tribus que todavía estaban en la edad de piedra.
La etnia Dani, también conocida como ndani y, a veces, confundida con la etnia lani del oeste, es una tribu del oeste de Nueva Guinea en la provincia de Papúa (antes conocida como Irian Jaya). Al ser distintos del resto de indonesios por su característico pelo rizado y piel negra, los expertos aún no han podido averiguar los orígenes de la tribu. En las tierras altas, se puede considerar que ha habido unos treinta clanes repartidos entre montañas y valles.
Allí, la expedición realizó el documental etnográfico llamado Dead Birds (Pájaros Muertos), producido por Robert Gardner, y para el que Rockefeller participó como grabador de sonido. Junto a un amigo se separó por tres semanas de la expedición para estudiar a la tribu de Asmat, zona del sudoeste de Papúa perteneciente a Indonesia. Su tribu es conocida como la misma área, los Asmat del sur de la isla.
Los Asmat son un grupo étnico de la provincia indonesa de Papúa, cuya población total de esta etnia está estimada en setenta mil personas. Son poseedores de una de las más conocidas y vibrantes tradiciones de tallado en madera del Pacífico, su arte es codiciado por coleccionistas de todo el mundo.
En esas tres semanas, Michael visitó trece aldeas de esta tribu. Aprendió mucho las costumbres y rituales de este grupo de cazadores y recolectores que habitaban la zona desde los tiempos en que llegaron sus ancestros, unos cuarenta mil años atrás.
No conocían el acero, ni el papel, ni tenían caminos o carreteras. Pero eran virtuosos artistas. Rockefeller pudo hacerse de varias de las artesanías elaboradas por los Asmat a cambio de entregar a los pobladores piezas de acero, entre ellas pequeñas hachas, telas, anzuelos, sedales de pesca y tabaco, un producto al cual los nativos se habían vuelto adictos.
Después de volver con la Expedición Peabody, Michael regresó de nuevo a Nueva Guinea Neerlandesa para estudiar más detalladamente a los Asmat y documentar su arte en un punto distante de la misma isla. El 17 de noviembre de 1961, Michael y el antropólogo holandés René Wassing estaban en una canoa de doce metros y a unas tres millas de la orilla. Al cruzar la desembocadura del río Eilanden (también llamado Betsj), la marea y los vientos del mar de Arafura en conflicto levantaron olas y contracorrientes. Una ola ahogó su motor fuera de borda y la embarcación comenzó a derivar; luego las olas la volcaron. Sus dos guías nativos nadaron para ayudarles, pero tardaron en llegar. Después de esperar un tiempo, Rockefeller se impacientó y le dijo a Wassing que podría lograrlo y nadó hacia la orilla. Michael improvisó un flotador con bidones de gasolina, se lanzó al agua y nadó hacia la orilla.
Wassing fue rescatado al día siguiente gracias a los guías nativos que regresaron al catamarán con la ayuda necesaria, mientras que Michael no volvió a ser visto, a pesar de la intensa búsqueda y del enorme esfuerzo realizado para encontrarle. En su momento la desaparición de Michael Rockefeller fue una noticia mundial. El Gobierno holandés y los padres de Michael enviaron aviones y barcos para buscarlo, pero no hubo rasgos del joven; participaron en la búsqueda efectivos del ejército holandés, la VI flota de los Estados Unidos y unos 7000 hombres de la ínsula. Utilizaron barcos, helicópteros y aviones. Los trabajos de rastrillaje fueron intensos durante una decena de días, pero luego se fueron perdiendo las esperanzas. Se encontraron, eso sí, los bidones de gasolina que había utilizado Michael para lanzarse a la costa. Pero nada más que eso. Dos semanas después cancelaron la búsqueda y las autoridades declararon que lo más probable era que el joven se hubiese ahogado. Su cuerpo nunca fue encontrado, y finalmente se lo declaró muerto en el año 1964.
Pero ¿Qué paso con Michael?
Durante los años siguientes a su desaparición, han surgido rumores de manera periódica sobre un hombre blanco conviviendo con los nativos, aunque estos rumores no tienen credibilidad entre las gentes familiarizadas con la región. Muchos creen que Michael Rockefeller se ahogó o fue atacado por un tiburón o un cocodrilo cerca de la costa.
En el año 1969, el periodista Milt Machlin viajó a Nueva Guinea Neerlandesa para investigar la desaparición de Rockefeller. Descartó las noticias sobre Michael viviendo como cautivo o como figura de la jungla, pero concluyó que había evidencias circunstanciales que sustentaban la idea de que había sido asesinado.
Lo cierto fue que Michael Rockefeller llegó sano y salvo a las costas de Nueva Guinea Neerlandesa. Allí fue recibido por la tribu Otsjanep y fue llevado a la aldea. Eso ocurrió el 19 de noviembre de 1961. Lo que el joven desconocía era que en el año 1958, hubo un enfrentamiento entre la patrulla holandesa, los guerreros del pueblo Asmat de Otsjanep y la tribu local vecina de Omadesep. Aparentemente, la pacificación no fue llevada de manera fácil ni tranquila, y los soldados holandeses mataron a balazos a tres de los guerreros de Otsjanep. La patrulla holandesa estaba compuesta por un policía holandés (sin experiencia en el trato con las tribus locales) acompañado de policías nativos. Sus costumbres y creencias dictan que una vida debe cobrarse por otra, y siendo el jefe de la patrulla un hombre blanco, debían acabar con la vida de un blanco.
Michael Rockefeller no sospechaba ningún peligro, ya que había tenido contacto con esta tribu y siempre de manera amistosa. La tribu y los guerreros, juntos con los "Cazadores de Cabezas" asesinaron al joven como muestra de "ojo por ojo" y luego de un pequeño ritual de práctica caníbal, fue devorado por los nativos de aquellas regiones. Dicho ritual ejercido cerraba el ciclo de muerte ya que, antes de Michael, habían acabado con la vida de dos hombres blancos, siendo Rockefeller el tercero y último de su "búsqueda de justicia". Eso ocurrió el 20 de noviembre de 1961, Michael tenía 23 años.
En el año 1979, Mary Todhunter Rockefeller, madre de Michael y ya separada de Nelson, contrató a un investigador privado de origen australiano para ir a Nueva Guinea Neerlandesa y tratar de resolver el misterio de su desaparición. El investigador privado recibió un cuarto de millón de dólares por su trabajo. Él llegó a Indonesia y se aproximó al lugar de los hechos y junto a un traductor y varios guías pudo llegar al fondo del asunto. El sujeto canjeó un motor para bote por los tres cráneos que la tribu afirmaba eran los únicos hombres blancos que habían matado. Cabe señalar que los guerreros de la tribu tenían entre sus pertenencias el fémur y la tibia de sus tres víctimas. El investigador regresó a las pocas semanas a Nueva York y presentó los cráneos a la familia Rockefeller convencido de que uno de ellos pertenecía a Michael. El peritaje genético fue realizado pero los resultados nunca fueron dados a conocer fuera del circulo interno de los Rockefeller. La familia nunca ha hablado sobre el tema.
Éste descubrimiento sobre los cráneos se afirmó en el libro Rocky Goes West (Rocky va hacia el oeste) del autor australiano Paul Toohey, publicado en marzo de 1999. Muchos de los artefactos Asmat recolectados por Rockefeller forman parte de la colección Michael C. Rockefeller en el Museo Metropolitano de Arte en Nueva York. El Museo Peabody exhibe regularmente 3500 fotografías tomadas por Michael durante la expedición a Nueva Guinea.
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