Muchas son las historias y personajes que pueden haber sobre las Guerras Mundiales; sus conspiraciones, sus negociaciones, sus misterios, su infinidad de muertes, etc. En este caso se hablará de una persona muy singular que significó mucho para la toma de Francia por parte Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Ella era la francesa más temida al servicio de los soldados nazis, de quien se decía que disfrutaba delatando y torturando a sus prisioneros. Su nombre era Violette Morris y esta es su historia.
Émilie Paule Marie Violette Morris nació en París el 18 de abril de 1893, en el seno de una familia tradicional y acomodada. Fue la más joven de seis hermanas, hijas de un barón y capitán de caballería retirado, Pierre Jacques Morris, y de una mujer de origen palestino, Elizabeth Marie Antoinette Sakakini. Morris pasó su infancia y adolescencia estudiando de manera interna en el convento de monjas L'Assomption (La Asunción) de la ciudad de Huy, en Bélgica, donde destacó como deportista en cualquier modalidad; desde atletismo y natación, hasta fútbol. Mientras se encontraba junto a las monjas, mantuvo en secreto su condición sexual y, presionada por su familia, se casó con un militar, Cyprien Edouard Joseph Gouraud, el 22 de agosto de 1914.
La vida de casada para ella representaba una gran mentira así que aprovechó el estallido de la Primera Guerra Mundial para presentarse como voluntaria de enfermería del Ejercito Francés.
Durante la guerra, tuvo la oportunidad de conducir una ambulancia durante la Batalla del Somme y una motocicleta como parte del correo motorizado durante la Batalla de Verdún, descubriendo así sus pasiones: los vehículos a motor y la velocidad. Morris, con 1,66 m y 68 kg de peso, era una atleta dotada, convirtiéndose en la primera mujer francesa en sobresalir en lanzamiento de peso y disco, y jugaba en dos equipos de fútbol femeninos diferentes.
Compitió para Fémina Sports de 1917 hasta 1919, y para el Olympique de París de 1920 a 1926. Ambos equipos se asentaron en París. Violette también jugó en el equipo nacional femenino de Francia. Cuando regresó a la vida civil, Morris decidió un giro total a su vida y, en mayo de 1923, se divorcio de su esposo.
Además de su carrera futbolística, participó activamente en muchos otros deportes. Fue seleccionada para el equipo nacional francés de waterpolo, aunque no había por entonces ninguna selección femenina de ese deporte.
Fue una ávida boxeadora, a menudo luchando en contra, y derrotando a hombres. Se convirtió en campeona nacional francesa en 1923.
Entre otros deportes en los que participaba estaban las carreras de bicicleta, carreras de motocicleta, carreras de automóviles, carreras de aviones, carreras de caballos, equitación, tenis, tiro con arco, salto de trampolín, natación, halterofilia o levantamiento de pesas y lucha grecorromana.
Sus años atléticos más brillantes se consideran de 1921 a 1924, cuando su lema era "Ce qu'uan homme fait, Violette peut le faire!" (Cualquier cosa que un hombre puede hacer, Violette la puede hacer). En 1924 participó de nuevo en la Olimpiada Femenina de 1924 logrando la medalla de oro en disco y lanzamiento de peso. Más tarde, ganó la carrera automovilística de 24 horas Bol d'Or en 1927 al volante de un B.N.C.
Morris se desvió de los comportamientos tradicionales femeninos de su época en otras maneras. Vestía ropa de hombre, era una gran fumadora (se decía que fumaba tres cajas diarias de tabaco) y bebedora. Tampoco ocultaba su bisexualidad y mantenía abierta y descaradamente relaciones con hombres y mujeres.
Se volvió infame por acudir continuamente a fiestas nocturnas, rodeada de sus amantes femeninas, donde fumaba y bebía más que nadie. Un tipo de vida no adecuado para ningún deportista. Incluso, solía ir armada con un revólver.
La Fédération Française Sportive Féminine (FFSF – Federación deportiva Femenina francesa) rechazó renovarle la licencia por atentar contra la moral pública. Las quejas por su estilo de vida escandalosa hicieron que se le prohibiera participar en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928. La agencia citó su falta de moral, en particular, la inclinación de Morris por llevar ropa masculina.
Violette apeló, pero durante el juicio su último amante masculino, Raoul Paoli, confirmó su vida disoluta y que Morris se acababa de someter a una mastectomía electiva, según ella misma para poder conducir más fácilmente los entonces estrechos coches de carreras, donde le era difícil encajar su busto acorde con su fuerte constitución.
Morris perdió el caso y entonces se retiró de la competición deportiva y abrió una tienda de accesorios, compraventa y desguace de automóviles en París, donde, junto con sus empleados, también arreglaban y montaban coches de carreras.
A inicios de Junio de 1929 participó en la Troisième Journée Féminine de l'Automobile, celebrada en Montlhéry, con un Donnet. El crac de 1929 (24 de octubre de 1929 - 29 de octubre de 1929) la más devastadora caída del mercado de valores en la historia de la Bolsa en Estados Unidos, tomando en cuenta el alcance global y la larga duración de sus secuelas, que dio lugar a la conocida Gran Depresión, afectó el negocio de Morris y ésta acabó cerrando la tienda.
Esos años vivió una vida más discreta hasta finales de diciembre de 1935, cuando Morris fue reclutada por el Sicherheitsdienst (Servicio de Seguridad), un ala de la infame SS de la Alemania nazi. Fue invitada, de honor, a asistir a los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 a petición personal de Adolf Hitler. El rechazo a su conducta sexual fue lo que la llevó a colaborar con los enemigos de su país.
Entregó a Alemania planes parciales de la Línea Maginot; la muralla fortificada y de defensa construida por Francia a lo largo de su frontera con Alemania e Italia, después del fin de la Primera Guerra Mundial, detalló planes de puntos estratégicos dentro de la ciudad de París, y esquemas del tanque principal del ejército francés, el Somua S-35.
Sus planes eran parte integral de la invasión alemana de París en 1940. Tras la invasión de Francia, por parte de Alemania, Morris pasó a depender directamente del jefe de las SS en París, Helmut Kochen. Se benefició de la ocupación alemana, a menudo en convivencia con el hampa local. Vivió durante la ocupación alemana en una barcaza flotante en Pont de Neuilly del río Sena, junto a su amante; la actriz francesa de teatro y cine; Yvonne de Bray, participando en el mercado negro de charcutería y licores para posteriormente venderlos a la mafia francesa.
Una de sus responsabilidades principales durante la guerra fue frustrar el funcionamiento de la Dirección de Operaciones Especiales, una organización británica que ayudaba a la resistencia. Desde 1942 colaboró con la Gestapo, la policía secreta nazi, en los interrogatorios bajo tortura a miembros de la resistencia (sus compatriotas), llevados a cabo en la calle Lauriston. Su crueldad con los detenidos le valió el apodo de "La hiena de la Gestapo".
Por estas actividades, Morris fue sentenciada a muerte in absentia con el siguiente mensaje desde Londres "Hay que ejecutar de manera inmediata a esa mujer", su nombre se hizo tan conocido como temido tanto para la propia Resistencia francesa como para el SOE, el ejército secreto creado por Winston Churchill durante la guerra. Así pues, cuando regresaba de Beuzeville, Normandía a París, se realizó una emboscada en una carretera rural por miembros del grupo de la resistencia francesa Maquis Surcouf, el 26 de abril de 1944 a las 19:00 horas.
Morris tenía 51 años recién cumplidos y falleció mientras conducía su lujoso Citroën 15 CV Six, junto a un matrimonio amigo acompañado de su yerno y sus dos sobrinos menores, quienes eran también colaboradores. Todos los ocupantes murieron al ser ametrallado el vehículo al pasar. Su cuerpo, acribillado a balazos, no fue reclamado, y fue enterrado en una fosa común en el cementerio de Poitou-Charentes. Al siguiente año, en septiembre de 1945, su cadáver fue exhumado y enterrado en otra sepultura.
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