Venezuela, un país hermoso que alberga uno de los mayores indices de biodiversidad de la tierra teniendo una geografía irregular y una de las mayores reservas de petróleo a nivel mundial. Su capital es Caracas, y esta ubicada en un valle rodeado de hermosas montañas, éste grupo montañoso conforma el Parque Nacional El Ávila, o también conocido como Waraira Repano y fue declarado Parque Nacional desde el año 1958.
Es considerado el pulmón vegetal de la ciudad y dentro de él se pueden realizar actividades diversas por ser uno de los atractivos principales de la capital, ofreciendo a sus visitantes una variedad de posadas, restaurantes, centros de recreo, como lo son el teleférico y el transporte terrestre, que hacen un placentero contacto natural.
Una de las zonas turísticas del Ávila es Galipán, un poblado famoso por el sistema de transporte turístico, sus restaurantes y los cultivos y ventas de flores y frutas, ubicado en la ladera norte del Ávila, en el estado Vargas. Allí es famosa la leyenda de Las momias del doctor Knoche, quien también era conocido como El Frankenstein del Caribe.
El doctor Gottfried August Knoche fue un médico cirujano que nació en Halberstadt, Alemania el 17 de marzo de 1813. Cursó estudios de medicina en la Universidad de Friburgo en el año de 1837, para luego trabajar en el Hospital de Friburgo. Tres años después emigró a Venezuela, domiciliándose en La Guaira, específicamente en la Hacienda Buena Vista, ubicada en el sector Palmar de Cariaco, para atender a la población que se estableció en el litoral, fundando el Hospital San Juan de Dios, entre los años de 1854 y 1856, y, una vez asentado, trae a su esposa al país. Va ganándose fama al atender pacientes pobres sin cobrar y lucha contra la epidemia de cólera que llegó a la región en esos años.
En la hacienda, que era de su propiedad, había construido un laboratorio subterráneo con el fin de evitar el proceso de descomposición de los cuerpos, inventando un líquido embalsamador que contenía cloruro de aluminio que se inyectaba en el torrente sanguíneo y conservaba el cuerpo sin necesidad de la extracción de los órganos, y experimentaba con cadáveres no reclamados de la Guerra Federal. Dichos cuerpos eran transportados en caballos desde el Hospital San Juan de Dios hasta su hacienda.
El doctor también construyó un mausoleo y momificó varios cuerpos y los mantuvo en su laboratorio, entre los fallecidos se encontraban sus hijos y sus asistentes, su esposa no se encuentra allí ya que, debido a la soledad que le provocaba vivir en la hacienda, disidió regresar a Alemania. Se dice que éste proceso obsesivo se dio a conocer con el tiempo y un presidente de Venezuela llamado Francisco Linares Alcántara, fue momificado por Knoche, junto con sus perros, los cuales fueron colocados a la entrada de su mausoleo como unos guardianes.
El doctor Knoche falleció el 2 de enero de 1901, dejando la hacienda a merced de la vegetación y la humedad. La enfermera y prima de Knoche, Amalie Weismann fue la encargada de suministrarle el suero momificador, dosis que había dejado preparada con anticipación. Amalie consulto con el cónsul alemán de la época llamado Julius Lesse, para redactar un documento en el que constara que la ultima voluntad de ella fuera que su cuerpo fuera cremado y las cenizas arrojadas al mar, ya que ella era la última sobreviviente de la hacienda.
El mismo cónsul subió a la hacienda Bella Vista, junto a un colega, Carlos Henrique Reverón y le inyectaron a Amelie la dosis, que había sido preparada 20 años antes por Knoche para ella, cerraron las puertas del mausoleo y arrojaron las llaves al mar, en 1926.
A los años, un sobrino del médico arribo al país y destruyo la totalidad de la hacienda en búsqueda de fortuna o morocotas. Se dice que saqueadores de tumbas y estudiantes de medicina han acabado con la mayoría de las evidencias de los cuerpos conservados por la formula.
Cabe señalar que la composición exacta de la sustancia embalsamadora, a base de cloruro de aluminio, nunca fue descubierta.
En la actualidad se pueden realizar visitas a la Hacienda Buena Vista, un lugar que consideran lúgubre y tenebroso, que alimenta a las historia de ultratumba de las momias que allí se encuentran. Se pueden hacer contactos con Fundhea (Fundación, Historia, Ecoturismo y Ambiente), una organización dedicada al fomento recuperación y protección de sitios de interés cultural para realizar recorridos por la hacienda, por el correo fundhea@hotmail.com y el número de contacto 0416-4130136. Dicho recorrido incluye guía, logística, transporte turístico y primeros auxilios, tomando en cuenta que el transporte no llega directamente al lugar, sino que hay que caminar un tramo largo para llegar entre la espesura, teniendo a la mano agua y refrigerio. Si se encuentra en Venezuela, no pierda la oportunidad de visitar éste singular sitio turístico y sentir un aire diferente de inquietud en el ambiente.
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