Fue un famoso prisionero de Francia en el siglo XVII, envuelto en un gran misterio, más que todo por su identidad. A pesar de su descripción en la novela de Alejandro Dumas, éste no poseía una máscara de hierro sino una de terciopelo negro.
El escritor, filosófico, abogado e historiador Francois Marie Arouet, mejor conocido como Voltaire estuvo preso en La Bastilla en el año de 1717, y fue allí donde escucho de los prisioneros más antiguos sobre la existencia del Hombre de la Máscara de Hierro. Según la leyenda, éste personaje era un joven alto y hermoso, de buena obediencia a quien no se le negaba nada de lo que pedía en la prisión, tenia las mejores comidas y atenciones, le gustaban las vestimentas finas con encajes así como tocar la guitarra y era alimentado y mayormente atendido por un sordomudo mandado por el custodio Benigno de Saint- Mars que era el gobernador penitenciario de Pignerol, que a su vez, se reunía de vez en cuando con él en sesiones privadas. Se dice que habría muerto en el año de 1703 y fue sepultado en el Cementerio de San Pablo en Paris, bajo el nombre de Marchiali, pero su identidad y razones de estar como reo eran secretos de estado. Aunque se reveló, de manera anónima y más recientemente que el nombre verdadero de este personaje era Eustaquio Dauger, quien el gobernador solamente había visto su rostro.
Su existencia está en registros preservados, ya que cuando La Bastilla cayó en manos de los revolucionarios en el año de 1789, se encontró un esqueleto encadenado en una de las mazmorras alejadas. Aunque se dice que para sus años finales de vida, le comenzó una enfermedad terminal y por ordenes reales, era liberado de vez en cuando para ver la luz del sol antes de su muerte y luego devuelto a su mazmorra.
Acerca de su identidad, hay muchas teorías diciendo quien era. La más famosa es que la identidad de éste personaje era Enrique, un hermano gemelo o un hermano mayor extramatrimonial del Rey Luis XIV de Francia, conocido también como El Rey Sol o Luis El Grande, hijo de Ana de Austria con el Cardenal Jules Mazarino, queriendo así decir que era el verdadero monarca de Francia.
Otra de las teorías afirma que se trataba de Nicolas Fouquet, el Vizconde de Melun y Superintendente de Finanzas del Rey Luis XIV que en su momento inicial fue nombrado bajo ese cargo el 7 de febrero de 1653 por su buena conducta durante la Fronda y por influencias de su hermano Basile Fouquet, conocido como El Abad Fouquet y también Jefe de la Policia Secreta del Cardenal Jules Mazarino. Que para el año de 1654 se inició una grave situación económica casi desastrosa y según, comprometió las fortunas personales del Cardenal Mazarino, parte de la del Rey Luis XIV y la suya propias, cambiando luego el reglamento y así delimitando las leyes y atribuyéndose los ingresos para sí mismo. En el año de 1659, el Cardenal Mazarino tuvo una reunión con el Rey Luis XIV, en el lecho de muerte del primero indicándole que Nicolas tenía madera para hacer grandes cosas y que se debía de confiar en él, dotando a éste último con el título de Ministro de Estado, pero para el año 1661 el Rey Luis XIV ordenó arrestar a Nicolas por malversación de fondos. Los interrogatorios y las investigaciones hacieron su efecto y el 21 de diciembre de 1664 la Cámara de Justicia lo declaró culpable de los cargos de malversación y atentado contra el soberano y símbolo real, decidiéndose a desterrarlo del país, a lo que el Rey Luis XIV no estuvo de acuerdo y conmutó la sentencia por una condena perpetua en Pignerol.
La teoría sobre Vivien de Bulonde llega a manos de un historiador militar francés llamado Louis Gendron donde analizo en el Departamento de Criptografía del Ejercito Francés algunas cartas codificadas bajo el gran sello del Rey Luis XIV donde manifestaba que el General Vivien de Bulonde era un prisionero secreto y su delito era haber realizado una retirada de manera sorpresiva en Cuneo ya que se sentía preocupado por la llegada de las tropas enemigas venideras de Austria, dando como consecuencia soldados heridos y municiones y armas dispersas. Según otra carta decodificada, el Rey Luis XIV ordenaba que se le condujera a Pignerol, donde debía de ser encerrado en una mazmorra, custodiado en la noche y se le permitiría caminar por el lugar con una máscara puesta por el día.